Los días pasaban rápido desde aquél encuentro con el desconocido de nombre Shen.
Cuando tenía tiempo miraba aquél papel sujeto al frigorífico con un imán de Hong Kong.
Esbozaba una sonrisa cada vez que leía aquella nota.
"Solo soy un gilipollas más, que necesita amigos
577-88995377
Así que, si buscas algún estúpido con el que desahogarte, háblame"Solté una carcajada cuando lo volví a leer. Tomé el papel y junto a la taza de café, me senté en la mesa del comedor.
- A sí que otro estúpido... me pregunto cómo será realmente.
Sin pensármelo dos veces marqué aquél número y le di al botón de llamar sin pensar sobre las consecuencias.
1 tono...
2 tonos...
8 tonos...Decidí colgar, quizá no estaba pendiente del móvil, estaba trabajando o simplemente sin batería.
Aunque yo no quería hablar con él realmente, en mis momentos de sutil egocentrismo necesitaba que me quitasen de mi cabeza al estúpido chico que me rechazó.
Le mandé un mensaje a mi mejor amiga:
"Hola MeiLi! Estás ocupada? Quería saber si te apetecía quedar en un rato! 😝"Unos minutos después, mi teléfono sonó encima de la mesa, donde la había dejado.
Lo cogí rápidamente y me senté en el sofá. Abrí WhatsApp y leí el último mensaje que me había mandado.
Pero no era MeiLi, era Shen.
Y su mensaje era bastante preocupante.