Prólogo

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Siete años atrás...

Ya el cielo se encontraba teñido de una profunda escala de grises, pues una inmensa lluvia estaba a punto de cubrir las calles de Santa Verónica.

En un pequeño rincón de la casa de los Dawson, escondida y encogida como si de un pequeño e indefenso animal se tratara, se encontraba Melanie... Asustada e insegura como todos los días.

A sus ocho años, la pequeña niña de cabellos castaños con toques rojizos y dueña de unos ojos teñidos de un verde profundo, se hallaba con miles de pensamientos dentro de su pequeña cabecita. Ya que, aunque un poco ridículo suene, Melanie tendría un hermanito...

Pero no solo era el hecho de la llegada de su hermanito, por supuesto que no. Era el momento en que esa pequeña criatura llegaría a su vida. Melanie no hacía mucho que había presenciado la muerte de su padre. Aquella persona que Melanie tanto quería, pues era como su alma gemela, se le fue arrebatado bruscamente con un infarto; súbito, doloroso y mortal.

Su madre enviudó y después de un año, colocó sus ojos en otro hombre, quien para Melanie sería un completo extraño y que para ella nunca le llegaría ni a los talones a su difunto padre. Ahora esto, hacía unos minutos su madre y su padrastro le dieron la noticia de que ya no sería la niña consentida de la casa, pues su puesto se le cedería a la criaturita dentro de la panza de mamá.

Una lágrima se desliza suavemente por la pequeña mejilla colorada de Melanie, siendo esta símbolo de suma tristeza y de la consecuencia tras romper esa barrera que mantenía todos esos malos recuerdos, desgarrando con ellos más lágrimas.

Se escuchan unos pasos hacer eco por los pasillos, el hermano de Melanie: Logan, ha llegado de su práctica de fútbol.

El chico, tres años mayor que su hermana, atraviesa el gran salón arrastrando sus mugrosos pies, dejando rastros de tierra y lodo. Melanie sorbe su nariz y, unos pasos más adelante Logan se detiene y retrocede unos cuantos para quedar de frente, a unos metros, con aquella persona que produjo aquel ruido. Quita algo de lodo de su cara para poder ver de quién se trataba.

Al percatarse que es su hermana quien llora, Logan corre hacia ella y se sienta a su lado.

-¿Y esas lágrimas, Mel? -Dice en el momento que con delicadeza pasa su pulgar por ambas mejillas para secarlas, ensuciándolas torpemente con un poco de lodo.

-No lo... Sé -Contesta Melanie apartando la mirada.

-La gente no llora sin saber por qué -Insiste Logan quien ahora aparta los cabellos castaños rojizos de Melanie que  escondían su tierno rostro.

Ella esboza una sonrisa. -Creo que... estoy triste.

-¿Por la venida del nuevo bebé? -Pregunta el chico.

-Por todo... -Más lágrimas caen de los ojos de Melanie y en ese momento ella levanta la mirada para ver a su hermano.- Extraño a papá. -Sin decir más, Logan la abraza y ella comienza a llorar con más fuerza. Sin darle la mínima importancia a cuán sucio se encontraba su hermano, ella corresponde aquel abrazo. Y así estuvieron, los dos niños no supieron cuanto tiempo había pasado, solo que ahora las nubes feas se habían ido y que la fuerte tormenta que se avecinaba, ya no vendría, pues el sol nuevamente reclamaba su lugar.

-Las princesas no lloran -Dice Logan rompiendo el silencio que se había formado.

-¿Por qué? -Pregunta esta vez Melanie quien se aparta un poco para ver a su hermano.

-No se ven tan lindas -Responde Logan sonriendo, provocando que sus ojos se achinen y unos tiernos hoyuelos aparezcan en sus mejillas.

-¿Y yo soy un princesa? -Continúa preguntando su hermanita.

-La más linda de todas las princesas -Contesta el chico y seguido deposita un tierno beso en la frente de Melanie.- Yo te protegeré para que no llores más.

Los ojos verdes de Melanie se abren sorprendida. -¿Como un príncipe?

Como un príncipe. -Finaliza Logan con una sonrisa.

El chico se pone de pie, recordando lo sucio que se encontraba, así que comienza a caminar hacia el baño antes de que su madre lo viese y lo regañase. Melanie rápidamente se levanta y sale de su escondite atrás de la escalera.

-¿Lo prometes, Logan? -Dice fuertemente produciendo un eco en el gran salón.

Él gira sobre sus talones y asiente. -Lo prometo, Melanie.

Desde ese momento, Melanie supo que ya no estaría sola, que podría confiar siempre en su hermano. Demostrando así, que Logan era una persona demasiado noble y que jamás la abandonaría. Después de todo se lo había prometido, y para un niño una promesa es algo irrompible. 

Sin embargo, ¿qué pasará cuando llegue el día en que es promesa se rompa? Así como una delicada burbuja, que tras volar tan alto y tan lejos, se estrella de forma sorpresiva con un objeto  afilado provocando que estalle deshaciéndose en cientos de pequeñas gotas que son esparcidas por el aire. 


La Burbuja De Melanie [ Disponible en DREAME ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora