¿Será verdad que Julen no aparecerá? No creo, seguro que acaba viniendo, él no es tan tonto como para arriesgarse a que mi amenaza sea cierta.Las horas pasaban y no llegaban hasta que, a las once de la noche, tocan el timbre. Me levanté de la cama y fui despacio hacia la puerta, antes de abrir me peine un poco. Cuando abrí y vi que era Julen, le hice pasar, él tomo asiento mientras yo iba a por una cerveza para él y luego me senté a su lado.
-¿Qué es lo que quieres? -Dijo.
-¿Tú no me habías pedido matrimonio? -Estaba dispuesta a comenzar con el show esta noche.
-Sí, ¿y qué?
-¿Cómo que y qué? Tenemos que ir mirando todo ya.
-Pero si no tenemos ni fecha Marta...
-¡Por eso! -Grité, más alto de lo que esperaba y quería.
-Marta por dios, ¿te quieres relajar?
-No puedo, desde que me lo has dicho ando como loca, mirando vestidos por internet, ramos de flores, sitios dónde celebrar la boda, iglesias de la zona, ayuntamientos por si al final decidimos casarnos por ahí, invitados, tartas...
-Para, para, para. -Me interrumpió.
-¿Qué pasa? ¿No estas ilusionado?
-Sí cariño, claro. Pero, ¿no estás yendo muy rápido? No le he dicho a mi madre ni que hemos vuelto y tú ya estás pensando en todo ese ajetreo.
¿En serio no le había dicho a la madre que habíamos vuelto? Bien, atacaré por ahí.
-¿Cómo que no se lo has dicho a tu madre? ¿Te averguenzas de mi? -Dije con finjida indignación.
-¡Claro que no! No digas tonterias.
Me quede callada, era consciente de que la madre no permitiría que nos casaramos al igual que no permitió que nos fuesemos a vivir juntos. Esa mujer siempre será una auténtica bruja, eso lo tengo claro.
-¿Y entonces por qué no se lo has dicho?
Julen se quedo quieto y con la boca cerrada. No se atrevía a decirme que tenía miedo que su madre se opusiera. Tan hombre para unas cosas y tan cagado para otras, si es que...
-Contestame. -Insistí.
-Porque no Marta, no es algo fácil de decir.
-Muy bien, pues hasta que no se lo digas, a mi casa no vuelvas. Y olvídate de la boda.
Julen se quedó atónito, no daba crédito a lo que había escuchado. No sabía si levantarse o quedarse así que se lo aclaré.
-¡Qué te vayas de mi casa ya! -Grité.
En ese momento Julen se levantó y se fue. Primera noche superada. Ahora él buscará la forma de decirselo a su mamá y después volverá para dejarme de nuevo. Tengo todas las cartas a mi favor, su madre me odia y el no será capaz de enfretarse a ella por mí. Bueno, ni por mi ni por nadie, cosa que me parece genial y más en estas circunstancias. Que bien me lo voy a pasar estos días.
¿Cuánto tiempo estaré sin saber nada de Julen? ¿Una semana o quizás un mes? Con un poco de suerte estaré hasta dos meses sin saber nada de él. Iré a trabajar y volveré tranquilamente, a lo mejor llamo a Aday y quedo para dar una vuelta con él. ¿Querrá? Viendo lo borde que he sido con él y lo poco que hemos hablado y nos hemos visto lo dudo mucho... Ya sé lo que haré.
-Sí, ¿dígame? -Escuché al otro lado del teléfono.
-¿Aday?
-No, soy Miriam, ¿quién eres?

ESTÁS LEYENDO
¿Crees en el destino?
RandomMarta es una abogada muy prestigiosa, la vida le estaba sonriendo hasta que todo se empezó a torcer. ¿Sería todo una simple casualidad o Marta estaría en manos del caprichoso destino?