Capítulo I

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Y así terminaba otras de mis tantas noches de fin de semana, dejando una chica hermosa durmiendo en un cuarto de hotel con una nota diciendo "Perdón por no quedarme"; al contrario de lo que deben pensar de mí, no soy una cobarde que juega con las mujeres, simplemente opte hace muchos años atrás no involucrarme profundamente con ninguna amante, ya que eso siempre atrae problemas. Mi nombre es Andrea, muchos por cariño me dicen Andre - otros por miedo Señorita Prestton. - Tengo 29 años, soy gerente de la zona occidental de una prestigiosa empresa de seguros, un cargo que no conseguí en una caja de cereal.

Otra mañana de un viernes, que sin saberlo me cambiaría la vida...

Oigo que alguien toca la puerta sacándome de mis pensamientos.

-Señorita Prestton, ¿Puedo pasar?

-Si Mario adelante - Mario es mi asistente, guarda espaldas cómplice y salvavidas-

-Bueno días miss simpatía, ¿cómo amaneces?

-Bien Campanita - Mario y yo tenemos una gran confianza y ambos somos muy cotilla- Bueno si no vienes a hablar de trabajo te agradezco que te retires de mi oficina - amanecí con un humor de pocos amigos-

-Huy pero que dulcita andas jefecita - esto lo dice levantando las manos y haciendo una media ovación mientras tira en mi escritorio varias carpetas- Adre, necesito que revises y firmes estas aprobaciones de reembolso.

-Ok, ya que lo dices con tanto cariño quizás lo haga, ahora sal de aquí.

Pasé el día como era habitual, sumergida en papeles con la oficina inundada con las notas de Kany García, una de mis cantantes preferidas.

Esta soledad, que me abarca y me ahoga

Que me lleva a un abismo,

allí caigo a un espacio en que no hay luz

con esta soledad, buscaré mil razones

para un día olvidar que te has ido

pero hoy llorare el vacío que deja tu amor...

Mis pensamientos me llevan al pasado, a un pasado que pretendo mantener muy lejos de mi presente. Suena mi teléfono... -Prestton- Dije de forma seca, prácticamente escupiendo.

-Wow reina de corazones bájale dos - al escucharlo puse mis ojos en blanco-

-¿Que pasó campanita, ahora que quieres? Hay personas que si trabajamos.

-Hoy te toca cumplir la apuesta y llevarme al mejor Bar que conozcas - nota mental no volver a apostar en el tenis-

Hace varios meses Mario y yo estábamos viendo un juego del Abierto de Estados Unidos y entre bromas, comentarios y cervezas pensé que sería divertido apostar con él, Jugaban Nadal contra Del Potro, era obvio que Rafa ganaría pero justo ese día en medio de un rally largo, Rafa trastabilla y se tuerce el tobillo retirándose del US OPEN y dejándome a mi llevando a Mario a la que debía ser su mejor noche de copas.

-No vale tu eres loco, hoy no tengo ganas de salir - mentía, él y yo lo sabíamos, debido a que desde mis 24 años no pasaba un viernes, sábado o domingo que yo no pasara en algún Bar o disco buscando una nueva víctima.-

-Pensé que eras una mujer de palabra - Sentí la decepción en su voz y no pude negarme.-

-De acuerdo está bien campanita no llores te paso buscando a las 10pm en tu casa.

-Eso era lo que quería escuchar jefecita, te veo al rato - sentí su enorme sonrisa aunque no podía verlo-

Miro la hora y ¡MIERDA! Ya son las 9pm y yo sigo en la oficina, a veces creo que califico como workaholic, me apresuro en salir de la oficina y al llegar a mi apartamento observo que solo tengo 20minutos para ducharme arreglarme y salir por Mario, salgo airosa y justo a tiempo estoy en casa de Mario que gracias a Dios vive convenientemente cerca de mi apartamento.

la chica de la tascaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora