Silencio roto

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Increiblemente había "superado" aquel primer día de rutina en Minneapolis.. O eso pensaba.

23:30 P.M y aun no conseguía conciliar el sueño. Tenía altas espectativas de que nada más recostarme en mi cómoda cama me quedaría dormido. Realmente lo necesitaba si quería estar bien para el siguiente día. Dicen que el momento en el que las personas se ecuentran en sus camas apunto de dormir es cuando el cerebro te induce a pensar en todos los problemas y cuestiones que te has estado planteando en los últimos días. Pues bien, así era exactamente como me encontraba. No paraba de pensar en aquellos "matones" del aparcamiento. Realmente no les culpo por que al fin y al cabo aprenden del entorno que les rodea. Pobre de ellos y de sus problemas personales de inseguridad.

El caso era que no paraba de pensar lo idiota que pude haber parecido cuando estuve delante de ellos sin hacerles cara por que al fin y al cabo se trataba de mi coche. ¿Cómo me iban a tratar de ahora en adelante si mostre debilidad en su momento? Era una situación bastante desagradable en la que se siente demasiada impotencia por poder cambiar las cosas. Una cosa me llevaba a otra y era el tema de mis padres y las contínuas mudanzas. Aveces simplemente no se pueden cambiar a las personas y mucho menos si resulta algo ¿biológico? o como sea la palabra. No podía dejar de pensar en la forma en la que me veían, como el "culpable" de toda esta situación, ademas de lo último que quería fuera que incluso mi hermano llegara a pensar lo mismo y culparme por joderle toda su vida con estos cambios.

Si de algo estaba seguro era de que la culpa no era solo mía. Ellos también arrastraban gran parte de la culpa por tratar de evadir todas las cosas ocurridas en el pasado incluso aquellas muertes que trataron de ocultar en el jardin trasero de "no se cuantas casas"  en las que hemos estado. Era inegable la verdad pero claro, era a costa mia.

0:40 P.M. Después de agotar la fuera que me quedaba en la mente pensando una cosa y otra, parecía que ya me estaba entrando algo de sueño. Fue cuestión de cerrar los ojos cuando de nuevo comencé a verme en una especie de sueño.  Esta vez no me encontraba en clase como aquella vez. Podía ver mis pies  pisando un viejo asfalto y cerca de mi las yantas de un coche. Aquello parecía el aparcamiento de algún lugar a juzgar  por las gruesas lineas que pisaban las ruedas del coche. Podía percibir ese olor a tierra húmeda al mismo tiempo que podía notar como la humedad de la noche acariciaba mis brazos. Sin duda el primer lugar que se me ocurrió fue el aparcamiento de la universidad en el que había estado horas antes pero algo era diferente.  Podía oir como los pasos de una  persona acercandose rompian el silencio de la noche. Consigo mirar de quien se trataba. Giré y ahí estaba. El mismo pardillo de ese mismo medio día. De repente comencé a pensar de nuevo en toda esa impotencia que sentía por no haberle dejado las cosas claras en su momento. El seguía ahí de pie sin decir ni una sola palabra clavando su mirada de celoso en mi. Me miraba como si yo un culpable de algún delito fuera y fue entonces cuando si darme cuenta consigo empujarle hacia el coche. Sin defenderse, ni siquiera pestañear, dejo caerse sobre el coche. No lograba compender exatamente que es lo que estaba ocurriendo. Por qué estaba yo allí y por qué con el. Lo único que comprendía era que quería hacerle daño por ir de sobradas conmigo sin haberle hecho nada. Fue cuando de repente, sin percatarme de que tenía una roca en las manos, le golpeaba la cabeza mientras caía al asfalto húmedo de aquel aparcamiento. No conseguía dejar de pensar en el gusto que estaba sintiendo al golpearle mientras pensaba en la culpa que me hacían cargar mis padres, el estrés de la situación de la mudanza. No podia parar de pensar como el tenía una estupenda vida de universitario con su chica y si equipo de futbol, llevando la vida que todo adolescente querría tener. Algo que mi cabeza y mi estado mental me había arrebatado desde que tengo uso de la razón.

PsychoBoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora