El lugar era idéntico a como recordaba, y sí, Jisung estaba sentado en el centro de donde sea que estuvieran, con las piernas pegadas al pecho, lucía realmente sumido en sus pensamientos.
—Me gusta aquí.
El pequeño ni siquiera lo sintió llegar, y el escuchar su voz justo a su lado lo descolocó totalmente, haciéndolo dar un pequeño brinco de sorpresa. Sonrió.
—Me alegra que vinieras —comentó, observando a su hyung tomando asiento junto a él—. Creí que ya no regresarías.
—No sé cómo ni por qué llegué aquí, pero también me alegra haberlo hecho.
—Ya que tocas el tema, yo tampoco sé cómo lo haces, es decir, a parte de mí, jamás nadie había entrado. Ni si quiera yo sé cómo llego a este lugar, ¿cómo llega esa maldita puerta a la pared de nuestra habitación? —se encogió de hombros, no tratando de quebrarse la cabeza buscando una explicación razonable, pues sabía que no la había, y de haberla, jamás la encontraría.
—Sí, todo esto es muy extraño, pero al menos tienes tu propio espacio, así como para escapar de todo por lo menos durante un rato —le revolvió el rulozo cabello.
Supiró.
—Lo sé, pero a veces se siente tan... no sé, tan vacío —unas traicioneras lágrimas acumulándose en sus ojos. Mierda, ¿por qué tenía que ponerse sentimental justo ahora?, ¿por qué justo frente a Mark hyung?
Giró hacia el lado contrario su rostro, tratando de contener las lágrimas que intentaban escapar. Sintió una correr por su mejilla izquierda. Una segunda no se hizo esperar.
—Sunggie, no... no llores, yo estoy aquí, no lo olvides.
Miró sorprendido a su amigo, quien le dedicó una bella sonrisa.
Jisung no pudo evitar sonreír debido a todas esas emocionen arremolinándose en su interior. Y algo que tampoco pudo evitar fue lanzarse hacia Mark, envolviendo sus delgados brazos alrededor del cuello de su hyung, juntando toscamente sus labios.
Mark no supo cómo reaccionar, jamás se esperó que el pequeño y tierno Jisung se atreviera a hacer tal cosa. Su corazón se disparó a mil por hora, y debía confesar que ya había fantaseado con respecto a aquello que sentía cada que estaba con Jisung. Ese beso en serio le tomó por sorpresa. Comenzó a sentir cómo el pequeño empezaba a retroceder, y en ese instante Mark envolvió la delgadez de su amigo en sus brazos, juntando los cuerpos de ambos.
Se mantuvieron así por unos cuantos segundos más, sin decir ni una sola palabra, pero con un torrente de sentimientos a flor de piel. Poco a poco se separaron, mirándose fijamente.
—Eso dolió un poco —comentó divertido Mark, acariciando suavemente el labio inferior de Jisung, el cual tenía una pequeña gota de sangre debido al golpe.
En cuanto el dedo de su hyung tocó su labio, se dio cuenta de lo que éste hablaba. El ardor que sintió ante el toque le confirmó lo inexperto y tosco que había sido. Se sintió realmente un tonto niño pequeño. ¡No podía considerar eso como un beso, había sido más bien un choque de labios! Se sonrojó al instante, avergonzado.
—Ay, no —hizo puchero, cubriéndose el rostro.
—Oye, tranquilo, no pasa nada —Mark, con un deje de diversión le apartó las manos y lo miró con ternura.
—Soy un desastre. Prometo que mejoraré, hyung —comentó entre avergonzado y dispuesto totalmente a cumplir su promesa.
—¿En qué mejorarás, Sunggie? —se escuchó aquella voz, seguida de pasos.
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Come into my Dream [Mark & Jisung]
FanficSe suponía que para esas horas de la noche ya todos los internos debían estar en la cama, dormidos, y bien abrigados, para al día siguiente levantarse y asistir a clases; pero siete camas se encontraban vacías. Hay veces en las que los sueños te ab...