Trouble [Zodiaco] [Yaoi/Gay]

Bored

Narra Aries.

Quisiera que nada me doliera. Quisiera que ella no me hubiera dejado.
Quisiera regresar el tiempo a cuando era joven, a los buenos días.

A veces quisiera verla una vez más.

A veces grito el nombre de ella ahogado en una almohada.
Nada es como crees. Nada es como yo creía.

Daría lo que fuera por repetir esos días a su lado, sentir su mano tomar la mía, sus sonrisas cuando me recogía del colegio, cuando mi madre me cantaba las buenas noches antes de dormir.
Cuando yo era de verdad feliz.
Cuando no sabía lo que realmente era la vida, el dolor por el que pasaría, esas fastidiosas voces todos los días.

Era muy joven cuando todo sucedió, pero lo juro. ¡No soy inseguro!

¿Es que no ves que trato de ser como tu? ¿No te das cuenta de lo que me esfuerzo para ser un buen "varón"? ¿Es que acaso no ves que me lastimas?
Ella nunca me hubiera hecho eso, ella nunca me hubiera llamado "idiota", "inútil", "maricón".

Ella me hubiera aceptado. Pero tu no.

Por tu culpa ella se fue y nos dejó a los siete.
Desearía no haber nacido nunca, porque simplemente no puedo ser como mis hermanos.
No te podré dar nietos como Ethan, no seré un gran deportista como Avan, tampoco seré un gran varón como todos mis hermanos.
Quisiera que entendieras.

Pero sé que no lo harás.

Y cuando me vaya no creo que te afecte, porque te lo habré dicho y me odiarás con tu alma.
Si tan solo no fueras un maldito adicto de mierda, si tan solo la hubieras respetado un poco.

Recuerdo perfectamente, una noche, antes de dormir. Escuché gritos y más gritos. Quise levantarme, pero Francis me gritó entre susurros que fuera dormir ante de que sucediera algo malo.
Sin querer, comencé a llorar en silencio. Pero logré dormir, a pesar de que no entendía nada.

De nuevo me desperté, escuché ruidos en el piso de abajo. De la sala.
Me levanté procurando no despertar a mis hermanos mayores y bajé por las escaleras.
Las luces estaban encendidas y ahí estaba ella, buscaba cosas con desesperación pero procurando ser silenciosa. Me extrañó y entonces noté que tenía una gran maleta negra en la puerta.

-¿Te vas de viaje? -pregunté confundido.

Ella saltó del susto y se giró rápidamente, su respiración se tranquilizó al verme y me sonrió con tristeza.
Me acerqué a ella, y me abrazó con mucha fuerza, me daba un calor tan envolvente, sentía que llenaba todo mi ser y me sentía tan feliz.

Pero nos separamos y ella estaba llorando.
Acarició mi pequeño rostro con sus manos suaves, seguía llorando y reprimía esos gemidos de dolor, no entendía.

—Eres t-tan pequeño —decía ella.

—Mamá...

—Eres un buen niño, quiero que lo sigas siendo —dijo con una voz más segura, pero seguía llorando —.Eres diferente, especial, te pido que sigas siendo tu y que cuando crezcas te irás de ésta casa, serás feliz y tomarás tu propio camino, Aries —me besó la frente.