Capítulo 15 - Espejos

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1 Año y 7 meses después del accidente.

La puerta de la habitación se abrió abruptamente provocando que me Alzara de un sólo tirón y quedara sentada, en guardia y atenta, mis sentidos despertaron por completo y vi la silueta de Connor en el umbral de la puerta. Los músculos de mi cuerpo que se habían tensado a causa de el susto se relajaron lentamente y procedí a bostezar.

-Arriba Anna. - Mis ojos se quedaron en los suyos sin poder comprender que era lo que sucedía, no se veía enfadado o preocupado, en cambio en su rostro se mostraba una enorme y aniñada sonrisa.

-¿Por que tanta emoción? -Interrogué restregando mis ojos tratando de alejar el sueño de mi.

-¡Arriba! ¡Arriba! - Gritó entusiasmado acercándose a mi y alzándome sobre sus hombros...

-¡Connor! -Grité divertida. - Bajame.

-Te bajaré, pero te quiero dándote una ducha y en pie, solo te daré 20 minutos.- Me dejó en el baño, al bajarme no me dio tiempo de protestar antes de estampar un beso en mis labios de forma rápida y suave.

-¿A que viene todo esto? - Pregunte sonriendo, sus ojos estaban iluminados y su rostro se veía infantil y lleno de vida, alegría así hace mucho que no se respiraba en la casa.

-Es una sorpresa, el reloj corre sera mejor que te apresures.

En un tiempo récord estuve lista y Connor no se podía contener la emoción, al bajar las escaleras me estaba esperando sentado en el sofá de la sala aun con la  sonrisa clavada en su rostro.

-Ven, sientate aquí. -Me pidió juguetón golpeando suavemente sus piernas.

-¿Que sucede contigo? -Interrogue divertida mientras hacia caso a su petición.

-Dije que sería una sorpresa, rozó la punta de su nariz en mi cuello y lo besó. -Para eso no debes ver. -Una pañoleta negra se deslizó frente a mis ojos y se anudo en mi nuca bloqueando mi visión por completo.

-¿Esto es enserio? - La sonrisa seguía en mi cuando mis manos llegaron a mis ojos.

-Vamos, vamos. - Dijo emocionado levantándose un poco para hacerme saber que debía ponerme de pié

Totalmente ciega me guió por el camino hasta subirme al auto. Arrancó y condujo por aproximadamente una hora, quizá fue mas, durante unos momentos el cansancio y la oscuridad me vencieron y me quedé dormida en el asiento del copiloto hasta que el vehículo al fin de detuvo.
El ruido de niños gritando y riendo emocionados llegaron a mis oídos y el ambiente lleno de alegría se impregnó en mi haciéndome sonreír.

-¡Hemos llegado! - Dijo Connor abriendo la puerta del lado del pasajero ayudándome a bajar del auto, me dio un beso rápido en los labios y quitó la venda de mis ojos.

La luz me cegó unos instantes y manchas oscuras aparecieron atenuándose en el paisaje que tenía delante, hasta que todo se iluminó y el alegre paisaje de una feria se posó frente a mi.
Ahí estaba la montaña rusa, la casa embrujada, la noria y otros, las atracciones grandes y llamativas.
Me tomó de la mano y corriendo me llevó hacia las atracciones, paseamos, reímos y jugamos como niños, fue un día grandioso y agotador.
Cuando él final del día llegó nosotros estábamos montados felices sobre la noria, Connor tomó mi mano y la besó con suavidad.

-Desde nuestro primer aniversario de noviazgo que no habíamos podido viajar juntos hasta acá. -Besó mi mejilla. -Me alegró haberte traído de nuevo.

-Muchas gracias Connor, Te amo. -Tomé su rostro entre mis manos y lo besé liberando todo el amor que sentía en él

Pasamos el día como hace tanto tiempo no hacíamos, riendo, disfrutandonos, amándonos, éramos felices.

El día estaba llegando a su fin, a este punto permanecíamos avanzando como adolescentes amarrados en un abrazo sin despegarnos el uno del otro, el sol comenzaba a ocultarse y un brillo tenue anaranjado bañaba el lugar.

-Espera aquí Anna iré al baño y vuelvo en seguida. -Me besó en la frente y fue hacia los baños del lugar.

Me quede de pie junto a la única atracción del lugar que no habíamos visitando aún, se presentaba majestuosa la casa de los espejos, aún recordaba sus pasajes laberínticos en los que una vez en el pasado había quedado atrapada junto a Connor.

-¡Ayuda! -Un grito emergió del lugar. -¡Estoy atrapada! ¡Ayuda por favor!- Entre sin dudarlo tratando de ver quien era la persona que se había perdido en el laberinto de espejos.

Avance recordando cada vuelta y pasillo recorrido, no encontraba a nadie y el pedido de ayuda había cesado, quizá ya habían salido...
Me volteé para abandonar el lugar.

-Ayudame... -Me giré para ver quien solicitaba mi ayuda... Ahí estaba ella, sus ojos suaves como los recordaba, pero su rostro estaba contorsionado por el miedo. -Ayuda me Anna... No quiere liberarme... -Un sollozo.

-Alicia... -Me llevé las manos a los labios y mi cuerpo comenzó a temblar, ella estaba aquí, mis ansias por tenerla de vuelta se dejaron ver.

Temblaba mientras me acercaba a ella. No tenía miedo, estaba feliz, feliz de recuperar a la persona que mas quería a mi lado, mi mejor amiga, alguien que reemplazo a mi hermana en todos los aspectos.

-Anna... -Apoyé las manos en el espejo donde se supone que debía de estar mi reflejo, pero ahora solo estaba la imagen de Alicia.

-Te extrañe tanto... Creí que jamás te volvería a ver, no sabes cuanta falta me has hecho amiga...

-Ayudame... Por favor, necesito que me ayudes. -Su voz sonaba cada vez mas desesperada.- Viene tras de mi... ¡Me tiene atrapada Anna!

-¿Que dices? ¿De quien hablas? - Su mirada viajó tras ella y sus ojos se abrieron con horror.

-¡Sacame de aquí! ¡Ya viene! -Sollozó, me miraba desesperada y a la par volteaba para ver tras ella. -¡Ayudame! ¡Sacame! - Chilló y golpeó el espejo con ambas manos y con mucha fuerza.

La imité, comencé a golpear el espejo desesperada, pero no obtuvimos ningún resultado, soltó un suspiro de lamento y miró nuevamente tras ella, sus golpes cesaron, no podía ver nada tras ella, solo era su reflejo y nada más.

-Anna... -Sus ojos se quebraron con un sollozo. - Anna... -Salió casi en un suspiro, apoyo la mano en el vidrio y yo respondí igual.

En el instante fue atrapada por unas manos con garras largas y filosas, una tapando su boca y la otra sujetándola de la cintura.
Sus ojos estaban bañados con el miedo y la suplica en ellos.
Golpee con mas fuerza y en repetidas ocasiones el espejo.

-¡Alicia! - Chillé con todas mis fuerzas. Ella era arrastrada hacia la oscuridad, no podía hacer nada, el espejo no se rompía y ella era arrastrada lejos de mi. - ¡Aliciaaa!

Anna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora