Su mamá le había insistido en que la puntualidad era lo primero. Así que Jungkook se encontraba refunfuñando en aquel camión para llegar a su escuela más temprano que cualquier otro alumno. Sabía que llegaría treinta minutos antes de la hora de entrada y todavía no lograba comprender la manía de su madre para llegar tan temprano.
Un accidente podría ocurrir, tienes que ser precavido hijo siempre decía su mamá cuando le preguntaba lo mismo. Era su segundo año en la universidad pero su progenitora seguía empeñada en tratarlo como un bebé.
Se sentó en un lugar cerca de la ventana y se puso los audífonos. Miró durante un rato el paisaje que le brindaba el trayecto cuando el camión paro. Al pelinegro le gustaba cuando sentía aquella sensación en sus pies del viaje pero no le gustaba cuando el camión se paraba durante horas para esperar clientes.
Miró a los pasajeros que subían cuando sus ojos se depositaron instantáneamente en un joven de cabello castaño. Los ojos del chico se veían sumamente apagados porque quizás había estado llorando. Tenía grandes ojeras pero eso no le quitaba el gran atractivo que poseía.
Se sentó en la fila contraria en la que se encontraba Jungkook. Miró al chico durante un buen rato. El joven simplemente miraba hacia la ventana evitando cualquier contacto con la gente.
Esa imagen no era tan mala pero parecía lamentable. Jungkook no comprendía como un ser tan hermoso podía estar tan abrumado internamente.
Bajó en una parada poco concurrida. El chico no quería perderlo de vista así que bajó en la misma parada. Aún tenía tiempo de sobra, simplemente tenía curiosidad pero cuando el tiempo se le acabara se prometió internamente que iría corriendo a sus clases.
Caminó detrás de él pero el castaño ni siquiera parecía haberlo notado. Entró a un café que parecía nuevo en el lugar. Pues la pintura aún se veía nueva y de alguna manera desentonaba en la zona.
Cerrado temporalmente rezaba un letrero en la puerta de aquel establecimiento. Cuando vio la hora se fue corriendo del lugar. Perdió más tiempo de lo esperado y si no se apresuraba no lo dejarían entrar a la primera clase.
Corrió lo más que pudo a la parada y subiéndose en el primer camión que vio prometiendo que regresaría algún otro día a ese café.
Como era de esperarse, en menos de una semana Jungkook ya se encontraba en aquel café, sin embargo este seguía sin abrir por lo que no le quedó otra opción que irse a sus clases. Después de aproximadamente dos meses el café volvió a abrir sus puertas. Jungkook, por su parte no había dejado de ir constantemente para enterarse de cuando eso ocurriera.
Así que ahí lo tenían observando el negocio con la ligera esperanza de volver a encontrarse una vez más aquellos ojos que tanto le habían llamado la atención. Por primera vez agradeció que su mamá le insistiera llegar tan temprano a sus clases.
Entró al negocio encontrándose con un mundo diferente al exterior. El lugar desprendía un aroma a café y además su interior estaba arreglado de tal forma que fuera acogedor. Los chicos vestían un uniforme que emulaba a los mayordomos, pero se veían muy bien con esa vestimenta.
Checó el menú con lentitud esperando encontrar al chico que había visto en aquella ocasión. Justo cuando sus esperanzas se habían ido a los suelos por verlo, el chico apareció detrás de una puerta llamando a uno de sus empleados.
Salió brevemente pero aquel rostro lo hizo sentir mariposas en el estómago. Ese rostro lo hacía desear quedarse todo el día pero tenía deberes en su escuela. Después de estar observando el menú durante un rato, al final se decidió por un Caramel Macchiato con leche deslactosada y mientras esperaba su orden pensaba que a partir de entonces regresaría más seguido al lugar.
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☙Incomplete☙[VKook/Taekook] (En edición)
FanfictionTaehyung aún no puede olvidar a su primer amor, no después de aquella experiencia. Jungkok ha perdido a su familia y a su hogar. Ambos están heridos y ambos están necesitados así que, ¿podrán curar aquellas heridas y comenzar de nuevo? Quizás haya s...