Los demonios como yo no tocamos el cielo porque caemos de él. A falta de compañía nos arrancamos las plumas de las alas para comenzar a llenar cuadernos. Cuadernos con tinta cósmica que las mentes básicas no comprenderían. Sabía que necesitaba de toda la gente, más no la gente de mí. Ellos no necesitaban de un escritor que se perdía entre las nubes, pero ya necesitaba de alguien para subir.
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Cartas Que Nadie Leerá.
DiversosBienvenidos a mi alma, digo a mi libro. *No todas las notas son mías, algunas las saco de internet. (Créditos a quien le corresponda).