"-¿Real o no?
-Real."Margot
Me froté los ojos con desgana. ¿Qué horas serían? Eché un vistazo a mi despertador. Las tres y cuarto de la madrugada. Hice una mueca. Ese olor a chamusquina que me había despertado persistía y no me dejaba descansar.
Miré a través de las ventanas de mi cuarto, pensando que quizás alguien estaría haciendo alguna fogata. Fui al baño y desde la ventana de allí me aseguré de que al otro lado de la carretera no hubiera ningún incendio. Pero nada. No había nada. Tan solo un silencio fantasmal.
Entonces mis ojos se abrieron de par en par. Temiendo lo peor, bajé a toda velocidad las escaleras hasta el piso de abajo. Lo escruté todo al mínimo detalle. No hubo ninguna señal de fuego ni nada quemado. Todo estaba en perfectas condiciones y aún así aquel olor no desaparecía.
-¿Papá, Scott?
Nadie contestó. Lo que me hizo entender que estaban en sus cuartos, dormidos.
De pronto, ahora que estaba en el jardín, sintiendo la reconfortante brisa de la noche en mi rostro, un chasquido de ramas que provenía del bosque me hizo respingar. En general nunca me asustaban esos ruidos. Solía suponer que se trataría de alguna ardilla o ciervo. Pero en ese momento, en ese preciso momento, sin razón alguna, me costó mucho no esperarme lo peor.
Miré en todas direcciones, buscando al responsable de ese ruido. Y cuando vi aquel cuerpo con forma humana, ancapuchado y cuya identidad protegía la oscuridad de la madrugada, juro que mi corazón salió disparado de mi pecho.
No tardé en dirigirme al interior de la casa. No obstante, algo me detuvo.
-¿Margot? -Una voz aguda y femenina.
Di la vuelta sobre mis talones y me puse en posición de defensa, como me había enseñado mi profesor de defensa personal en la única clase a la que me digné a asistir. Ahora me arrepentía un poco de mi vagueza.
-¿Quién eres?
Y lo que salió de la oscuridad a la claridad de la luz no fue para nada lo que me esperaba. En lugar de tratarse del chico que vi frente al coche de Lya, se trataba de nadie más y nadie menos que Carry Evans.
Un suspiro de alivio salió de mi boca.
-Dios, Carry. Me has dado un susto de muerte. ¿Qué narices haces aquí?
-¿Qué hora es?
-Deben de ser las tres y media de la madrugada. ¿Que haces aquí? -Repetí-. Estar por ahí sola a estas horas es peligroso.
ESTÁS LEYENDO
The Divine Exile
Fantasy¿Qué pasa cuando un ángel es desterrado del cielo? Se dice que los ángeles caídos son inmortales e invulnerables, pero... ¿y si eso no fuera del todo cierto? ¿Y si existiera algún arma celestial que pudiera matarlos? ¿Y si un ángel caído se quitase...