Se encontraba delante de un enorme edificio muy elegante y discreto. A sus espaldas, la ciudad brillaba en todo su esplendor, al igual que todas noches.
Una suave brisa de verano revolvió sus cabellos plateados, inconscientemente, miró hacia el cielo que había sido cubierto por una delgada sábana de color azul cobalto, en la cual se posaban muchos puntos brillantes. Las calles, como era de esperarse a causa de la hora, estaba repleta de gente que iba y venía al igual que un grupo de hormigas. Los edificios restantes ayudaban a que la ciudad adquiriera ese aura deslumbrante que tanto la caracterizaba.
Entró al edificio e ingreso al ascensor, el cual programó hasta el piso 50. Mientras esperaba, se miró en el espejo que estaba en frente. Si, se veía atractivo y elegante, como de costumbre.
Al cabo de un rato, se abrieron las puertas del ascensor. Al salir de este, pudo notar una puerta negra que daba paso a otra habitación.
Lleno de confianza, abrió la puerta para darse paso dentro del lugar que lo tenía intrigado. Ni bien entró quedo perplejo. Ante él, se exhibía un lugar parecido a un Cabaret de alta clase.
A lo alto de todo el lugar, un gran cartel decía: "Burdel Kodõ Ambitious".
Inmediatamente, se preguntó cómo es que había llegado a aquel lugar.
#FLASHBACK#
Estaba en una cafetería con Kento Aizome, uno de sus mejores amigos. Charlaban amenamente hasta que, luego de un breve silencio, el peliceleste dijo algo que, a pesar de no venir al caso, lo sorprendió.
— Creo que me gusta alguien...— comentó esbozando una sonrisa divertida, a la vez que miraba el cielo con aquellos seductores ojos, seguramente, recordando el rostro de aquella persona que le gustaba.
— ¡Woow! Al parecer, el cazador ha sido cazado.
— Si, al parecer — musitó con una sonrisa melancólica.
— ¿Y cómo es ella?¿Sus padres también tienen una posición tan acomodada como la nuestra?
— ¿Ella?...—Kento se quedó pensativo.— Si quieres conocer a la persona que me gusta, ven el viernes a esta dirección —dijo entregándole un papel.— Bueno, ya tengo que irme, ¡Hasta luego!—se marchó dejando a un peliblanco intrigado.
#FIN DE FLASHBACK#
— ¡Bienvenido a Kodõ Ambitious! Kitakado-sama, por favor, sigame. Aizome-sama lo está esperando —le comunicó una bella joven que vestía unas prendas dignas del lugar.
Acto seguido, la muchacha de cabellera oscura lo guió hacia un sector apartado de donde se encontraban anteriormente. Éste, a diferencia del otro, era increíblemente más extravagante.
— Aquí es —informó la joven.
Evidentemente habían llegado. Su amigo extendía una mano para llamar su atención.
— Muchas gracias —agradeció a la joven, quien le devolvió una sonrisa lasciva.
Sin perder tiempo, se dirigió a la mesa que ocupaba su amigo.
— Hola, Kento —saludó el peliblanco.
— Hola, Tomohisa. Gracias por venir. No pensé que lo harías —dijo un poco más relajado.
— Me dijiste que viniera y así lo hice. Pero aún no comprendo por qué me citaste en este lugar comentó sinceramente.
— ...trabaja aquí... —musitó lo suficientemente claro como para que Tomohisa lo escuchara.
— ¿Ella trabaja aquí? —preguntó sorprendido.
— No. Él trabaja aquí —dijo haciendo énfasis en la palabra "él". Al ver que el peliblanco guardaba silencio, decidió continuar.— Su nombre es Yuuta Ashu. Trabaja en este cabaret/Burdel como acompañante y trabajador sexual. Como verás, no se acuesta con cualquiera. A éste lugar sólo ingresan personas con una muy buena posición económica —dijo mirando a su alrededor. Efectivamente, ese lugar era una zona élite. Se notaba fácilmente gracias a su fino decorado.— Si te preguntas dónde lo conocí. No, no fue aquí. De hecho, no conocía este lugar, sólo había escuchado de él en las fiestas a las que asiste gente muy acaudalada. Volviendo a lo anterior, a Yuuta lo conocí en una cafetería no muy lejos de aquí. Yo llevaba mi frappuccino en las manos hasta que, accidentalmente, él se chocó contra mí haciendo que mi bebida se derramará sobre mi ropa. Como tenía mucho apuro, se disculpó brevemente y se fue. No soy de creer en el amor a primera vista, pero desde entonces no pude parar de pensar en él. Sin pensarlo dos veces, contraté a un detective privado para que averiguara todo sobre él. He de decir que el detective hizo un buen trabajo, ya que se las arregló únicamente con los rasgos físicos que recordaba. Cuando supe que trabajaba aquí, me sorprendí mucho. No pensé que alguien con una cara tan angelical como la de él ejerciera este tipo de oficio. Negándome a creer aquello, vine a cerciorarlo con mis propios ojos. La verdad, fue muy impactante verlo acompañando a un señor que bien podría ser su padre o, inclusive, su abuelo. Estaba tan enojado que me retire del lugar sin dudarlo. Pero la sola idea de pensar que alguien más tomaba su esbelto cuerpo me hizo volver al día siguiente. Con los celos carcomiéndome el orgullo, pagué por una noche con él. Esa noche, lo hice mío tantas veces como pude. Él, como era de esperarse, no se acordaba de mí. Aunque no tenía razón para hacerlo. Después de todo, solo era un simple sujeto con el que se había topado en una cafetería. Desde entonces, vengo a este lugar con el fin de verlo.
— ¿Has intentado hablar con él? —se atrevió a preguntar.
— A pesar de haberme acostado con él muchas veces, no. Cuando terminamos de hacerlo, él está tan exhausto que inmediatamente cae dormido. Lo bueno de eso, es que puedo contemplar su angelical rostro todo la noche.
— ¿Y qué piensas hacer?
— Nada. Mientras pueda seguir viéndolo me conformo con ello.
— Me dijiste que podría verlo si venía a este lugar.
— Y lo verás. No te olvides que también puedo contratarlo simplemente como compañía.
De repente, la misma joven que los había atendido al principio apareció.
— Kento-sama, lo que encargo ya está listo —informó la muchacha.
Siguieron a la joven, quien los condujo hasta una habitación apartada del resto. Ella abrió las puertas del lugar dejando ver el interior de esta.
En allí, se encontraba un bello joven con facciones muy aniñadas. Su cabello, al igual que sus ojos, poseían un color rosa pastel que hacia contraste con su blanquecina piel. El muchacho vestía un traje muy particular, siendo éste una yukata de color lila con detalles en violeta y purpura.
Los jóvenes que estaban en el marco de la puerta, ingresaron a la habitación y la muchacha que los había guiado hasta el lugar, cerró las puertas para dejarlos solos. Inmediatamente, el pelirosa se presentó.
— ¡Bienvenidos! Es un placer conocerlos. Mi nombre es Yuuta Ashu. Gracias por requerir de mis servicios —se presentó haciendo una reverencia.
Posteriormente, se sentaron y el pelirosa se encargó de servir el sake en los vasos. Éstos yacían en la mesa junto con algunos bocadillos.
— Y como te decía, Tomohisa. Estaba pensando.... —el peliazul había comenzado una conversación banal de no mucha importancia.
El peliblanco no estaba prestando atención a lo que decía su amigo. Más bien, su atención se concentraba en la presencia del pelirosa quien, a su parecer, estaba incómodo con la situación. Esto era bastante obvio ya que sus gestos lo delataban.
Algo que ambos muchachos no sabían de Yuuta era que éste era un poco torpe. Eso, sumado al hecho de que estaba incómodo eran el combo perfecto para que el joven cometiera algún error. Ese fue el caso cuando el pelirosa intento servir el sake con las manos temblorosas. El resultado de aquello fue un desastre pero, por suerte, era algo remediable. Sin otro tipo de interrupción, los clientes siguieron hablando amenamente, dejando de lado a un silencioso pelirosa.
Al cabo de media hora, Kitakado y Aizome se levantaron informando su partida.
— Muchas gracias por su atención —agradeció el peliceleste siendo imitado por el peliblanco.
El primero en salir fue Kitakado, quien iba a ser seguido por el peliazul pero, antes de que este pudiera hacer lo mismo, algo tiró de su camisa y escuchó a alguien hablarle a sus espaldas.
— Etto...A-aizome-san...yo... —el pelirosa era quien tiraba levemente de su camisa. El peliazul se dio la vuelta para poder ver de frente al muchacho.— Quería darle esto. Por favor, acéptelo — dijo inclinándose, a la vez que extendía una mano en la que se hallaba una carta.
— Claro —contestó el peliceleste aceptando la carta del pelirosa.
Antes de que algunos de los dos pudiera agregar algo más, alguien apareció interrumpiendo la escena.
— ¡Quieres apurarte, Yuuta! Recuerda que tienes más clientes —se quejó un muchacho de mirada amatista que poseía baja estatura comparada con los demás allí presentes.
— Lo siento, Ryuuji —dijo apenado el pelirosa, quien no tuvo tiempo de despedirse de Kento ya que el recién llegado se lo había llevado consigo.
Los jóvenes restantes que aún quedaban en la habitación, decidieron retirarse del lugar. Una vez fuera del edificio, recuperaron el habla.
— ¿Qué fue lo que paso allá arriba? —preguntó el peliblanco aún embelesado por aquellos ojos amatistas.
— No estoy seguro, pero ahora esto comienza a agradarme más —dijo sonriente mientras observaba aquella carta que le había sido entregada, la cual extrañamente olía a cerezos.
Continuará...
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Lazos del Destino [B-Project: Kodou Ambitious]
FanfictionA veces, el amor puede darse, incluso, en el lugar menos esperado como por ejemplo, un simple Burdel. Eso es lo que descubrirán estos jóvenes, además de que el amor puede venir acompañado de pequeños pedasitos de alegría. Parejas: -TomoRyu (Tomohis...