Narra Justin:
Las calles de New York como siempre permanecían con una textura mojadiza limpias que apetece dar una larga caminata por las tardes rodeado de tanta gente parando un taxi. Tal vez esperando el autobús, o incluso parejas recibiendo besos uno al otro. Las nubes se transformaban con suavidad de contrabando y tapando el sol disminuyendo la luz y color de toda la ciudad. Una brisa pasmaba en mi cuerpo y una oleada recibiendo un aroma a tierra mojada. Se nublaba completamente con sus nubes grises entre negras percibiendo unas pequeñas gotas cayendo lentamente en el suelo.
Con mis audífonos escuchando mi canción favorita “One By One” de Laza Morgan. Paso a paso relajándome sin importarme nada, detuviendome cada avenida para cruzar, valla cuanta gente hay por aquí a estas altas horas de la tarde, el clima estaba a gusto como tal y como me gusta fresco. Hasta que enfoque mis ojos en ese Ferrari que anhelaba tanto tenerlo.
-¡Justin! – Escuche una voz casi inaudible muy afondo que alguien me llamaba gritando quizás es mi imaginación.
-¡HEY! Justin, Justin!! –Voltee hacia atrás y cuando estaba a punto de desviar mi mirada, una mano medio una pequeña palmada en mi espalda.
Era nada más y nada menos que mi viejo amigo Ryan, Ryan Butler, ese idiota y yo estudiamos juntos en el mismo colegio e incluso llegamos a estudiar en preescolar del Colegio “Campus Mett”.
-Idiota me asustaste –Fruncí el ceño.
-Ja ja ja Baboso, que haces. –Seguro Ryan pensaría que hago tan lejos de mi casa y caminando, ya que no suelo hacerlo.
-Pues tirando el tiempo ya ves man, ¿que no puedo ir a donde se me dé la gana? –Repuse.
-Hay si te crees porque ya en un mes cumples 18 cabron.
-Nee…- Conteste mientras caminábamos los dos esquivando la gente.
-¡Joder vamos por unas chelas! – Respondió mientras alcanzaba mi hombro abrazándolo y dando un breve roce de arriba abajo.
-Sabes que no puedo, hoy tengo una cita con Deborah, hoy cumplimos 1 mes.
-Uuh… cabron hasta que duras con ella en, nada mas andas tras de cualquier perra para follartela terminas y vuelves terminas y vuelves, y luego buscas otra y ahora me sales con que ya tienes un mes, whoa... –Comento. –
-Ja ja ja… tarado. –Conteste con desdén. –Deborah era una de las tantas novias que eh tenido, con Deborah ya cumplía 1 mes, pero con ella me daba igual la relación, a veces y hasta me sirve para satisfacerme. ¿Cuándo fue la última vez que me enamore?, nunca eh sentido ese sentimiento… no sabía que es el amor realmente o quizás lo estoy sintiendo con ella ahora mismo.
-Viejo pues tu chica esta buena. –Siseo. –Quizás sí, Deborah era muy guapa y con un cuerpo para agarrártela… pero a veces me quita la paciencia, empalagosa me molestaba que siempre celosa. Humilla a las demás nenas sintiéndose única, pero en fin es mi novia. Además, ya que, solo la tengo para tener de vez en cuando un buen polvo.
Me despedí de Ryan y me dirigí a mi departamento.
Derrape para frenar en cuanto llegué a la casa con la puerta cerrada introduje mi llave para quitar el seguro antes de poner un pie en el piso y cerrar la puerta detrás de mí. Una oleada de casa recorrió un aire en mi estomago, pareciendo como la comida llegaba a mis aletas de mi nariz.
Jadee lentamente observando si alguien estaba en casa. Estaban mis papás. Pattie Y Jeremy. Jazzy y Jaxon venían corriendo hacia a mí para abrazarme.
Acaricie la cabeza de Jaxon de lado a lado revoloteando sus cabellos y un beso en la mejilla de Jazzy.
Di unos pasos lentos hacia la sala de estar, mis manos se deslizaban en los bolsillos de mi Jean. Resople un aire leve.
-Hey Jaxon, Jazzy ¿qué pasa? –Sonreí –
-¿Hijo dónde estabas?, me tenias preocupada. –Ella alzo las manos al aire dirigiéndose a mí.
-Joder mamá solo fui por ahí con los cuates, además ya casi estoy por cumplir 18 años. Puedo ir a donde quiera. –Mi madre siempre me saca de quicio, eso comenzaba a hartarme.
-De ninguna manera jovencito. –Dijo mi Jeremy caminando y apuntándome a hacia mí.
-Estas en casa de tu madre y aquí se van a respetar las reglas aunque tengas 18 años, quieras o no. –Típica frase de padres nótenlo.
-Por favooor… –Arrastre–
-No Justin, ¿tú crees que no nos preocupamos cuando te vas sin dar aviso alguno? –Ella mascullo severa. –
-Mamá, no empieces, maldita sea. –Rezongué alzando mi mano en mi frente alisando mis arrugas de mi frente negando.
-¡Justin Drew Bieber Mallette! –Ella grito poniendo sus ambas manos en puño en su cadera. –
-¡¿Qué?! –Grite– Ella me miro tamborileando la punta de su pie en el piso mirándome con gran furia sin despegar sus manos cerrados en puño de su cadera.
-Ve. A tú. Habitación. –Contesto pausadamente cada palabra. – Rodee mis ojos
Y me dirigí molesto a mi habitación, subí las escaleras una y otra pisando con fuerza que se escuchaba cada golpe por todo lugar abriendo la manija de mi puerta antes de cerrarla con un gran portazo.
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-Que hacemos Jeremy, nuestro hijo esta cambiando mucho. Iré hablar con él; tiene que estar contigo. Eres su padre y casi no tienen el tiempo para verse. Apenas llegaste y bueno… no quiero que empecemos con peleas.
-Pattie, sé que es difícil todo esto a su edad y aun no alcanza a comprender, hablaremos con el mejor cuando se tranquilice antes de irme.
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No recuerdo nada de mi pequeño pueblo natal: Stratford en el país de Canadá. Ya que mis padres decidieron que nos mudáramos solos los tres en la gran ciudad de New York… pero según mi mama entre ellos ya no había más amor. Desde que mis padres se separaron cuando apenas tenía unos meses de edad, mi mamá se siente con un gran peso encima viviendo los dos solos y ella hace lo posible por esforzarse y sacarme adelante me termino metiendo a clases en el colegio “Campus Mett” Donde curse Preescolar, secundaria y actualmente en preparatoria. Eso lo valoro, Pero a veces… ¡MIERDA! Estoy arto que siempre se metan en mi puta vida no lo soporto, que no pueden dejarme un momento en paz sin tener a alguien preguntándome donde estoy, pero pronto cumpliré mi mayoría de edad y largarme de aquí no hasta que termine de juntar dinero para comprar mi Ferrari Ese Ryan ya lo tenía en sus jodidas manos lo envidiaba al maldito en broma me reí para mis adentros. Pero pronto tendré el mío sin tener que pedirle más a mi mamá su camioneta justo estoy en 5to de preparatoria, un semestre mas y soy libre. Pero ni del todo, mi mamá insiste a que siga con la universidad aun ni sé que es lo que quiero estudiar. Y Jeremy o bueno mi padre… ya había formado una familia con su esposa, solo eso sirvió para dejar sola a mi mamá dejarnos a mí y a ella solos como si no fuéramos nada. No entiendo porque mi mamá aun sigue dándole la entrada a Jeremy, en fin ellos dos saben sus razones. En cambio la esposa de Jeremy dio a luz a 2 hermosos hijos, serian básicamente mis ¿Medios hermanos? Aun así los adoro mucho. Jazzy de 6 y Jaxon de 4, mi princesa y mi spiderman. Sonreí ante ello. Seguí pensando hasta que me quede dormido.
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Salí de mi habitación, baje las escaleras y me di cuenta que no había nadie, disidí salir a tomar aire fresco. Me puse mi chamarra de cuero color negro y Salí. Pronto llegue a una tienda de autoservicio, tome un sixpack de cerveza. Temí que no me vendieran. Logre salir con mi six, empecé a tomarme una cerveza, luego dos, luego tres, hasta acabármelas todas. Camine hasta llegar a un parque. Me senté ya que me sentía muy mareado y vi a una chica sentada leyendo. Me atreví a llegar a ella.
-¿Hola...? – Arquee una ceja.
-Mm ¿hola? –Ella contesto interrumpiendo aquella lectura en sus manos.
- ¿Bieber? –Dios era ____ ____ la chica de mi clase.
-Hola nena, por que tan sola. –Conteste con una mirada juguetona.
-Estoy leyendo... Hmm oye estas ebrio. –Respondió confundida.
-Claro que no preciosa, mira acércate. –Me senté y me acerque a ella lentamente.
-¡No!… –Se aparto levantándose.
-Vamos reina ven aquí. –La tome por la cintura, la aferre a mí. Tenía unos ojos y unos labios deseables. Me acerque más más y más, que nuestras respiraciones se sentían. Hasta que aplaste mis labios con los suyos moviéndolos con delicadeza acariciando su espalda recorriendo cada centímetro de su cuerpo, mientras ella rodeaba sus brazos en mi cuello.
Comenzó a sonar mi celular, un sonido más fuerte de lo normal, todo se volvió obscuro y mi celular no dejaba de sonar…
*Beep* *beep*
Desperté, era solo un sueño y mi celular estaba soñando. Era una llamada perdida de Deborah.
-Joder Deborah. –Mire la hora. Eran las 6:53pm, habíamos quedado a las 7:30 para cenar. Me metí a la ducha rápido y pensé en el sueño. ¿Por qué mierda soñé con eso? Qué extraño y besando a ¿_____ ______? Que ridículo Bieber, ¿yo soñar con ella?...
Abrí la manija dejando que callera el agua caliente y me entre asiendo que el agua callera en mi cuerpo deslizando jabón en todo mi cuerpo.
Salí de la ducha, me vestí con mi camisa de algodón negro, mis jeans negros, mis supras color negro charol y suela blanca. Mi saco de mezclilla azul oscuro y mi cadena de oro que siempre uso, mi pulsera de plata, me eche un poco de perfume en las manos esparciéndolo en todo mi cuerpo y me arregle el cabello como de siempre, levantado. Acomode mis mangas recogiéndolas a mis codos.
Mire la hora, eran las 7:26pm. Mierda se me hace tarde.
Baje las escaleras rápido y me encontré con mi mamá y Jeremy.
-¡Justin a dónde vas! –Contesto mi mamá alterada.
-¿Les importa? –Conteste con incredulidad al mismo tiempo dirigiéndome a la salida.
-Justin por favor tu padre lleva horas aquí esperándote para poder conversar contigo, no se explica tu comportamiento con nosotros de esa manera.
-¿Joder…Se me hace tarde ya puedo irme?
-Hijo quédate, no te vayas. –Contesto Jeremy tratando de detenerme rozando su mano en mi hombro.
-¿No recuerdas “padre”? Tú me enseñaste hacerlo. –Le conteste de una manera muy fría, me dirigí a la puerta decidido.
Sentí algo… ese algo que me recorría el cuerpo, como un remordimiento que ahogaba algo muy dentro de mí. Quiera o no Jeremy… mi papá es mi sangre pero nunca aceptare que se haya alejado de nosotros, de mi mamá. ¿Por qué remplazar “Nuestra familia”?
Camine demasiado rápido rumbo al departamento de Deborah, temía que me reclamara la tardanza. En cuanto toque la puerta, ella ya había abierto la puerta enseguida…
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-Narras tú-
Terminaba de ordenar todos mis útiles y mis tareas para la clase de mañana, gracias al cielo acabe pronto. Que lastima que el fin de semana termino.
-Hija, ya es hora de dormir date una ducha pronto que ya son casi media noche. –Contesto mi papá en mi puerta de mi habitación.
-Si papá termino de arreglar esto. –Respondí en lo que aguardaba todo mis útiles completamente.
Hojeando mi cuaderno para estar segura de que termine con todo, me encontré con una fotografía medio vieja que siempre aguardaba entre las pastas del cuaderno.
-Éramos una familia perfecta.
En ella me encontraba abrazada con mi hermanito Daniel de ocho años y mi madre que colgada en el cuello de mi padre.
-Es una lástima que jamás los volveré a ver. –Acariciando el retrato se me ponían los ojos vidriosos de tan solo mirar la foto.
Creo que mi papa tuvo la buena idea de mudarnos de casa pero a la vez no porque eso provocaba dejar a mis amigos de mi antigua escuela. Ahora estoy en este nuevo colegio “Campus Mett” Hice muchos amigos y gracias a ello encontré a mi nueva mejor amiga. Pero todo era por apoyar a mi papa, el no podía más, no podía con el mismo. A mi pequeña familia. Solo entrar en junio del 2011 en 3ro de preparatoria para no quedarme sin estudios. Quiero seguir estudiando para poder comenzar la universidad. Como hubiera querido que mi mamá estuviera aquí orgullosa de mí, de mis pensamientos hacia mi futuro.
-Y claro que estaría orgullosa. Limpiando una lagrima que brote en mi mejilla.
Me fui al baño, hice un par de inhalaciones profundas y después me acerque a los espejos que colgaban sobre la larga repisa encimera del baño. Tenía exactamente el aspecto de alguien que ha pasado horas y horas en computadora, tareas, tareas y más tareas. Me lave la cara, eso me hizo sentirme tan bien me eche agua en mis brazos que al fin me decidí meterme a la ducha. Necesitaba tranquilizarme relajarme un poco de tanta tarea pendiente y atrasada que tenia. El agua caliente era la única forma de lograrlo.
Salí de la ducha, tome una toalla blanca y me envolví en ella.
Me puse mi pijama de siempre me sentía totalmente a gusto, relajada. Desenrede mi cabello, cepille mis dientes, dos veces.
Termine, llegue a dar un pequeño salto en la cama y me descanse en ella. Comencé a pensar en alguien que me roba el sueño… Ese chico… él. De mi colegio, que jodidamente me sienta difícil tenerlo en mis clases. Pero cada vez que pasa cerca de mí, me provoca un maldito nerviosismo de tan solo tenerlo a unos centímetros de mí. Ese chico castaño claro… percibiendo su aroma… con sus ojos color caramelo… sus labios carnosos… cuando pasa su lengua en la comisura de su boca… su perfil… su cuerpo… eso que te hace que sea tan deseable, joder… hace que cualquier chica que lo conozca sea tan desesperante hablarle aunque sea solo un segundo, de tan solo pensarlo un minuto te hacia el día totalmente, te enloquece, te quita respiraciones, como recuerdo el primer día que lo vi entrando en el salón de clases, era mi primer día y me pareció tan guapo tan incansable que de tan solo mirarlo sabia que él nunca se fijaría en mi.
Un señor calvo que al mirar su plaqueta colocada con un broche en su camisa era de Mr. John asomó la cabeza y echó un vistazo por si faltaba alguien por entrar al salón percatándose de mi silueta que faltaba yo para entrar.
Apresuré el paso en la entrada cuando el cerro la puerta metálica.
-Pase Sra. _____ _____ –Contesto. Al parecer mi maestro de Ciencias. Nótese mi nerviosismo típico del primer día de clases. Todos me miraban exactamente cada movimiento mío, eso hacia sonrojar mis mejillas.
-Pase a su asiento y comience a notar lo de la pizarra por favor. –El alzo una mano hacia mi asiento. – Agradeciendo de que no me presentara frente a todos. Sentándome torpemente a mitad de todo el salón de mi butaca. Gire mi mirada y estaba sentada junto a mí una chica de cabello negro, piel blanca y delgada.
En lo que sacaba mi libreta de mi bolsa, interrumpió una voz aterciopelada.
-¿Perdón, Mr. John puedo pasar? –Mire a ver quién era esa voz dirigiéndose al profesor.
Él era imponente y atlético, se comportaba como puede esperarse de un auténtico guapo, su superioridad aunque sin dejar de ser agradable con tan solo mirarlo frotar con la palma de su mano su cabello con delicadeza y un caminado masculino sensual. Un chico alto castaño rubio con ojos marrones.
-Lo siento Sr. Bieber, Pero te has pasado un minuto tarde, por favor retírate. –Contesto el maestro mientras miraba su reloj en su muñeca.
-Profe… pero solo ha sido un minuto. –El alzo sus manos al aire.
-No Sr. Bieber por favor retírese, interrumpe mi clase. Para la próxima si vuelve a llegar tarde tendré que citar a sus padres. –Contesto en lo que seguía apuntando unas cosas en la pizarra.
-Joder…
-¿Disculpa? ¿Qué dijo? –El se detuvo mirándolo sin despegar la punta de la pizarra.
-No, nada. – Este se alejo de la puerta regresando de donde vino sin dejar de tocar su apreciable y envidiable cabello bien arreglado.
Mierda ese tipo… que guapo es. Es tan… difícil de explicar pero me llamo mucho la atención. Sus labios carnosos en forma de corazón, sus ojos y su cara bien formada, su cuerpo.
A medida que el profesor John continuó hablando, anotó como paseaba la mirada cuando él se alejaba.
Es más: parecía capaz de observar a todos u cada uno de los estudiantes a la vez. Se escucho un sonido retumbando mis tímpanos.Hola! Comenten y Denle una estrellita para seguir la novela no sean lectoras invisibles recuerden a nuestra escritora que es @pretty_jezzy :$