Emboscada en el Oasis

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Zoro y Robín estaban llenando las cantimploras con agua cuando escucharon un extraño sonido. Ambos se voltearon y vieron a una avestruz con la cara tapada por un trapo.

De un momento a otro se escucharon caballos y varios hombres los rodearon.

-Persa!!- era nada más y nada menos que: el Sheik-  tu partida el otro día fue tan inesperada, que no tuve tiempo de despedirme- sus hombres acercaron a Zoro hacia él- te hemos seguido durante una semana. Aquel altercado que iniciaste duró más de dos días. Mi amado estadio de carreras. Todo desapareció como las huellas en la arena. Ves a Anita?- señaló al avestruz- es todo lo que queda de mi imperio de apuestas, y no importa si eres un grandioso.... nadie organiza una carrera de avestruzes con una sola de ellas!! Están de acuerdo!?- sus hombres gritaron SIII mientras que el golpeaba a Zoro en la cabeza.

-ven conmigo- fueron junto a la avestruz y le quitó el trapo- sabías que las avestruzes tienen tendencias suicidas?. Es una pena. Era una magnífica campeona, ahora la vigilo noche y día para que no trate de hacer algo absurdo- besó el cuello de la avestruz y volvió con Zoro y Robín- así que se me ocurrió que la única forma de recuperarme de esta tragedia, era encontrando a los dos enamorados que son los causantes de mi sufrimiento. Ahh si, voy necesitar el precio sobre sus cabezas, tu hermano estará complacido cuando vea que...- no continuó cuando notó que Zoro estaba viendo un punto fijamente. Cuando volteó vio unos tres pequeños tornados de arena- sólo son tordaneras persa, son tan comunes como cactus en el desierto.

-Suficiente parloteo sheik, escucha...- pero uno de sus hombres le puso una cuerda dentro de su boca.

-Claro, no quiero oírlo.

Seso se acercó y le quitó la única arma a Zoro: la daga- lindo cuchillo.

-Noble sheik, hacemos un viaje sagrado al templo de..-a ella también le pusieron una cuerda en la boca.

Templo, templo. Princesa no hay nada más sagrado que las monedas persas.

Después de todo aquel bla bla bla de parte del Sheik, decidieron esperar al siguiente día para empezar el viaje a persa y entregarlos. Todos estaban durmiendo sobre unas telas, incluso Zoro y Robín, pero estos dos con las manos atadas.

Sin que ninguno se despertara siquiera, unas líneas se empezaron a dibujar por la arena. Iban a distintos lugares del "campamento".

Seso se despertó encontrándose con el extremo de aquella línea cerca de su cabeza. Y de la arena salió una serpiente del desierto, muy venenosa, que estaba tomando posición para abalanzarse sobre él. Pero antes de que pasara, Zoro tomó una antorcha y golpeó a la serpiente Haciendo que cayera en el fuego. Los ruidos causados por aquello fueron suficientes para despertar a los demás pero eso no evitó que las demás serpientes salieran de la arena y atacaran a varios hombres.

-Dame la daga, hay demasiadas- le pidió Zoro a Seso. Pero el no estaba seguro de aquello- no puedes matarlas a todas quieres vivir? DAME LA DAGA!!

Le cortó las sogas de las manos y le lanzó la daga.

Zoro presionó el botón contra su pierna cuando una serpiente saltaba directo hacia el y el tiempo se detuvo cuando sólo quedaban diez centímetros. La imagen quedó congelada, la serpiente con la boca abierta con los colmillo goteando de veneno y Zoro intentando esquivarla.

Y volvió a la forma "fantasma de arena" pero como ya sabía lo que pasaría no tendría un shock. Prestó atención a los alrededores, de donde saldrían todas la serpientes y cuáles serían sus ataques después de que pasara un minuto, exacto, volvió a su cuerpo original y se dispuso a cambiar su destino... otra vez.

-DAME LA DAGA- le gritó otra vez a Seso que le cortó las sogas y le lanzó la daga.

Cuando la serpiente salió, chocó y se enredó en la antorcha de Zoro y este uso la daga para cortarla a la mitad. Entre la sombra y los árboles el líder Hassansin observaba todo.

Salió una segunda serpiente y Zoro le pisó la cabeza manteniéndola en el suelo. Salió una tercera y Zoro puso la antorcha de tal forma que serpiente se tragó la mitad de ella y con el fuego aún encendido. El arrojó la serpiente a la fogata y luego le clavó la antorcha a la serpiente que sostenía con el pié. Y para terminar sacó la daga y la lanzo contra la última, quedando decapitada, y la cabeza cayó en el regazo del Sheik.

-Persa..que... oye como hiciste!?.

Zoro quitó la Daga del árbol al cual se había incrustado- instinto- cuando se acercó a Robín usó la daga y le cortó sus sogas mientras se dedicaban una sonrisa de complejidad. Ya que ella se imaginaba que había pasado.

Zoro vio atravez de los árboles como los mismos tornados de arena se alejaban de su actual posición- hay que seguir nuestro viaje- fue todo lo que dijo. Ya entendía lo que pasaba y era algo malo, MUY malo.

El Príncipe De Persia (Zoro x Robín)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora