Capítulo 13 - Pesadillas

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1 año 6 meses y 2 semanas después del accidente.

Me encontraba frente al espejo del baño, observaba mis ojos y mi cabello, sentía que estos meses el encuentro con Jessica me estaban destruyendo, las ojeras se marcaban casi negras contrastando en mi tez y mi cabello estaba reseco y pajoso.
No sabía cuanto tiempo había pasado frente al espejo, pero sentía que aún no estaba lista para alejarme de el.
Cerré mis ojos y me abracé con fuerza, sentí el calor en mis hombros reconfortante y suave, las manos se deslizaron sobre mi rodeandome hasta llegar a mi estómago y anudarse ahí sin dejarme ir, su barbilla se apoyó en el hueco que se formaba entre mi cuello y mi hombro.

-Te amo Connor...

-Connor no esta aquí.

Las cálidas manos que me rodeaban rápidamente se tornaron frías en lo que cada vello de mi cuerpo se erizaba, las manos que aprisionaban mi abdomen subieron a mi garganta y se ajustaron ahí rápidamente quitándome el aire.

-A..yu... Da...- Abrí mis ojos para ver a través del espejo la sonrisa de ella pegada a mi rostro.

-Asesina... Tu los mataste a todos.- El reflejo de ambas se fue dejandome ver la escena de Alicia clavada a la pared desde el cuello.

Lamió mi rostro mientras seguía apretando, mis manos subieron hasta las suyas tratando de alejarla de mi garganta.

-Observa bien el espejo hermanita.- Advirtió sonriendo y ajustando mas su agarre. - Podrás ver algo interesante.

En el espejo podía ver mi oficina, Leo aún se encontraba ahí, la noche se reflejaba en la ventana tras él. Siempre es el último en irse, su familia estaba acostumbrada a su obsesión con el trabajo, a pesar de todo el siempre estaba sonriendo y feliz por su vida.
Se esforzaba como siempre su lápiz se movía a un ritmo fascinante y su mano se movía de vez en cuando a su cabeza rascando su cuero cabelludo como solía hacer cuando se enfrascaba en un cálculo difícil.

Las luces de la oficina parpadearon feroces, Leo levantó la mirada hacia los focos y luego hasta el interruptor. Su sonrisa dejo reflejar su emoción pero pronto algo la perturbó, las luces siguieron titilando de manera feroz y como si fuera un rayo un objeto se vio atravesar la habitación y al segundo Leo se encontraba en el suelo gimiendo de dolor y sujetando su rostro. A su lado un martillo manchado con sangre se perfilaba y en la escena apareció Jessica, sonreía.
Leo se puso de pie horrorizado, su mano soltó su cara y su boca emitió un débil quejido.

-Que haces... - Interrogó aterrado y casi dejando caer la parte de su mandíbula que el martillo le había quebrado y desencajado por completo.

Lo sujetó con rapidez e intentó alejarse de ella.
Jessica tomó un lápiz y se lanzó contra Leo quien forcejeo desesperado tomandola desde los hombros tratando de alejarla, de él.

-Jessica, no hagas esto... - Rogó en un balbuceo poco entendible por la condición en la que estaba su mandíbula.

Ambos cayeron al suelo y continuaron forcejeando. La mano de Leo alcanzó el martillo y golpeó el brazo de Jessica provocando que esta diera un grito y aprovechando el estado de shock de Leo alzó el lápiz y lo clavó en su ojo lo más profundo que alcanzó.
La mano de él se quedó en el aire y al instante cayó inerte sobre la cerámica.
El cuerpo de Jessica se quedó en esa posición sobre él unos momentos, utilizó el peso de su cuerpo para aplicar mas fuerza e incrustar más el lápiz en su ojo salpicando sus ropas de hilillos de sangre.
Estaba atónita, lágrimas caían desbaratadas por mi rostro, estaba en un estado tan grande de Shock que no me había dado cuenta que el agarre en mi garganta se había aflojado por completo.
El rostro de Jessica se perfiló manchado de sangre frente al espejo sonriendo.

-Morirán todos Anna...

-No... - Un débil susurro se escapó de mi garganta.

Sus manos se alzaron más allá del cristal y tomaron mis hombros con brusquedad y con una fuerza descomunal me lanzó contra el muro.
Débil me tambalee, su agarre vino desde mi espalda y sus manos se enredaron en mis cabellos, me jaló nuevamente frente al lavabo, solo escuché un ruido seco de mi cabeza estrellándose contra la cerámica del lavamanos antes de dejar que la oscuridad me consumiera.

Al abrir mis ojos me encontré en mi habitación, mi cuerpo dolía un infierno y mi cabeza zumbaba de una manera horrible, intente incorporarme pero el mareo me llevo devuelta a mi lugar.

-Veo que ya despertaste amor. - Connor entro a la habitación con un vaso de agua y unas píldoras que dejo sobre la mesita de noche a mi lado.

-¿Que sucedió?

-Según parece te caíste en el baño y te golpeaste fuertemente la cabeza contra el lavabo, tuve que llamar al doctor puesto que no reaccionabas y sangrabas bastante, debes permanecer en cama por el momento. -Acomodó la almohada bajo mi cabeza dejándome inclinada, luego me dio la píldora y acercó el agua a mis labios para que bebiera. -Eso calmará el mareo, debes tener cuidado, casi te partiste la cabeza.

-¿Que hacia yo en el baño?

-No lo se, pero no pienses eso por el momento. -Algo andaba mal, sentía la voz de Connor muy distante y perdida, al mirarlo fijamente vi sus ojos rojos e hinchados, algo malo había ocurrido y él me lo estaba ocultando.

-¿Algo ha ocurrido Connor? - Su cuerpo se tenso al instante y sus ojos se alejaron de los míos. - ¿Connor? ¿Que esta pasando? -Sus manos se revolvían nerviosas.

-Ha muerto... -Susurró.

-¿¡Que!? - Interrogué cada vez mas alterada.

-Anna, debes mantener la calma. -Señalo poniéndose de pie. -No debes alterarte.

-Por favor Connor dime que esta sucediendo... -Le rogué desesperada. Sus ojos llegaron a los mios doloridos, vi la duda en ellos, no quería decirme que sucedía. - Por favor... -Sus ojos se cerraron doloridos y angustiados antes de hablar.

-Leo fue asesinado anoche en la oficina, ha llamado Andrew esta mañana, encontraron a Leo muerto, al parecer lo habían atacado con un martillo... -Sus ojos llenos de dolor me miraron unos instantes. -La policía quiere interrogarte para ver si sabes algo al respecto.

-¿A mi? - Mi garganta se sentía seca y creía que mi corazón saltaría de mi pecho de tan rápido que latía.

-Creen que podrías saber algo, volverán mas tarde puesto que les dije de tu accidente y que no te encontrabas en condiciones para atenderlos. -Había algo mas, no solo el hecho de que Leo estuviese muerto, algo mas inquietaba a Connor y no quería decirlo, pero podía verlo en la forma en como me miró antes de ponerse de pie y caminar hasta la puerta de la habitación.

-Yo no lo hice... -Se detuvo en su lugar y sus hombros se dejaron caer. -¡Yo no lo hice Connor! -Chillé. -Creeme por favor...

-Yo te creo Anna, pero la policía no siente lo que yo siento por ti, para ellos solo las pruebas pueden asegurar que tu no lo hiciste. -No me miraba, su cuerpo aun estaba en el umbral y aunque se había detenido jamás volteo a mirarme. -A ellos su corazón no les dirá que no fuiste tu, no como quiere creerlo el mio.

Se fue, salio sin verme de la habitación y su voz se quedo grabada en mi mente, la policía me tenia como sospechosa y Connor estaba luchando por tratar de creer en mi... Yo no lo hice, no lo hice. Las lágrimas resbalaron por mis ojos y gire mi cuerpo para clavar la mirada la puerta esperando a ver que Connor volviera...

-Yo no lo hice... -Sentí una mano fría posarse sobre la mía, sudor frío cayo por mi frente mientras veía esas uñas largas y rosas en unos dedos esqueléticos de piel grisácea que salían debajo de la cama para sujetar mi mano.

-Anna... - Susurro antes de soltar una risita juguetona. -Tranquila, yo estoy contigo. -Las uñas apretaron mis muñecas y lloré apretando los ojos rezando por que ella desapareciera y su risa se esfumara de una vez por todas.

Anna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora