Estuve así varios minutos hasta que me soltó y al girarme vi que no era Julen. Os puedo jurar que fueron los minutos más horribles de toda mi vida.
-Pero, ¿se puede saber quién te crees que eres? -Estaba alterada, aunque quisiera no podría hablar bien.
-Tranquilizate, que era una broma. -Dijo.
-¿Una broma? Mira niño, me estoy empezando a cansar de tus bromas ¿entiendes?
Y sin más entré en el coche y me fui. En el camino pensé que quizás no debí de haberlo tratado así, al fin y al cabo Aday no tiene ni idea de lo que ocurre y sólo quiso ser simpático conmigo. En cuanto llegué a casa de mis padres bajé del coche y entré todo lo que me había pedido mi madre, yo no tenía nada que meter en la nevera así que dejé mi compra en el coche, ya iré después de comer a colocarla.
-¿Al final has decidido denunciarlo? -Preguntó mi hermana.
-Tengo que hacerlo, hoy lo vi en el supermercado.
-¿Y te dijo o hizo algo?
-No, creo que no me vio.
-¡Niñas a comer! -Dijo mi padre.
Dejamos la conversación ahí y fuimos a la cocina. Mis padres no paraban de preguntarme si estaba bien y si me había adaptado a mi nueva casa. Evidentemente aún me estoy adaptando. Al finalizar el almuerzo los cuatro recogimos la mesa y estuvimos un rato charlando en el salón.
-¿Ya has conocido a alguien hija? -Dijo mi madre.
Yo miré a mi hermana, pero por su cara no les había contado nada de Aday.
-No mamá.
-¿Segura? -Insistió mi padre.
-¿Se puede saber a que viene este interrogatorio? -Me hacia gracia que mis padres mostraran tanto interés en mi vida sentimental.
-Ayer me asomé y vi que esperabas a alguien en la entrada de casa. -Dijo mi padre.
-¿Quién era Marta? -Preguntó mi madre.
-Julen.
-¿Habéis vuelto? Hija ese chico te hizo mucho daño, no creo que…
-Tranquila mamá. -La corté- Que ni hemos vuelto, ni volveremos. Fue una simple cita en la cual aclaramos todo.
Tras un buen rato en el cual mis padres no paraban de hacerme todo tipo de preguntas sobre mi tarde con Julen, me fui a casa. Una vez allí coloqué toda la compra y me duché. Y después de un rato pensé que lo más sensato era llamar a Aday y disculparme por mi comportamiento con él, tanto antes como desde que lo conozco.
-¿Sí quién es?
-¿Aday?
-¿Sí, quién eres?
-Marta, la chica que has conocido hace dos días en el taller…
-Ah sí, la durilla.
-Corta las bromas ¿vale? Solo te llamaba para disculparme, no me he portado bien contigo y menos hoy, he tenido un día de perros y lo pagué contigo. Tu broma de hoy fue de muy mal gusto, me asustaste, creí que eras otra persona y claro, me alteré, así que lo siento.
-¿Puedo preguntarte algo?
-Sí dime.
-El chico del otro día, ¿no es tu novio verdad?
-¿Por qué lo dices?
-Hoy lo vi en el supermercado, yo entraba y él se iba.
- Aday contestame, ¿sabes si me vio?
-No creo, ya tu te habías ido. ¿Pasa algo?
-No pasa nada. ¿Sabes si había comprado algo o buscaba a alguien?
-No le vi con bolsas no, Marta en serio, ¿ocurre algo con ese chico?
-Nada, gracias, adiós.
Y colgué, como siempre, dejándole con la palabra en la boca. Este chico acabará odiándome. Todos los pensamientos que había conseguido borrar volvieron a florecer en mi mente. Ahora estoy más segura con respecto a que Julen había ido a buscarme, me estaría espiando y me siguió. Pero, ¿cómo es posible? ¿Cómo puede ocurrirme esto a mí? Definitivamente Clara tiene razón. Tengo que ir a la comisaría y denunciarlo.
-¿Marta? -Dijeron al otro lado de la línea.
-Clara soy yo, tienes razón, tengo que denunciarlo, ¿me acompañas?
-No creo que debas salir ahora.
-¿Por qué lo dices?
-¿Recuerdas que yo me quede en casa de papá y mamá cuando te fuiste verdad? Bueno, el caso es que al irme yo a mi casa vi a Julen aparcando cerca de tu casa, a lo mejor se ha ido ya, pero no se, se está obsesionando un poco y puede ser peligroso.
-Clara, mañana tengo que ir a trabajar.
-Llama al mecánico, dudo que Julen se atreva a decirte o hacerte algo con ese chico al lado.
-No Clara, no voy a involucrar a nadie y menos a un chico que apenas conozco.
-Tu verás.
-Buenas noches hermanita.
-Buenas noches, y piensa las cosas.
Me metí en la cama a leer un rato y cuando más sumergida en la lectura estaba tocaron la puerta. ¿Quién será a estas horas? Me puse las zapatillas y fui a abrir. No puede ser, tiene que ser mentira…
-¿Que haces aquí Julen?
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¿Crees en el destino?
CasualeMarta es una abogada muy prestigiosa, la vida le estaba sonriendo hasta que todo se empezó a torcer. ¿Sería todo una simple casualidad o Marta estaría en manos del caprichoso destino?