⏩ seven ⏪

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Se detuvo en mitad de la gente, en mitad de toda esa gente desesperada en busca de regalos para sus seres queridos, desesperados en busca de lo perfecto. Él se quedó de pie ahí, sosteniendo aquella caja envuelta en papel decorado con estrellas y una cinta azul que la rodeaba y terminaba con un lindo moño en la parte superior, era un regalo y obviamente era para Yamaguchi. Le costaba sentir sus dedos con la cantidad de frío que hacia allí, sus dedos largos, delgados y finos, acariciaban con cuidado la caja como si por cualquier movimiento brusco esta se rompiera. Se sentía estúpido, imbécil, idiota ¿Qué planeaba hacer con ese regalo? faltaban dos días para noche buena, ya van casi dos semanas en las que él no ha hablado para el pecoso, dos semanas que para él ha parecido dos decadas eternas.
Bien, le compró un regalo, podría entregarselo ¿pero cómo? ¿y qué le diría cuando se lo entregase? cada vez que ve al chico está con Akio, sería bastante incomodo que se lo entregara cuando esta con ella. ¿Y si se lo entrega y luego corre como una pequeña niña? podría funcionar quizás, entregarselo y correr como endemoniado, bueno quizás no tan buena. O simplemente podía dejarlo en su casa con una pequeña cartita que diga feliz navidad y abajo su nombre... pero no quiere, quiere verlo, quiere hablarle, quiere escuchar su voz, quiere sentirlo cerca de él, quiere oir su hermosa risa, ¿eso era tanto pedir? si algún día le entregaba ese regalo será en persona, pensó, nada de cartitas y correr como una niñata.
Se acomodó su bufanda —regalo de Tadashi para el cumpleaños número 12 del rubio— y miró el cielo nublado dandose cuenta de que había comenzado a nevar. Estiró una de sus manos y dejo caer nieve en ella, lo más probable era que caiga nieve toda la noche. Cuando nevaba de esa manera, usualmente iban a la casa de alguno de los dos y tomaban chocolate caliente y unos cuantos picadillos más mientras veían una larga maratón de películas —normalmente era Jurassic Park a petición de Tsukishima— y luego se quedaban a dormir en la casa de uno de ellos. 
Guardó con cuidado la caja en su bolso y acomodó su gorro y bufanda antes de seguir en su camino hacia su casa. Una vez llegó abrió con algo de dificultad la puerta, la chapa estaba algo mala y sus dedos estaban demasiado helados que ya ni los sentía, eso complicó un poco más el asunto.
—Estoy en casa —dijo. Su voz sonaba más aburrida de lo normal, quizás era el cansancio, físico y mental. O el simple hecho de que una personilla llamada Yamaguchi Tadashi no ha salido de sus cabeza del momento en que despertó y eso lo mantiene un poco bastante estresado.
Tiró las llaves a la bandeja de metal que se encontraba en la pequeña mesa a la entrada para luego sacarse sus zapatos. La luz de la cocina estaba encendida al igual que la del salón, ambas luces iluminaban el pasillo, también había un agradable olor a galletas y a chocolate caliente.
—Oh Kei, bienvenido a casa —el rubio se giró encontrándose con su hermano mayor que se asomaba por la puerta de la cocina con una sonrisa en su rostro.
—¿Akiteru? —murmuró el chico frunciendo levemente el ceño para luego acomodar el bolso en su hombro—, ¿Qué haces aquí?
—Me dieron vacaciones en la universidad y decidí venir a pasar las festividades con la familia —explicó el Tsukishima mayor aun con esa sonrisa en su rostro.
—Ah... ¿Y mamá?
—Salió con sus amigas —el cuatro ojos se quedó en silencio unos segundos y miró a su hermano y asintió levemente antes de comenzar a caminar en dirección a las escaleras—. Estoy haciendo galletas y hay algo de chocolate caliente —eso explicaba ese agradable y cálido olor—, ¿quieres que te lleve un poco cuando termine? —se detuvo en su camino como si lo estuviera pensando un poco y luego soltó un suave "está bien" para luego seguir con su camino. Y cuando estaba en mitad de las escaleras a su querido hermano se le ocurrió preguntar:—Por cierto, ¿Cómo está Yamaguchi? hace tiempo que no le veo —Tsukishima menor dejo de subir las escaleras y apretó su agarre en el bolso colgado en su hombro mientras mordía con suavidad su labio.
—Está bien, supongo —le respondió de manera cortante ante de terminar de subir las escaleras y subir a su habitación, dejando a su hermano mayor algo confudido.
Cerrando la puerta tras de él, dejó con cuidado el bolso en el suelo soltando un largo suspiro. Últimamente sus días se estaban más largos de normal, y eso le cansaba de cierta forma. Si fuera por él; dormiría todo el día para no pensar estupideces—más bien en Yamaguchi— pero su pequeño problemilla, no paraba de aparecer en sus sueños, hasta se podría decir que le aparecía hasta en la sopa.
Se sentó en la orilla de la cama desordenando su cabello, para luego rebuscar en su bolso aquella caja, la cual trataba con tanto cuidado. Cuando vio eso en la vitrina no pudo evitar pensar en él —aunque llevaba pensando en él todo el día— y ni se dio cuenta cuando la estaba comprando. Se sentó en su cama cruzando sus piernas para luego abrir la caja con cuidado; era una cámara instantánea, una de esas que Yamaguchi llevaba anhelando desde que tiene memoria. Cuando vio la cámara alli no pudo evitar cuando recordar cuando llevaban un año de conocerse, iban pasando por afuera de una tienda y ahí estaba la misma cámara que ahora estaba en aquella caja. El pequeño pecoso se había apoyado en la vitrina mientras soltaba un pequeño grito de emoción, Tsukishima solo lo había quedado mirando en silencio, como solía hacerlo, pero nunca había visto sus ojos brillar de esa forma tan linda y única de él cuando vio la cámara, luego de eso Yamaguchi le confesó que le gustaría estudiar fotografía o algo que tenga que ver con eso. Cuando le dijo eso el rubio quizó comprarle la cámara, por capricho, para verlo feliz, para que si por esas casualidades de la vida el chico vería a Kei de la misma manera en que miraba la cámara aquel día. Pero ahora, es más porqué quería que lo mirara, o quería estar cerca de él, quería verlo sonreír, que le sonríera a él.
Tapó la caja y la dejo con cuidado en la mesa de noche para luego abrazar sus piernas y mirar por la ventana como caía lentamente la nieve. Repentinamente los recuerdos llegaron, las cosas que ambos hacían juntos, las risas, todo eso, y con tan solo pensar que esas cosas no volverían a pasar, quizás... nunca más, no podía evitar sentir esas terribles ganas de llorar. Pero no, había evitado llorar todo este tiempo y esta no sería la excepción, o eso creía.
La puerta de su habitación se abrió dejando ver a su hermano mayor con un plato con galletas y una taza con chocolate caliente, dejo las cosas en la mesa de noche y miro la caja que se encontraba ahí.
—Vaya un regalo —rio suavemente—. Para Yamaguchi ¿No? —preguntó mirando a su hermano menor, quien alzo su cabeza dejando ver sus ojos llorosos, las lágrimas en su límite—. K-Kei... —murmuró al verlo de esa forma.
Tsukishima por primera vez en su vida —y quizás también la última— estiró sus brazos a hacia Akiteru dejando escapar una lágrima que rodó por su mejilla. Su hermano asombrado por la acción, sin dudarlo dos veces corrió y abrazó a su hermano dejando que este se apoyara en su hombro. Ese día lloró por una media hora, quizás más. Su llando era desgarrador, Akitero estaba preocupado no sabía que hacer, solo atinó a abrazarle y acariciar su espalda, nunca había visto llorar de esa manera a su pequeño y querido hermanito. Supongo que hay momento que te guardas muchas cosas, y llega ese momento en que el agua del vaso esta apunto de revalsar y tu te esfuerzas para que todo se quedé allí y no desborde, pero es algo imposible y cae esa gota, ese ultima y pequeña gota que provoca que el vaso rebalse. Quizás... eso es lo que le pasó a Tsukishima, al fin y al cabo, guardarse las cosas dolorosas y no pedir ayuda o desahogarte, nunca está bien.


‥∵:*:☆*゜★。::*☆
perdón si no he actualizado, realmente lo siento.
he tenido muchos problemas, tanto como familiares y rupturas amorosas, nada me va bien, pero, de alguna u otra forma  tengo que salir de esta. me siento un poco identificada con tsukki en lo último.
perdón si quedó algo sentimental. sorrynotsorry
gracias por las 7K <3 las amodoro mucho, en serio. sus comentarios me sirven y ayudan mucho, algunos cuantos me hacen reír :)<3
cuídense, abrazos y besos pa' todos <3 <3 <3

-A.



[útlima actualización 24/09/2017]

ámame » tsukkiyamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora