Desperté sobresaltada por el mal sueño que me había jugado mi subconsciente. Todo estaba igual. Yo seguía tendida en mi cama; con mi piernas y brazos donde debían estar. Me senté con la cabeza entre las piernas, tapando mis oídos y meciéndome hacia atrás y adelante.
-Fue solo un sueño, solo un sueño -me repetí. Cuando Julianne, mi madre, aún vivía, me había enseñado a afrontar estas situaciones de una manera calmada y racional.
Escuché unas risotadas que venían del piso de abajo; recordé la guerra de almohadas de ayer. Ni me molesté en mirarme al espejo, tendría un aspecto horroroso de todas maneras así que solo me amarré el pelo en un cola baja, cerca de la nuca. Bajé las escaleras y me dirijí a la cocina lentamente; de un empujón abro la puerta. Ahí están: Matt, Michael, Jason y Sophie. ¿Que hará esta última aquí tan temprano?
-Miren quién apareció -exclama Michael-, la reina de la tortura.
Todos sueltan una carcajada.
-Cállate Michael -respondo.
Me acerco al mesón de la cocina para preparme un tazón de cereales.
-¡Cuidado Michael! -dice Matt- Que se pondrá brava.
Sin apartar la vista de mi tarea le levanto el dedo de en medio.
-¡Ohhh! ¡Pero si es un dedo! ¡Cuidado Matt!
-Jódanse -me llevo el tazón entre mis manos hacia el living, siento como me hundo en el suave cojín.
Miro mi celular y lo aparto decepcionada al no ver llamadas. Admito que estuve esperando que Sam llamara, aunque de todos modos no tiene mi número de celular.
¿En serio pensaste que iba a llamarte?, cuestionó mi subconsciente.
Tiene derecho a soñar, añadió la otra parte de mí.
Fue realmente una estupidez pensar que iba a llamarme. ¿Porqué habría de hacerlo? Ni siquiera nos conocemos; hablamos solo una vez y no es que hubiera sido una gran conversación.
Oí a Sophie salir de la cocina soltando risotadas, con un vaso de leche entre las manos. Se acerca al sillón y me mira tratando de descifrar mis emociones pero aparto la mirada inmediatamente.
-Estás pensando en alguien -indaga sentándose en el sillón.
-Podría ser.
-Un hombre.
-Quizás.
-Es Sam.
-Sí -confieso en un suspiro.
-Oh pequeña. -Dejó el vaso sobre la mesita de centro y me rodeó con sus largos brazos.
Sophie es mi mejor amiga desde que tengo memoria. Nos conocimos en primer año cuando nos asignaron parejas para hacer un trabajo. Como en el curso había una cantidad impar de alumnos, un grupo debía ser de tres. De pequeños Luke, Sophie y yo no éramos muy sociables por lo que al quedarnos solos nos asignaron como grupo y desde entonces nos hicimos inseparables. En primer año de preparatoria, Luke decidió que necesitaba amigos mas... varoniles, así que nos separamos, aunque sin perder el contacto; Sophie y yo no hicimos amigas de Jessica y Ally, pero nunca fuimos tan unidas. Con su largo cabello marrón al igual que sus ojos, su larga nariz respingada y su tez bronceada; Sophie podría ser una modelo perfecta.
-Descuida -la tranquilizo-, no es nada, solo... estupideces.
-¿Segura?
-Segurísima.
-Bien. Me voy, solo venía de paso. Acuérdate de estudiar. Bye.
-Bye. -Hice un gesto con la mano antes de que desapareciera por la puerta.
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La Promesa
Ficção AdolescenteMelissa y Sam, dos jóvenes, dos historias, ambos con un pasado difícil, juntos encontrarán la manera de sobrellevar sus problemas con la ayuda del otro. Hasta que algo terrible acabe con todas sus aspiraciones. Y una promesa que pese a todo perman...