Tomé las botas que Run me prestó y las coloqué ajustando los cordones tanto como fuese posible, no me fiaba mucho de ellos.
Me levanté de la cama acomodando el mono y até mi pelo en una cola de caballo para que no estorbara mi visión.
Había visto a Run hacerlo anoche y le queda muy bien con sus rastas.
Le imitaba en todo lo que podía ya que ella parecía saber muy bien lo que hacía y yo aún seguía algo perdida con todo aquello de ser una persona "normal", o como una de ellos.Aún no era la hora de que Zeke viniera a buscarme pero los nervios de defraudarlo me habían quitado el sueño temporalmente, privándome de una buena noche.
Así que apenas dieron las cinco en punto en el reloj de la mesita de noche, me levanté dispuesta a sorprenderle con mi puntualidad.Si algo había aprendido viendo a Zeke es que siempre buscaba el momento para hacerte ver como un estúpido, inepto e incompetente ser, por lo tanto, seguramente iba a llegar antes de la hora pactada.
Y como si alguien me hubiera leído los pensamientos, la puerta sonó con tres rítmicos y fuertes golpes.
—¡Arriba!— Gritó desde fuera sin dejar de golpear la puerta.
Run se sentó en la cama apuntando a la puerta con su arma, aún con la cara sudada y los ojos muy abiertos por el shock inicial de todos los ruidos que Zeke estaba provocando golpeando la puerta.
—Es Zeke— Murmuré caminando para abrir la puerta y dejando al imbécil al descubierto—.¿Ves?
Zeke al ver que había despertado a Run levantó las manos en señal de rendición y rió con diversión.
Se notaba que se llevaban bien.—Agradece ser el General si no ya te hubiera pateado tu trasero de niño mimado y egocéntrico —Exclamó señalándolo con su dedo y hablando con lo dientes apretados.
—Eso habría que verse.
Salí rápido de la habitación y cerré la puerta antes de girarme hacia el supuesto General.
—¿Estás lista? —Su rostro sorprendido era toda una satisfacción.
—Claro que si, no quería hacer esperar al... —Hice el gesto de limpiar su hombro y sonreí—¿General?
—¿Te estás burlando, niña?
—Oh, no, no. No me atrevería a realizar tan infame acción. Me ofende, señor.—Sonreí sin dejar de hacerlo y sabía que él se contenía de hacerlo puesto que la sombra de una pequeña sonrisa apareció en la comisura de sus labios. Me balancee sobre mis pies y lo miré–Entonces, ¿A dónde vamos?
—Hoy toca revisión del perímetro —Comentó caminando por el pasillo.
Le seguí.
—Y eso, ¿Cómo se hace?
—Caminas y caminas controlando que todo esté en orden.
—¿Y cómo sabré yo que está en orden? Ni siquiera sé quienes son buenos o malos en este lugar.
Se detiene abruptamente ante mis palabras y se vuelve girando sobre sus talones.
—Ten cuidado con lo que dices. Todos en esta base son buenos. Limítate a saber eso nada más.
—¿Qué les sucede a todos con amenazarme?—Mascullé refunfuñando y apretando mi dedo índice sobre tu pecho. —Tú quieres que vaya, entonces limítate al menos a darme información útil— Susurré mirándolo de cerca.
–Te crees lista, valiente y atrevida pero lo más seguro es que no hayas vivido nada que lo haya puesto a prueba. Esto es el mundo real, niña. No todo sucede dentro de cuatro paredes o una cápsula.
Mi cuerpo se tensó con sus palabras. Como siguiera desconfiando tanto de mi, le daría verdaderos motivos para hacerlo. Tampoco era como si hubiera dicho algo mal o erróneo acerca de la gente de aquel lugar.
Nadie me quería aquí y estaba segura que si pudieran acabarían conmigo sin dudarlo.Zeke pasó a mi lado empujando mi hombro y no me quedo otra que seguirlo.
Caminamos hasta el comedor donde un montón de hombres estaban acomodando sus chalecos, algunos se estaban colocando un aparato redondo y pequeño en la oreja.
Eso me hizo levantar una ceja curiosa, estaba a punto de preguntar para qué servían a Zeke, cuando empezó a hablar:–Escuchen bien. Tenemos una nueva en el grupo, una queja de su parte por mal trato y todos harán tres horas de continuo entrenamiento en el campo de instrucción.— Murmullos de queja se escucharon entre la multitud. —Callaos. Su nombre es Eileen, la recluta. Ustedes saben comportarse, muchachos. No me pongan en evidencia—Todos rieron y mi cuerpo se tensó. Eso no sonaba nada bien. —Muy bien, hoy toca revisión de perímetro. Llegó información de que KMA mandó patrullas, parece que andan buscando algo. Así que anden con cuidado. Quiero informes cada media hora de lo que encuentren por más estúpido que parezca. Lo que perdieron parece ser de importancia para ellos ya que desde hace varios días están en estado de alerta.— Miró a todos en la habitación antes de hablar. — Ahora a trabajar, que hay mucho que hacer.
Todos asistieron y cogieron pistolas y fusiles de un gran ropero. A mi no me dieron ninguna de aquellas magnificas armas, lo que no me molesto en lo más mínimo.
—Ven conmigo—Murmuró Zeke tomando mi brazo y llevándome hacia el mismo armario. Tomó un chaleco pequeño y me miró. —Sabes ponértelo?
Negué con la cabeza y después de que me diera un par de instrucciones pude ponerlo por mi propia cuenta.
Luego de que todos estuviéramos listos, caminamos hacia una gran puerta, Zeke nos miró una última vez antes de asentir y abrirlas; dejando que una fuerte luz se filtrara en la habitación cegándome por completo.
Aquí vamos.
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8 minutos.
Science FictionEn un mundo donde la ciencia experimental lo gobierna todo, ningún ser humano está a salvo.