【ARREGLÁNDOLO】

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Miro la puerta del salón de música y se preguntó una y otra vez: ¿cómo era que tenía que actuar frente a Asano?; sin embargo, su mente le estaba fallando en ese mismo momento. Cada que intentaba imaginar las formas en que tenía que comportarse, lo sucedido el día anterior se reproducían provocando que su corazón se alocara y sus mejillas se calentaran y eso no le gustaba, no podía estar actuando así. Respiro profundo y cuando iba a abrir la puerta prefirió dar un paso atrás e ir al baño, necesitaba echarse un poco agua en la cara para tranquilizarse.

—¿Qué haces, Nagisa-kun?

Al escuchar eso dio media vuelta rápidamente.

—Asano —murmuro, volteo a ver la puerta y de nuevo al chico de ojos morados —. Yo solo... no pude abrir la puerta e iba a ir por el conserje —dijo intentando mantener la calma.

—No es necesario —le mostro las llaves.

—Oh... —fue lo único que salió de sus labios antes de apartarse para dejar pasar a Asano.

Cuando abrió la puerta ambos entraron y dejaron sus cosas. El ambiente se sentía algo tenso o al menos eso sentía Nagisa. Volteo a ver de reojo a Asano y se dio cuenta que él hacía lo mismo, al percatarse de esto ambos se sonrojaron y eso no ayudo a que la tensión disminuyera.

—Buenos días —hablo de la nada el director de la escuela.

Nagisa al escucharlo no puedo evitar temblar un poco.

—Buenos días, director.

Él sonrió.

—Nagisa, no tienes por qué llamarme así, dime Asano o tío, recuerda que ya somos familia —le sonrío y él no pudo evitar ponerse colorado y nervioso, al igual que Asano.

—Padre, por favor, Nagisa-kun no entien...

—¿Nagisa-kun?, Asano-kun, tienes que dejar de llamarlo así, recuerda que están comprometidos desde hace cinco años, no deberían de usar honoríficos con tu prometido —hablo su padre con serenidad, mostrando una sonrisa pequeña.

Ambos chicos se pusieron colorados; el director al verlos así de inmediato tuvo una idea.

—Creo que el día de hoy ensayaran la manera en que tendrán que comportarse enfrente de los invitados.

—¿¡Qué!? —dijeron al mismo tiempo.

—Pero el baile aun...

—Creo que han ensayado lo suficiente —agrego Asano interrumpiendo a Nagisa —. Recuerden que tienen que presentarse ante todos como una feliz pareja y tiene que ser creíble, y más por el Fujitawa-san, así que empecemos con los nombres —entrelazo sus manos detrás y miro a Nagisa a los ojos, cosa que hizo que se pusiera nervioso —. Nagisa-kun, ¿cómo llamas a mi hijo?

—Asano.

—Sin honorifico, pero sigue siendo el apellido. De acuerdo, voltense a ver.

—Padre —intento hablar, pero la mirada seria del director hizo que desistiera de toda queja.

Ambos se observaron, intentando, inútilmente, que la sangre se le subiera a las mejillas.

—Bien, Asano-kun, di el nombre de Nagisa-kun, sin el honorifico.

Respiro profundo e intento no sentirse intimidado por aquella mirada azul que le estaba dedicando Nagisa. Abrió la boca unos momentos y después simplemente dejo salir las palabras:

—Nagisa —dijo y sintió algo cosquillear su estómago, el cual se intensifico al ver como ese colorete subía de intensidad en los cachetes de su compañero.

Nunca te amará como yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora