Escapa de lo normal

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Y así fue, sin detenerse a analizar la surrealista situación, se acercó más a la puerta, alumbrando el picaporte con su linterna, pero no había mucha necesidad de alumbrarla pues el halo de luz rosada que salía a través del marco de la puerta daban suficiente luz como para evitar que se tropezara con los zapatos que alguno de sus amigos había dejado ahí botados. Temblando ligeramente posó su mano sobre el redondo picaporte. ¿Qué rayos estaba haciendo?, no lo sabía, pero tampoco era como si pensara mucho en ello, tal vez aún estaba dormido y eso no era más que un simple sueño.

Por fin se atrevió a girar la manija, y la puerta se abrió por completo, dejando ver sólo un extraño e interminable humo rosado, el cual no permitía que Mark pudiera ver exactamente qué era lo que había allí dentro. 

El pensamiento de que podría caer a la nada misma si daba un paso adelante le impidió moverse de donde estaba parado, aún dentro de su oscura habitación en el internado pero justo frente a una puerta que prometía algo totalmente diferente a la rea...

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El pensamiento de que podría caer a la nada misma si daba un paso adelante le impidió moverse de donde estaba parado, aún dentro de su oscura habitación en el internado pero justo frente a una puerta que prometía algo totalmente diferente a la realidad, así como un lugar donde pudiera olvidarse de todo, pero... ¿y si al entrar ahí, al salir de la azulada habitación donde estaba, se encontraba con algo aterrador, algo peligroso, algo de lo que no pudiera escapar?; analizó la situación: sí, tenía miedo de lo que sea que encontrara ahí dentro, pero seguro no podría ser peor de la realidad que estaba viviendo, atrapado en aquel lugar, soportando las memorias del pasado, soportando las pesadillas de cada noche, soportando sus propios pensamientos masoquistas que intentaba cubrir pero que aún así lo atormentaba cada que bajaba la guardia.

A la mierda todo, pensó, si esa puerta se había presentado ante él era por alguna razón, si era una razón buena o mala no le interesaba, no dejaría pasar esa oportunidad de algo nuevo y surrealista, sea lo que sea. Dio un paso hacia delante, cruzando el umbral, un poco temeroso pero totalmente convencido de hacerlo. Se adentró a aquella nueva habitación, completamente cubierta de ese humo rosa pastel y tenía un olor parecido al de una goma de mascar, no era el aroma favorito de Mark pero en ese momento le ocasionó una extraña calidez que recorrió todo su cuerpo, tranquilizándolo. Justo lo que necesitaba.

La puerta se cerró lentamente detrás de él, pero ni siquiera lo notó, ya no había vuelta atrás.

Siguió caminando hacia el frente, sin mirar atrás; parecía alguien que acababa de tomar una dosis de alguna droga alucinógena debido a su despreocupado andar y esa ligera sonrisa risueña en su rostro; es más, él mismo se preguntaba en qué momento había tomado esa droga... ¿en serio lo había hecho?, no, él ni siquiera había tenido contacto con esas cosas durante toda su vida, mucho menos desde que estaba ahí encerrado en el instituto.

Una suave y tibia mano ajena lo puso de nuevo en tierra firme cuando se ciñó alrededor de su propio brazo. No se asustó debido la extrema paz que sentía en esos momentos pero sí se sorprendió de que alguien más estuviera ahí dentro. Miró hacia esa pequeña mano ajena, y luego subió la vista hacia el dueño de esta. Sonrió aún más. Ahí estaba Jisung, y también llevaba puesta la fea pijama a rayas del instituto, y su cabello rizado se encontraba un tanto despeinado, lo que le hacía lucir realmente adorable, parecía unos años aún más pequeño de lo que ya era.

—Hyung —afirmó más el agarre que mantenía en su brazo.

Se miraron durante unos segundos, aún rodeados por aquel humo rosa.

—¿Qué haces aquí? —preguntaron ambos justo al mismo tiempo, ocasionando una leve risa apenada tanto en uno como en el otro.

Sin tiempo de agregar algo más, Mark fue dirigido hacia abajo por el pequeño, sentándose uno al lado del otro.

—Jisung, ¿qué haces aquí? —preguntó luego de un rato en silencio, observando la nada misma que representaba aquella habitación.

Sabía que ese lugar tenía un inicio: la puerta por la que había entrado; pero no estaba seguro de que tuviera un final o algo que delimitara el ancho y largo de eso en donde sea que estuvieran. Parecía un tipo de limbo, pero sabía que no estaban muertos. ¿En dónde estaban realmente?

El pequeño se recostó boca arriba sobre el suelo –si es que esa superficie sobre la que estaban era el suelo–.

—Nunca nadie a parte de mí había entrado aquí.

¿A qué se refería con eso?

—Durante todos estos años he pensado sobre ello. Al principio no sabía si me estaba volviendo loco o si era simplemente parte de mi imaginación. Hace tiempo se lo comenté a mi antiguo compañero de litera, Taeyong —se detuvo para suspirar—, siempre me dio miedo, él era muy callado y misterioso, pero yo no tenía a nadie más con quién hablar y no soporté más la agonía de no saber lo que pasaba, así que simplemente se lo dije; esa noche él se lo contó al Rector Gu, obviamente me tomó por un enfermo mental, estuve dos semanas en el sótano.

El simple pensamiento sobre el sótano le provocó un horrible escalofrío; ahí en el sótano había una larga hilera de habitaciones individuales donde el calor en el día es insoportable y el frío en la noche te hiela los huesos, es a donde mandan a los chicos problema para que recapacitaran sobre sus acciones. Esperaba jamás volver a pisar aquel lugar de mala muerte, y para ello juró nunca más hablar sobre el tema de "sus alucinaciones nocturnas". Pero ahora que Mark estaba ahí con él significaba que en realidad no eran alucinaciones, ¿cierto?

Mark sabía que Jisung había sufrido durante toda su corta vida debido a que vivió en la calle y a los cuatro años las autoridades lo encontraron y lo llevaron al instituto, pero jamás se imaginó que aún dentro recinto siguiera sufriendo tales adversidades; es decir, sí, las normas del colegio eran muy estrictas, pero llegar a tales extremos de encerrar como castigo a los estudiantes en ese tipo de lugares ya era demasiado, y estaba seguro que eso no era para nada legal.

—Eso fue  más o menos dos años antes de que tú llegaras. Juré que me llevaría esto a la tumba, pero ahora que estás aquí, significa que no son simples alucinaciones mías, a menos que incluso tú seas una alucinación, en ese caso ya estoy de verdad chiflado —durante toda su explicación miró hacia arriba, sin observar nada en particular—. Dime que no estoy chiflado —agregó por lo bajo al no obtener respuesta del otro.

—No lo estás —se apresuró a decir, observando al pequeño, quien cerró los ojos.

—Si lo dices así me hace sentir aún más estúpido —añadió con pesar.

—Jisung, mírame, en serio no estás chiflado —se miraron fijamente—. Realmente estoy aquí, contigo, sea donde sea este lugar, aquí estamos los dos.

—Gracias, hyung —sonrió levemente, buscando a tientas la mano del mencionado.

Mark se recostó junto a él, mirando hacia arriba, entrelazando los dedos de ambos. Sin siquiera darse cuenta, los dos fueron cerrando poco a poco los ojos, cayendo en un estado de quietud física y mental, sabiendo que estaban juntos, sintiendo el calor el uno del otro.



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Holi :))) gracias por seguir por acá a pesar de que no actualicé seguido, pero la escuela me deja muerta y sin imaginación XnX 

Bueeeno, sólo pasaba a saludar, así que le cortaré aquí y seguiré escribiendo el siguiente cap, espero subirlo pronto. 

*Duda: ¿creen que está muy corto éste capítulo?, ¿los hago más largos o así está bien?, ¿qué opinan de la historia?, espero le vayan entendiendo y les vaya gustando porque creo que está medio puaj :v  –huye a su madriguera lentamente–

Come into my Dream [Mark & Jisung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora