Cartas Que Nadie Leerá.

Estoy bien, no te preocupes.

Hoy es uno de esos días en los que me he levantado con ganas de desaparecer... Así es, han leído bien, desaparecer, irme, dejar, perder, olvidar, ser olvidada...

Supongo que para la gente que se queda, no seria difícil hacer algo sin mí. He pensado eso millones de veces y sé qué tengo la razón.

Precisamente hoy, es uno de esos días en los que me he despertado y no le he encontrado sentido a nada, he despertado y desde el primer momento en el que abrí los ojos, pensé en que no era buena idea levantarme de allí... Qué era mejor quedarme ahí, dormida, donde los problemas y preocupaciones parecieran no existir... O desaparecen durante un rato.

Parece que hoy me he despertado para meter la pata constantemente y para que nada me salga bien, y ese sentimiento de impotencia, de no poder hacer nada puede conmigo...

¿No les a pasado nunca qué hay días en los que sólo necesitan llorar? Días en los que sabes qué conque te digas algo vas a notar tus ojos mas brillantes qué nunca por esas ganas tontas de llorar.

Lo peor de todo no es llorar, lo pero de todo es no tener a nadie que te diga qué dejes de hacerlo... No tener a nadie qué te diga: "Limpiate la cara y demuestra que puedes con todo, aunque sea mentira".

Ahora me encuentro en uno de esos momentos en los que miro fijamente a la pantalla. La veo borrosa por culpa de las lágrimas, segura que muchos me entenderán a lo que me refiero.

No sé qué me pasa, puede qué éste cansada de intentar las cosas y que al final nada resulte salirme bien, cansada de notar que no paro de arruinarlo todo, cansada de sentirme insuficiente para la gente, cansada de que el miedo controle mi vida... Es cansado estar cansada... Y por eso hay días en los que pienso irme, dejarlo todo, empezar de nuevo, el problema es que nunca podemos.

Deseamos desaparecer con todas nuestras fuerzas, pero no tienes ni a dónde ir, ni cómo, ni siquiera con quién desaparecerías, miras a tu alrededor y éstas sola, ves a gente, sí, pero nadie parece darse cuenta de las ganas que tienes de irte y mandarlo todo a la mierda.

Parece mentira que tú seas lo suficientemnete fuerte para soportar los problemas de todos, y qué luego, cuando tú necesitas a alguien, no haya nadie. Y dices qué no te importa, qué no pasa nada, qué no se preocupen, qué todo ésta bien... Y parece que funciona, siempre se me a dado bien mentir.