Llamadas telefónicas

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Desperté con un dolor de cabeza horrible. La parte de la nuca me latía con fuerza y mi cuerpo amenazaba con vomitar lo que no había comido; tenía el estómago completamente vacío, pero la náuseas seguían ahí.

Escuché voces procedentes de la cocina, al no poder entenderlas me levanté y me acerqué a la puerta; ni siquiera había reparado en que Sam no estaba.

-Dime, Sam -escuché decir a Ryan-, ¿a que universidad piensas entrar?

-Me he postulado a Penn State y a Brown -dijo Sam-, espero que alguna me acepte.

-Melissa irá a Brown -presumió mi padre.

-Estaba enterado.

-Buenos días -dije yo entrando súbitamente en la cocina para interrumpir el incómodo silencio que se estaba prolongando cada vez mas.

-Despertó la Bella Durmiente -saludó Sam.

Le levanté una ceja y lo mismo hizo Jason. Me senté en mi puesto habitual en nuestra pequeña mesa para cuatro: frente a Jason y al lado de Ryan. Por alguna razón la idea de Sam sentado con nosotros dónde solía sentarse mamá, me resultó de lo más extraño e hizo que sonriera.

-¿Que es tan divertido? -preguntó Ryan.

-Nada -contesté entre risitas.

El silencio se hacía cada vez más incómodo. Ryan no quitaba el ceño fruncido de Sam, quién no dejaba de mirarme al igual que Jason mientras yo comía mi tostada. En ese momento, solo me importaba mi tostada.

-Creo que debo irme -se apresuró a decir Sam-. Gracias por todo señor Weber. Jason. Adiós Lissi.

Se inclinó y me besó con suavidad la mejilla. Me ruboricé en el acto.

Salió de la casa y escuché como ponía en marcha su moto. Me pregunté como habría llegado hasta aquí.

-¿Es tu nuevo novio? -inquirió Jason.

-Claro que no -defendí-. Somos amigos.

-Hmmm, "amigos" ¿Y el lo sabe?

-Por supuesto.

-Ya. ¿Y tú lo sabes? -Abrí la boca para hablar pero cerré al no saber que decir- Eso es tan cliché.

-Cállate maldi...

-¡Melissa! -regañó Ryan- ¿Dónde estuviste ayer?

-Salí con Sam.

-Uuuyy Saaaam - se burló Jason imitando la voz de una adolescente con falta de neuronas.

-Vuelves a abrir la boca y te juro que...

-¡Melissa!

-¡Está provocándome!

-¡Siéntate! -ordenó con voz firme. Ni siquiera me había dado cuenta de que me había puesto de pie- Llegaste ebria.

-No es cierto.

-¡No me mientas! -Su tono autoritario me asustó; jamás lo había visto tan enojado.

-Tal vez bebí un poco más de la cuenta. -Enarcó un ceja- ¡Bien! Bebí mucho más de la cuenta ¿Feliz?

Me levanté para salir antes de recibir mas preguntas pero al parecer lo hice demasiado tarde porque justo en el momento en el que estaba abriendo la puerta Ryan preguntó:

-¿Cómo llegaron de vuelta?

-No lo...

-Yo los traje -interrumpió Jason. Lo miré con incredulidad al igual que Ryan- Me llamó diciendo incoherencias en medio de la madrugada, supuse que estaba ebria así que rastreé su celular y fui a buscarla.

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