02. Conociéndote

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Ya era de mañana, Harry habia despertado con un hilo de baba en la boca, el cabello revuelto y mas de diez llamadas perdidas desde el teléfono de Liam. Un combo extraordinario.

Habia soñado una historia bastante confusa, que mas que una historia parecía un collage de cosas al azar, en esta el se encontraba en un un lugar muy oscuro y tenia atado a la muñeca un listón azul, un largo listón que tras seguirlo un largo rato llegaba a un chico de espaldas, un chico con una camisa negra que se confundía con el alrededor, y en la parte de atrás tenia un enorme numero 11 en letras blancas. Sin duda habia sido un sueño extraño. Aunque últimamente ya no se sorprendía con nada.

Se levanto y extendió los brazos mientras soltaba un ronco bostezo. Llevo su mano a la cabeza para mezclar un poco su desordenado pelo y salio de la cama.

Penso que lo mejor seria llamar a los idiotas primero que nada, seguramente se habrían creado mil y un historias durante toda la noche. La favorita de Harry era en la que el era secuestrado por aliens para sus extraños análisis del cuerpo humano.

- ¡Harry! - La voz de Niall sonaba casi asustada. - Pedazo de idiota, no vuelvas a asustarme así. Estuve toda la noche llamándote.

- Hasta que me gasto todo el crédito. - Grito Liam de fondo haciendo enojar al rubio.

- Tranquilízate Niall, pareces mi novio. - Harry intentaba calmar las aguas, pero bien sabia que no era muy bueno con los chistes.

- Eso suena a incesto Harold. - El rubio hizo una mueca de asco y Liam lo miro con cara de no entender nada. - El punto es que podría asesinarte ahora mismo.

- Lo lamento rubia, me quede dormido. - Y es que Harry nunca se dormía tan temprano, pero esa tarde habia caído desmayado a causa del largo viaje, y Niall habia pensado lo peor.

- Esta bien, no pasa nada supongo. Creo que Liam quiere platicar contigo.

Niall le lanzo el teléfono a Liam quien lo insulto por tan arriesgada maniobra antes de contestar la llamada. El rubio se limitaba a reír y tratar de loco a su amigo.

- Hola ricitos. ¿Como estuvo tu noche? ¿Tuviste miedo? - Harry rodó los ojos, era irónico, ya que recordaba el miedo casi paranoico que Liam le tenia al Coco cuando eran mas chicos.

- A decir verdad dormí muy bien. Ahora mismo pensaba arreglarme para visitar a un vecino.

- ¿Ya hiciste un amigo nuevo Harry? Oh dios, ahora seguro me olvidaras y me cambiaras como a un trapo sucio. - Liam actuaba demasiado dramático, lo que lo hacia incluso sonar mas gracioso.

- Estúpido, sabes que eres irreemplazable. - Liam se sintió halagado ante las palabras del rizado y en modo diva respondió como si fuese la cosa mas obvia del mundo. Harry odiaba cuando se ponía en ese modo, incluso si era un chiste.

- Voy a arreglarme, después seguimos hablando. - Liam se despidió con los gritos de Niall de fondo y Harry corto la llamada.

El chico de ojos verdes se olfateo un poco y pensando que no olía tan mal se cambio de ropa. Se puso una remera blanca bajo una camisa roja a cuadros y unos jeans negros bastante apretados. Finalmente se puso un poco de colonia y bajo las escaleras hacia la puerta.
Se detuvo en seco mientras la abría, pensando en la situación. Se sentía un poco ridículo, el teniendo que visitar a sus propios vecinos, cuando en realidad debería ser al revés. Pero le guste a quien le guste Harry era un chico bastante impredecible e impaciente. Y tenia en mente que si algo quería, lo tendría.
Y Harry estaba determinado a conocer a ese chico.

Volvió a reanudar el movimiento y cerro la puerta detrás suyo con una patada.
Avanzo lentamente con las manos en los bolsillos, a través del jardín, hasta llegar al borde de la calle.
Miro hacia ambos lados, ningún auto venia pero sin embargo cruzo trotando. Ya estaba acostumbrado.

La casa de enfrente era bastante linda, una vivienda de dos pisos, paredes color gris y un techo verdoso. Aunque como todo, algo malo tenia que tener. Un jardín bastante descuidado, el césped prácticamente tapaba los pies de Harry. Enormes y verdes enredaderas abrazaban las paredes de la casa y le daban un aspecto mas vivo a la casa. El chico se hizo camino entre la maleza hasta llegar a la entrada, respiro hondo y dejo salir el aire antes de tocar el timbre.

Una dulce y pegajosa melodía que Harry juraba haber escuchado antes resonó por dentro de la casa y un poco nervioso tomo sus manos por detrás de la espalda mientras se quedaba tambaleaba de atrás para adelante. Se veía diabolicamente tierno.

Unas pisadas se escucharon por dentro de la residencia, como si alguien bajara con pereza por los escalones.
Segundos después el sonido de algo destrabarse y finalmente la puerta abriéndose solo un poco, dejando ver el rostro del misterioso dueño.

- ¿Quien eres? - Pregunto el chico envuelto por la oscuridad de su casa. Sin embargo no era suficiente para que Harry no pudiera apreciar su rostro.

- Hola, soy Harry. Eh, me acabo de mudar. - Estaba nervioso, ese chico era bastante extraño, ocultándose detrás de la puerta, parecía un ermitaño.

- Hola... Soy Louis. - El chico de azules ojos saco su mano lentamente para estrecharla con la de Harry.

- Un gusto. - El rizado sonreía, intentando que el tal Louis se animara a salir un poco de esa cueva.

Lo que siguió fue un silencio incomodo, y es que Harry esperaba que Louis lo dejara entrar dentro de su casa, quizás para tomar un café mientras entablaban una amistosa conversación, pero parecía que el anterior nombrado no tenia la mas mínima intención de que eso pasara.

- Supongo... Que debería irme. - Harry estaba decepcionado, se habia arreglado para ese chico y el ni siquiera se habia dignado a mostrar mas que su rostro a través del pequeño espacio entre la puerta y la pared.

- Un gusto conocerte. - Louis se veía triste, sus ojos estaban algo hinchados y su voz ronca. Harry no podía dejar de pensar que a pesar de su estado lucia hermoso. ¿Acaso era eso posible? Si lo era, y Louis rompía la regla.

Harry sonrió saludando con la mano y tras esto Louis cerro lentamente la puerta y se escucho como la trababa nuevamente

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Harry sonrió saludando con la mano y tras esto Louis cerro lentamente la puerta y se escucho como la trababa nuevamente.

Harry bufo mientras pateaba una piedra y volvía a meter sus manos en sus bolsillos.
¿Acaso habia sido demasiado raro? Eso estaba entre una de las posibilidades de Harry. Sin embargo el chico no se iba a dar por vencido. Se habia sentido realmente mal al ver a ese tal Louis de una manera tan desecha, así que se habia prometido a si mismo que lograría sacarle por lo menos una sonrisa. Era todo lo que necesitaba.

~

Capitulo 2 terminado.

¡No pensé que fuera posible que termine dos capítulos! Es un logro (?

¿Que les parece que debería hacer Harry? Dejen sus comentarios. Abrazo enorme.

Cuatro Paredes | Larry Stylinson ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora