Guerra de colmillos

Prólogo

«Nombre: Sarah Foster
Edad: 16 años
Motivo de reclutamiento: habilidades especiales
Fecha de reclutamiento: 3/12/2078»

Por Drácula... ¿Habilidades especiales? Eso era por lo único que me querían, por el simple hecho de que yo puedo ver las almas de humanos fallecidos.

Los soldados del ejército de vampiros decían que debo permanecer oculta, una habilidad como la mía es muy codiciada. Abandoné a mi familia, entre ellos a mi hermana Erika y a mi padre Konrav; mi madre fue asesinada por protegerme.

Estaba en el pequeño cuadrado que me dieron como habitación, por un lado estaba el féretro donde duermo, y al lado la tableta de luz, que uso en vez de una lámpara ya que estas me hacen daño. Sentada en la alfombra pude concentrarme, las almas de algunos «neutros» me rodean, la mayoría de veces solo me observan o me cuentan chistes malos, otras me dicen información útil.

Me concentré en uno en específico, uno al que le he cogido cariño estos últimos días. Se acercó a mí y me dijo que debo estar atenta, las bestias se aproximaban, los hombres y mujeres lobo estaban cerca; oí un estruendo afuera, ya era tarde. Charlie me dijo que debía salir de mi pieza, pues saben de mi existencia y mi don. Vi una sombra en mi ventana y luego un destello, caí inconsciente.

~•*•~

Saludos mis inmortales lectores... Una historia diferente a lo que usualmente hago, pero todos necesitamos un cambio, ¿no?

Trataré de hacer esto lo menos cliché que pueda, lo menos parecido al estereotipo de historias vampiro-hombre lobo.