08. ¿SERPIENTE?

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La fría borrasca de fuera me heló la piel durante una fracción de segundos haciéndome temblar.
Zeke se dio cuenta de eso y sonrío malvadamente.
¿Es qué acaso no iba a dejar se disfrutar con mi desgracia?

Que maldito.

—La próxima vez te coges un abrigo, hoy te congelas.

Pongo los ojos en blanco y le sigo.
El grupo de hombres se dividen en seis, Wale, Zeke y yo íbamos hacia lo que según oí decir a Zeke era el oeste.

El bosque era demasiado traicionero, parecía que andábamos en circulo, mismo pareciendo que sabían lo que hacían. Los arboles eran todos iguales. De gruesa madera y un oscuro color; altos e imponentes.

Yo iba detrás de ellos, pisandoles los talones. Escuchaba ruidos que me hacía mirar por todos los lados, me estaba dando miedo, pero no pensaba decírselo a Zeke de lo contrarío se reiría de mi y me haría quedar en ridículo como siempre lo hacía desde que los conocí.

—¿Esto son huellas?— Oigo a uno de ellos decir y sigo mirando a todas partes, arriba en los arboles, a los lados que quedaban tapados por enredaderas y matorrales. Pero nada.
Sabía que algo allí no iba bien, podía sentirlo.
—Son huellas de oso idiota.

Mientras ellos discutían si el rastro de pisadas era humano o animal y seguían caminando, yo me paré en seco sintiendo una sensación extraña, cuando abrí la boca para gritarles que algo se había movido detrás mía alguien me agarró tapándome la boca y elevándome en el aire.
Un hombre vestido completamente de blanco aparece delante de mi y sonríe. Se lleva el dedo índice a los labios e inmediatamente dejo de sacudirme e intentar gritar. El otro que me sujeta me deja sobre mis pies y da un paso hacia atrás.

Los ojos negros del hombre de blanco me traen calma y su mirada me hace obedecerle como si estuviera en trance.

Saca de subchaqueta una jeringa metalizada y le quedo viendo sin ninguna clase de reacción, como si fuera una estatua o algo por el estilo. Me sentía atrapada dentro de mi propio cuerpo, sin poder o querer hacer algo contra ellos.
Introduce la aguja en la carne de mi cuello con la mínima facilidad y luego la extrae después de introducirme el líquido verdusco.
—Haces un gran trabajo 123045, pronto volverás a casa.

Pasó la mano delante de mis ojos y en cuanto lo hizo desaparecieron y chillé como si no pudiera evitarlo, como si el grito que hubiese estado reteniendo por el trance se hubiera escapado sin que yo lo hubiera ordenado.
Empecé a escuchar pasos correr en mi dirección y vi aparecer en cuestión de segundos a Wale y a Zeke con caras de preocupación
Ambos me miraron pasmados y luego se miraron entre si.

—¿Qué pasó? ¿Por qué te quedaste atrás?—Pregunta Wale acercándose y mirando a mi alrededor en búsqueda de algo que me haya hecho ponerme así.

—Lo-Los de blan— Sentí una fuerte descarga eléctrica proveniente de la pulsera de mi muñeca. Inmediatamente aprieto la mandíbula y la miro. La palabra: serpiente aparece y suspiro.— He visto una serpiente.

Ambos se echan a reír y vuelven a proseguir su camino.
—¿Has oído? Tiene miedo a las serpientes — Se burla Zeke sin dejar se reírse sacudiendo su rifle.

Quería decirles que no les temía, claro que no, eso era un estupidez. Pero las palabras no salían de mi boca, era como si estuviera mentalmente muda; así que sólo me detuve a mirarlo mal antes de empujarlo con el hombro para seguir caminando.

Maldito imbécil.

De igual modo, ¿Qué iba a decirle? ¿Que vi a los hombres que ellos buscaban pero que sólo se limitaron a ponerme una inyección? Iba a mandarme al calabozo antes de someterme horas a un interrogatorio con un sinfín de preguntas para las cuales no tenía ninguna respuesta. Sé que aunque haya depositado en mi parte de su confianza, no dudaría ni un segundo en acusarme de traición si lo creía conveniente.

Mejor no darle razones para ello.

🌙🌙🌙

Caminé un par de metros sin dar más de dos pasos  mirando por encima de mi hombro. Temía que alguien volviera a aparecer y si así fuese, prefería estar lista.

Zeke pasó caminando con Wale a su lado hablando frenéticamente por la radio que tenía en su mano.

—Entiéndeme bien, Elliot. Quiero a ese maldito con vida, no me importa si hay que poner una maldita bala en su maldita pierna o alguna parte de su cuerpo. Lo quiero en la sala de interrogatorio para que me diga todo lo que él sabe —se da la vuelta sin dejar de caminar y me señala. —Tú, te vienes conmigo así que apura el paso.

Asentí frenéticamente acelerando el paso. Claro que iba, la curiosidad me carcomía.

¿A quién tenían que fuese tan importante como para poner a Zeke así?

Delante nuestro apareció un hombre de blanco boca abajo con un hombre vestido como los demás soldados encima de él para que no se levantara. Tres hombres los rodeaban apuntándolo con sus armas.

—Felicitaciones muchachos — Dijo Zeke palmeando la espalda de cada uno antes de hacer una seña para que el soldado se moviera dejando aún al hombre de blanco en el suelo.

Lo toma del brazo impulsándolo para arriba, al instante me di cuenta que era el que me había inyectado lo que fuera aquello anteriormente.

Mis ojos se abrieron del shock y los de él me miraron sonriendo fríamente.

—No la mires, sucia escoria— Murmura golpeando su mejilla y enviándolo de nuevo al suelo. Lo levanta  y toma su cara entre sus manos. —Mírame a mí porque quiero que recuerdes bien mis palabras. Los días que te quedan de vida van a ser los peores. Me aseguraré de ello.

Y con eso dicho volvió a golpearlo antes de volverse y tomar mi brazo para guiarme hacia un costado.

—Escucha Eileen, no creas que no vi como se miraron hace unos segundos. Es la última oportunidad que te otorgo, ¿tienes algo que ocultar?

Quería decir algo pero no sabía qué, así que me limite a negar con la cabeza y observar como asentía antes de volver con el grupo que llevaba al hombre de blanco.

—Lo quiero en la sala de interrogatorio, ya—dice señalándolo. Luego se gira a los que aún custodiaban  la zona. —Vuelvan a sus posiciones, quiero que rastrillen toda el área. Es imposible que ese hombre haya venido por voluntad propia y solo.

Todos asintieron y comenzaron a caminar de a dos llevando el arma en posición, listos para disparar a cualquier cosa que se moviese.

—Tú— Zeke me señala con su dedo y me moví hacia él. —Te quiero cerca de mi, ¿vale? Algo no me huele bien.

8 minutos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora