Capitulo final.

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Esa noche antes del viaje a Tokio Tooru se preocupaba de haber empacado todo lo necesario, ya que su cama y demás muebles necesarios para su hogar serian enviados unos días después en un camión de mudanza, su madre entro con una sonrisa nostálgica y le acaricio el cabello, Tooru se dejo hacer con una leve sonrisa.


-No puedo creer que ya vayas a vivir solo... -Comento la mujer mientras abraza a su hijo y se esconde en su pecho, ya que con el pasar de los años Oikawa se había vuelto más alto que ella. –Mi guapo bebe ya entrara a la universidad.

-Madre, no digas eso... -Dijo Tooru haciendo un puchero y abrazando a la mayor. –Te voy a extrañar, sobre todo a tu comida.

La mujer de cabellos castaños lanzo una leve risa y le revolvió el cabello a su hijo, luego se sentaron en la cama y la madre del castaño se encargo de recordarle los cuidados que debía tener y le dio varios consejos, por último beso su mejilla y lo abrazo con fuerza antes de irse a dormir, dejando nuevamente solo al castaño, solo con sus pensamientos...

Tooru le había explicado por la tarde a su madre que no quería que lo dejaran en la estación de trenes y para su sorpresa ella comprendió, como si sospechara lo que planeaba su hijo ya que esta luego escucho que Iwaizumi dejaría a Oikawa en la estación. Tooru no sabía si su madre ya estaba consciente de sus sentimientos o solo creía que sería un adiós entre los mejores amigos de infancia que eran.

Tooru se puso su pijama y se metió en la cama con su teléfono en mano, descargo algunas canciones para el viaje y así no aburrirse tanto, se puso un audífono en su oído y dejo corriendo la canción que más le gustaba, una canción de Coldplay que de alguna manera le llenaba el corazón de relajo y emoción, porque le recordaba a Hajime...

-'Cause you're a sky, 'cause you're a sky full of stars... I'm going to give you my heart... -Coreó la canción con sus ojos cerrados, su pronunciación no era la mejor pero nadie lo escuchaba, así que le resto importancia y continuo cantando en la soledad de su cuarto.

En algún momento de la canción Tooru pensó en la forma de confesarse, ¿Qué debía hacer? Tal vez robarle un beso y meterse al tren como si fuera una película dramática, o solo lanzarse a sus brazos y llorar, y gritarle que todos esos años lo estuvo amando en secreto como si de un loco se tratase...

-I think I see you... -Susurro mientras abre sus ojos y escucha el ritmo de la canción, suspiro y esta se interrumpió abruptamente ya que su teléfono comenzó a vibrar, al ver quien era solo sintió el nudo en su garganta apretarse. –I-Iwa-chan... buenas noches.... –Dijo un tanto nervioso, deseando que Hajime no lo notara.

-¿Estas nervioso por el viaje de mañana? –Pregunto el pelinegro, el cual veía el techo de su habitación mientras podía oír la respiración agitada de su amigo. –Relájate, tienes que descansar idiota... -Le regaño aun que no sonaba del todo molesto.

-¿Pasaras por mi...? –Pregunto Tooru con una sonrisa suave. –Espero que si Iwa-chan, no puedo llevarme todo solo...

-Sí, eso planeamos ¿no? Ahora vete a dormir, debes despertarte temprano o perderás el tren. –Le dijo mientras cierra sus ojos un momento, aun que Tooru no respondió. -¿Oikawa? ¿Sigues allí?

-Iwa-chan, gracias por todo... buenas noches... -Le dijo antes de colgar el teléfono y acurrucarse en su cama, volviendo a oír la música por el auricular. –Mañana te lo diré Iwa-chan... todo lo que he estado callando... -susurro muy despacio antes de rendirse ante el sueño.

Al día siguiente Tooru se dio una ducha y se vistió con algo ligero, algo que fuera cómodo para poder viajar, tomo sus bolsos y los bajo para dejarlos en la sala, desayuno con sus padres y una vez mas estos le aconsejaron en todo, le desearon suerte y la madre de Tooru le dio un bento para el camino. El timbre sonó y el castaño supo que era su amigo, abrazo a sus padres y se despidió para luego dejar entrar a su mejor amigo, tomaron las maletas y la mochila, Tooru beso las mejillas de sus padres y salió de allí, caminando junto a Hajime y con su corazón latiendo como un loco, como si quisiera correr lejos o simplemente detenerse de golpe...

Caminaron hasta llegar a la estación donde Tooru compro su boleto y fue junto al andén con Hajime, el tren no tardaría en llegar por lo que no se molestaron en sentarse en algún sitio, Iwaizumi saco de su bolsillo un llavero con forma de platillo volador y lo puso frente al castaño.

-Son para tus nuevas llaves, ya que vivirás solo. –Le dijo mientras sonríe casi de manera imperceptible. –Espero que te vaya muy bien en la vida Oikawa, te deseo lo mejor. –Dijo mientras lo ve directo a los ojos y el castaño siente como se va derritiendo por dentro ante esto.

-Iwa-chan... yo también quiero que triunfes en todo. –Le dijo mientras guarda el llavero en su bolsillo. –Quiero verte con un diploma en tus manos, además no quiero que tengas otro mejor amigo, quiero ser el único que fastidie a Iwa-chan.

-Lo serás, nadie te podría quitar ese puesto. –Dijo el pelinegro riendo un poco al ver la expresión infantil de su amigo. –Eres único Oikawa Tooru, único en tu especie... y por eso siempre serás mi amigo, mi compañero y mi rival... dentro y fuera de la cancha. –Dicho mientras alza un poco su mano empuñada, esperando que Oikawa la chocara. –Siempre seremos amigos a pesar de que no vayamos a estudiar juntos Oikawa.

Tooru vio la mano de su amigo un momento y pensó en todos esos años de amistad, pasando victorias y derrotas, jugando y pasando por peleas infantiles para luego volver a estar juntos, Hajime era su primer mejor amigo y si llegaba a confesarle lo que sentía estaba la posibilidad de perder aquello tan bonito que se demoraron años en forjar, Tooru sonrió de forma sincera y choco el puño con Hajime mientras el tren llega al andén por fin, aquel choque de puños era más significativo de lo que parecía, para Iwaizumi era una promesa de que seguirían juntos por siempre como los amigos que eran, y para Oikawa era la forma de sellar sus sentimientos para siempre, o hasta ya no sentirlos más... Sinceramente el castaño prefería la segunda opción.
Tooru subió sus maletas y le dio un abrazo a Hajime, un fuerte abrazo antes de subir al tren y sentarse en su asiento, el tren comenzó su marcha dejando atrás aquel pequeño pueblo, dejando atrás bellos recuerdos, bellas enseñanzas y también al único chico que Oikawa Tooru ha querido de verdad...

Tooru saco su teléfono y sus audífonos, se los puso y escuchando música se trato de convencer de que aquello era la mejor decisión, que las lágrimas que comenzaban a caer en ese momento con la canción Yellow de Coldplay serian pasajeras.

-Aun hay mil cosas que me hubiera gustado decirte... -Susurro Tooru entre lágrimas pero ya era tarde para arrepentirse.

Su amistad con Hajime valía mucho más que sus sentimientos, eso quería creer.

Fin.

Mil cosas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora