Capítulo 10

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N/A: No sé que debo contestar a cada uno de los comentarios que recibo.

Son abrumadores. Mil gracias, es increíble para mí recibirlos.

Este capítulo es algo más largo (el doble de lo normal), en compensación al suspense del anterior.

Espero que lo disfrutéis, sobre todo, o en especial, una parte que me ha costado lo mío poder escribir intentando trasmitir todo lo que tenía en mente. Espero haberlo conseguido.

De nuevo, mil gracias por leer, las historias son de los lectores.
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Kate llevo su mano derecha hasta la cara de Castle, dejándola a escasos milímetros de su piel, sin atreverse a rozarle. Él la observaba en silencio, esperando su reacción.

Le había costado poder decirle aquella frase y los escasos segundos que habían pasado parecían eternos sin una respuesta por parte de ella.

Kate parecía debatir internamente que debía hacer. En su rostro podía percibir el cercano calor en los dedos de la detective aunque estos no le estuviesen tocando. Él, que ya se había lanzado al vacío, sin paracaídas y sin red, decidió que no tenía nada más que perder y movió su cabeza sobre la almohada, buscando su contacto y provocando que los escasos milímetros que le separaban de la mano de Kate desapareciesen y ella al fin le tocase. Sus miradas seguían conectadas mientras ella, paseaba con delicadeza las yemas de sus dedos por las facciones de él, acariciándole con lentitud, como si estuviese memorizando cara poro de su piel.

- Castle...

- No quiero, no puedo Kate... No puedo seguir así, fingiendo un control que no tengo, escondiendo un secreto que me mata y mintiéndome a mi mismo cada vez que te veo con otro, intentándome convencer de que no pasa nada, que si tú eres feliz así, yo soy feliz al verte... Pero no puedo Kate, ya no puedo seguir intentando ser tu amigo, cuando en realidad lo que quiero es ser todo en tu vida.

Castle dejó de hablar por unos segundos, estudiando la reacción de Kate, que seguía acariciándole despacio, sin dejar de mirarle.

- No quiero que creas que estoy intentando seducirte Kate - atinó a decir con seriedad.

- No lo creo - contestó ella con voz muy suave.

- Sé que puede sonarte tópico, pero desde el instante que apareciste por primera vez en mi vida, en aquella fiesta absurda, los cimientos de mi existencia se movieron y algo me dijo que ya nada iba a volver a ser igual.

Ella se armó de valor, y acercó tímidamente su cara a la de él, juntando sus labios en un suave roce.

- No puedo permitirme - continuó él en su boca- que pasen otros tres años y que vuelvan a dispararte para volver a decirte...

Castle enmudeció sabiendo que ésta vez la confesión de su secreto le haría tan vulnerable que podría quedar herido para siempre, pero ya no había vuelta atrás, tomó fuerzas para repetir lo que sentía por ella.

- Para volver a decirte que te quiero Kate...

Kate no dijo nada, se limitó a volver a cerrar el espacio entre sus bocas y besarle. Pero esta vez no fue un beso ni corto ni tímido. Apoyó con firmeza la mano en su mandíbula, atrayéndola con delicadeza, mientras sus labios atrapaban suavemente los de él, que reaccionó al instante haciendo lo mismo, mordiéndose sin dientes en una pequeña batalla en la que no cabía vencedor ni vencido. Cerraron los ojos ensimismándose en el momento, sintiendo sus narices chocar levemente. El brazo de Castle rodeó su cintura, mientras su mano se abría completa sobre la espalda de ella, aproximándola más a él. Una oleada de calor invadió a ambos mientras sus bocas se mimaban recíprocamente, labio a labio, en caricias aterciopeladas. El sonido de sus propios corazones, latiendo desbocados, les impedía escuchar los suaves crujidos que provocaban sus danzarinas bocas. Y cuando sus curiosas lenguas decidieron por fin buscarse, probándose mutuamente, una explosión de sabores y fragancias anheladas les invadió, desencadenando una turbulencia de movimientos incontrolados y un anhelo por respirar el aliento ajeno, como si el simple hecho de besarse no fuese bastante y necesitasen compartir el aire que respiraban para demostrar que ese beso no era mas que el primer paso para ser uno del otro.

Algo más que amistadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora