Elizabeth
Que delicioso es su olor, dormir en su pecho escuchando sus latidos, su respiración, compartiendo nuestros sueños, era algo tan perfecto que a pesar de despertarme primero no me levanté, ni me moví, simplemente me aferre más a ella para que no desapareciera, me levantó de una manera tan tierna, el desayuno exquisito, definitivamente ella tenía poder e influencias, su apartamento es grande, lujoso pero muy sencillo, tiene lo básico y una cocina hermosa, me imagino horneando postres y besándola, mi imaginación sí que sabe volar, le hablo pero pareciera que no estuviera ahí, me mira con su mirada siempre penetrante, pero no me responde, eso me enfurece así que decido aventarle mi jugo y decirle algunas verdades, pero como siempre con sentir su cercanía toda yo cae a sus pies, a esa elegancia y sutileza de sus palabras, sus movimiento y besos ¡DIOS! Sus besos me hacen estremecer y humedecerme deseando más, todo iba perfecto hasta que ella abre la puerta y veo a ¡Rafael! Él es mi ex novio.
Terminamos hace varios años, él es muy posesivo y yo me di cuenta que me atraen las mujeres, sobre todo esa mujer confundida frente a la puerta, nos conocemos de hace tan poco, que no hemos podido profundizar en nuestras historias y ahora viene el fantasma de un lejano pasado a arruinar mi hermoso presente, actualmente siento que lo odio ¿Quién se cree para venir a reclamarme así?
-Lo que sucede machito, es que ella- me señaló y sentí odiarlo más cuando se refirió de esa manera tan despectiva a Andrea- Es mi novia y no voy a permitir que le envenenes la mente con tus ideas absurdas de mariconas.
-Primero estas en ¡MI CASA!- coloco su mano en el pecho de Rafael empujándolo levemente del lado fuera del umbral- Así que debes respetarme a mí y a las personas que están aquí, segundo vuelves a decirme algún termino de neandertal referente a mi sexualidad y no me va a importar partirte la cara- ellos son del mismo tamaño pero Andrea se ve más grande y amenazadora.-
-Tranquila Andre- susurré y respire muy profundo, me acerque la bese en la mejilla y le dije al oído- Te veo en la noche.
Y así salí de ese hermoso paraíso con Rafael, quería regresar a sus brazos y explicarle todo, dejarla ahí sola de esa manera, con semejante acompañante me partió el alma, pero debía hablar con él y dejarle claro de una vez por todas que no existía ningún nosotros, fuimos hasta un restaurante cercano, él como siempre pidió alguna clase de licor fuerte y yo un simple café.
-Me vas a decir ¿por qué te apareces así en mi vida?- no entendía como había durado 1 año junto a ese hombre.-
-Calma mi amor ¿no te alegra verme?- poso su mano en mi rodilla y de inmediato la aparte con un fuerte manotazo.
-No me toques y no, no me alegra verte- solo podía sentir repulsión ante este hombre, su tacto parecía una gruesa lija, comparada con las suaves caricias de Andrea, su olor a tabaco y licor solo me generaba náuseas.-
-Seguro estas confundida y aquella puta lesbiana te lleno la cabeza de tonterías- se acercó lentamente a mi rostro, no pude evitar removerme en mi silla y ponerme tensa de la incomodidad- Pero ella no tiene lo mismo que yo entre las piernas- nuevamente apretó mi pierna y esta vez le estampé una fuerte y sonora cachetada.
-Te dije que no me tocaras- estaba furiosa con él, pero sabía que si me buscaba era por algo- Ahora dime ¿por qué decidiste aparecerte en mi vida de nuevo?- si seguía con sus babosadas me levantaría y me marcharía sin pensarlo.-
-Bueno mi amor quería verte y revivir nuestras noches de romance- ¿romance? ¡JA! Si claro su idea de romance era malos besos, seguidos de un más que breve coito y luego irse a beber- Aparte se acerca el cumpleaños de mi padre y necesito una pareja para la fiesta.
-¿Y eso que tiene que ver conmigo?- mi mano aún me hormigueaba por la cachetada- Tu y yo no somos ni siquiera amigos y francamente no tolero tenerte cerca.
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la chica de la tasca
RomanceUna chica con el corazon roto que se aisla del mundo, hasta que una "casualidad" le cambia la vida