Bienvenid@ a la vida de los signos.
Todo el Zodiaco en el mismo instituto.
Enredos, drogas, infidelidades, amor, sexo sin compromiso y más.
Porque la vida es un agujero del que no podemos salir, no todos vemos el mundo como un lindo lugar.
A veces...
¿Qué iba a hacer yo? ¿Quedarme viendo como un idiota? ¿Porqué estaba pasando todo esto?
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Me siento una muy mala persona. Pero... Lo hice por amor a él. ¿Qué sería de mi sin él? No es mi culpa, ¿o sí?
La bala se debió haber escuchado a kilómetros, o tal vez era mi paranoia. Aún así, alguien encontraría el cuerpo y buscarían culpables. ¿Y si me encierran? ¿Y si no vuelvo a ver la luz del sol? ¿Y si mi vida termina?
¿Lo merezco?
Después de ese estruendo que produje al jalar el gatillo, un zumbido chirriante no me dejó escuchar nada más. Aunque, podía escuchar levemente la voz de Tauro en la lejanía. Lloraba sin control, sólo yo.
Sus zarandeos comenzaron a traerme a la realidad. Y entonces fui capaz de enfocar mi visión en su bello rostro.
—¡Cáncer! —decía una y otra vez —¡Despierta!
Estaba al principio en una calle solitaria, en la obscuridad, inhalando ese fuerte olor a muerte, a humedad, a sangre. Mi vista estaba mirando al suelo, tenía mucho frío.
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Pero Tauro me abrigó con sus fuertes brazos, me había rescatado y sé que él lo volvería a hacer.
Sin embargo, lo que hice no tiene perdón. Tengo miedo de lo que pueda suceder después, sentía que debía confesarlo y aceptar el castigo... Pero no quería verme comprometido, que mi destino se viera encadenado y mis sueños enjaulados. No quería volver a caminar solo en la obscuridad.
Sé que buscaré su mano cálida de nuevo y sufriré cuando me de cuenta de que es imposible.
Podría estar exagerando, pero para mi, una vida humana sigue siendo una vida. Miserable y venenosa, pero al fin y al cabo, una persona. Una persona a la cual le he negado el derecho a seguir viviendo.
—No te lastimes más —acariciaba mi cabello mientras yo solo hundía mi rostro en su cuello, tan acogedor —, se lo tenía merecido.
Volví a soltar el llanto, reprimiendo los gritos contra la ropa de mi amado Tauro. Arañé el suelo, sintiendo como la tierra se escondía entre mis uñas y a la vez me causaba tanto dolor.
—¡E-Era una vida, T-Tauro!
Me abrazó más fuerte.
—¿M-Me queda a-acaso un poc-co de hu-humanidad?
Me separó de él y me besó la frente con esa dulzura que tanto adoraba.
—Sientes culpa, eso quiere decir que te arrepientes... Tienes sentimientos, es lo que te hace humano —él también estaba llorando, aunque poco —. Más importante, me salvaste la vida, lo hiciste en defensa...
En verdad Tauro, tus palabras siempre me hicieron sentir mejor. Lo siguen haciendo. ¿Podría haber algo más perfecto que él? Lo dudo. Era como un ángel, rudo y fuerte, pero noble, tierno y amable. Su lado blando era mi favorito.
Corrimos y corrimos con desesperación lejos de la escena del crimen. Estaba ya muy obscuro y no veíamos mucho.
Aún me seguía sintiendo mal, Tauro lo hacía una carga menos pesada, pero de verdad me atormentaba lo sucedido. Esos ojos perdidos, ese gran agujero en la cabeza, cubierto de sangre. Su piel pálida y fría. El arma la habíamos dejado en el lugar, quitamos las huellas dactilares del arma de fuego aunque no puedo asegurar que no haya quedado evidencia. Sentía mucha inquietud y no podía evitar mirar hacia todos lados esperando a que la justicia viniera por mi.
Oh, vaya. Que bien me ayudo a mi mismo.
Pasaron unos diez minutos cuando llegamos al lugar donde habíamos dejado los vehículos, ahí estaban todos, cautelosamente entrando en los automóviles.
—¡¿Dónde estaban?! —gritó Escorpio entre susurros.
—Escuchamos un disparo —dijo Virgo con mucha seriedad.
—Casi voy y me lanzo a buscarlos —dijo Libra mientras recibía un golpe en la cabeza por Acuario.
—No sabemos qué pasó, también escuchamos el disparo pero no teníamos idea —dijo Tauro. Yo le miré con preocupación, no quería mentir.
Tauro me miró con seriedad y yo solo bajé la mirada. Solo quiere protegerme.
Nos fuimos inmediatamente de ahí, Géminis venía bastante callado y Aries parecía muy enfadado. Ya no queríamos hablar de lo sucedido.
—Creo que ellos buscaban a alguien —dijo Tauro mientras se sentaba a mi lado en el sofá, llevaba un botiquín y rápidamente comenzó a curar mis heridas.
Yo lo escuchaba, pero no tenía ganas de hablar.
—No estés asustado, de todos modos, ya no queda nada por hacer...
Temblé.
—¿Porqué sigues tan asustado? Deja de llorar.
No lo puedo evitar.
—Te haces daño.
Me levanté de un movimiento rápido y agresivo, tirando el botiquín y su contenido al suelo.
—¡Deja de decir eso!
Oculté la mirada con el flequillo. Él me miraba serio, callado, sin reaccionar del todo.
—S-Sé que quieres que me sienta mejor, pero esto es más complicado.
—Lo sé, solo que yo... Bueno —y aquí mejor evitas el tema —, ¿a quién buscarían?
Era cierto, también nos olvidamos de eso. ¿A por quién iban? Tengo miedo de que esté involucrado.
Bueno, obviamente lo estaba, acababa de asesinar a uno de los suyos. No creo que se queden mirando nada más, me buscarán y tratarán de matarme, a mi, y a Tauro probablemente.
Más bien, a todos los que estuvimos presentes.
Escorpio y Géminis dijeron que solo se trataban de un par de vándalos muy hostiles y territoriales. Pero Tauro ya me había hablado de esto. Ellos mienten. Ocultan algo más.
Algo de lo que no quiero enterarme.
Ahora mismo quisiera devolver el tiempo y haber rechazado esa oferta. Es tan estúpido. Es una realidad que ya no podré vivir normalmente como antes.
Con suerte lo olvidaré con el paso de los años y no se volverá más que un recuerdo lejano y borroso, lo enterraré por siempre y lo esconderé de todos aquellos que me rodean. Espero que sea pronto, para volver a como era antes, normal y feliz.
Caminé a la puertas del apartamento con rapidez, ignorando los llamados de mi pareja. Me importaba poco que estuviera herido, que lloviera, que fuera casi medianoche y estuviera obscuro. ¿Qué importa ahora? Solo me queda Tauro, mi abuela y Psicis... Escorpio probablemente me esté mintiendo y ocultando muchas cosas, y no solo a mi.
Corrí por las calles sin temor a resbalarme. Tengo que superar todo, o me haré daño. Como dijo él.