Comienzo

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Tenía cuatro años cuando todo comenzó. Mamá había muerto, y lo comprendía.

La muerte era algo que comprendía muy bien a pesar de mi corta edad, como también entendía que era especial. Mamá lo había dicho: "No importa lo que digan, tú no eres diferente, eres especial". Años después me enteré de que era una niña índigo, pero eso nadie lo comprendía, nadie me comprendía; solo mamá lo había hecho, pero ya no estaba.

Papá pasaba todo el día en el trabajo. "Tengo que mantenerlas", decía, eso nunca cambió. Solo llegaba a comer y a dormir por las noches. Cuando yo despertaba a la mañana siguiente, el ya no estaba. Supongo que nunca me quiso, no lo culpo.

Meses después de la muerte de mamá, papá se casó con una mujer completamente falsa, teñía su pelo de un rojo asqueroso al igual que sus labios, siempre estaban rojos, y sus ojos oscuros, ojos llenos de maldad...

Nunca me llevé bien con ella, desde que la vi por primera vez, su mirada era vacío, solo vacío, ella no tenía alma, no, no la tenía.

 Índigo.®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora