Nadie te avisa en qué momento dejas de importarle, pero ese momento siempre llega. El brillo de los ojos se va, ya no te tienen en cuenta al tomar decisiones, ya no sientes el amor o la amistad que los unía, como si ese vínculo se hubiera esfumado así sin más. Y de repente te preguntas ¡JODER! ¿dónde está lo que un día fuimos? ¿por qué no pude hacer nada para que no terminara? . Pero no puedes encontrar una respuesta... tal vez ni siquiera haya una respuesta y eso duele. Nadie te avisa en qué momento dejas de importarle, pero ese momento siempre llega y entonces lo sabes. Ya no significas nada, te convertiste en un recuerdo.