Me sentía irritada, me sentía totalmente desecha. Mis ojos no podían ver esta desgracia. Trataba de meterme en mi cabeza que no me afectara pero imposible. Un gran silencio yo sola y enfrente Justin y Ella. Solo escuchando ese asqueroso sonido de sus besos. Me levante y me fui con pasos lentos para que no pareciera que eso me había afectado. Seguro Justin el beso parecía que quería vengarse de mí ¿pero de qué? Intente irme de ese horrible lugar, ese horrible momento. Se me hacia eterno alejarme de ahí. Perra madre _______ no llores por favor, no llores, no le des el gusto.
-No tan rápido estúpida. –Impresionada sabía perfectamente quien me hablo de ese modo. No hacía falta que volteara.
-Te estoy hablando. –Ella me hablo severa. –Sin decir nada me gire sobre mis talones mirándola con incredulidad. Mientras ella se levantaba de los brazos de Justin. Poniendo sus manos en su cintura.
-Si no me entero de lo que paso ayer, jamás hubiera sabido que mi novio se largo contigo a noche. Perra babosa. –Justin se levanto. –
-Deborah... –El tomo su hombro. –Deborah alzo su mano izquierda en señal de alto.
-No Justin, tú mismo me dijiste que la ayudaste solo por compasión y que no te importaba, ahora déjame terminar de decirle sus verdades. –Justin abrió la boca con ganas de decir algo, el solo callo.
-No quiero que te vuelvas acercar a mi no-vio puta. –Sin saber que decir pensaba en encontrar las palabras perfectas para responderle a la novia de Justin. No me atreví por nada en el mundo mirarlo. De nuevo dejo que me humillara frente a todo mundo mirando este espectáculo.
-No te preocupes por ello, no volverá a pasar. –Sabía que si le respondiera con otra cosa, o defenderme cuando no tenía a nadie quien me apoyara, sería mucho peor saber que quede más humillada que nunca.
Lo único que se me ocurrió fue dejar ese asqueroso lugar y dirigirme hacia al baño… mis ojos se cristalizaron, que en cualquier momento que cerrara los ojos, aquellas lágrimas terminarían por derramarse.
Seguí mi camino esquivando a toda la gente que me miraba con impresión a lo sucedido e ignorando las miradas, que en cualquier momento caería, tirada por la debilidad que sentía. Trate de caminar, camine como podía. Intente sobar mis ojos para preo curar de no tirar ni una maldita lagrima provocada por ese horrible momento. Solo ilusionándome de que Justin me defendería de su novia tan siquiera que se preocupara en tratar con respeto a una persona, pero ni eso.
* Es que yo solo soy una chica que quiere ser el centro de mundo... Pero no tengo mucho que ofrecerte mas que mi corazón y mi alma... Y creo que no es suficiente para que tu te fijes en mi... solo soy una chica mas del montón... Y creo que eso es todo lo que siempre seré para ti*
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Esta canción es perfecta para amores no correspondidos.
Saliendo del baño y sobando mis ojos con delicadeza jodidamente Justin se entre puso en mi camino con una sonrisa hipócrita. -Joder, ¡Que quieres! –Le conteste a Justin pareciendo que no me dolía lo que vi.
-Uuhh… alguien está molesta.
-¡Déjame en paz! –Le grite en susurro mientras trataba de esquivarlo.
-No no lo aré... – Mirándolo con mis ojos entrecerrados y después seguir con mi camino dignamente.
-¿Celosa? –Este contesto con una sonrisa hipócrita.
-Ya madura por favor además, nunca estaría celosa como un idiota como tú, te crees que de esa manera puedes seducir a todas ¿conseguir lo que quieres? Esas son unas de esas cosas por las que quiero evitarte el día de hoy, de nuevo pregunta ¿Qué mierda quieres? Tengo que ir a clases.
-Relax nena solo quiero decirte que Deborah no sabía lo que decía y…
-¿Qué? Ha… –Cruce mis brazos– Ahora entiendo porque no me querías decir ayer por qué me ayudaste lo que paso con Cesar. Solo fue por compasión. Perfecto ahora puedes quedarte sin un peso de encima. Todo lo que dijo tu novia tiene sentido ahora.
-No sabes lo que dices. –El negó con su cabeza seriamente.
–Ahora resulta que no sé lo que digo. Sabes que una persona inmadura como tú no dejaría que su propia novia se sobrepase insultando a las demás personas. Eres igual que ella. Qué bien que dices que solo lo hiciste por compasión o no sé ¿por qué otra lo arias? Por ¿aprovecharte de mí? Otros de tus juegos primero intentar besarme como ayer, ganar con tu partida y después ¿querer cogerme? ¿Crees que me dejaría haberme follado por ti ayer? Esa era una de las razones por las que no quería caer en tu juego.
Ser una noche, una follada, un placer solamente. ¡ESO QUERIAS QUE FUERA! Un simple juguete que puedes usarlo cuando se te antoje.
-A ver estúpida, entonces, ¿por qué jodidos permitías que me acercara a ti, en cualquier momento ya podrías haberte quitado ¿eh? sí o no me equivoco, te morías que te la hundiera duro perra. ¿Pero sabes algo? Jamás me aceptaría follar a una niña como tú, caprichosa, una niña de diez años que no sabe lo que quiere ¡TU ERES LA INMADURA! –Aquellas palabras me dolieron con toda la puta alma, como nunca antes. Como se atreve a insinuarme ¿que soy una perra? Y escuchar esa babosa humillación. Me atreví a darle una buena cachetada odiándolo con todas mis fuerzas, haciendo voltear totalmente y dejando mi mano bien marcada en su cara. Toda mi ira se había desahogado en ese duro golpe que le di.
Este me tomo a la fuerza arrinconándome a la pared tan duro que logro golpearme la espalda con el concreto. Su fuerza era indescriptible, no podía con él. Que termine dominada por su terrible fuerza potente apretándome a él contra el muro, apretando mis brazos fuertemente.
-No vuelvas, a tocarme perra inútil. –Este me contesto con furia, sus pómulos y mentón estaban tan tensos. Su mirada llena de ira, como si quería matarme.
-¡SUELTAME, SUELTAME IMBESIL! –Conteste gritándole en susurros para que nadie se enterara de lo que estaba pasando. – Intentaba salir de esos fuertes brazos que me tenían atrapada.
Mis lágrimas no pudieron contenerse más, que salieron sin permiso alguno, sin dejar de salir todas aquellas que trataba de guardar para que no fueran visibles ante él. Caían con fuerza, con gran tristeza, de querer golpearlo con todas las ganas, correr de ese lugar tan asqueroso. Ese llanto ahogado, que no me atrevía sollozar frente a él. Me aguantaba con todas mis putísimas fuerzas, con un gran nudo en la garganta.
-¡TE ODIO, ¡ME DAS ASCO! … –
Los ojos de Justin se tranquilizaron al escuchar aquellas palabras mías. Su cuerpo se relajo e intente fugarme de sus brazos como pude. Me aleje de él con todas mis fuerzas y me largue de ese odioso lugar. No quise permanecer más en la escuela. Viendo su cara, viendo como se burla de mí besándose con gran venganza frente mía. No tenía respeto Aunque no somos nada, era un descarado. –
Corrí y no sabía a dónde llegar. No quería llegar a casa y estar encerrada de nuevo. Creo que será mejor llegar a ese parque para tranquilizarme un poco. Ese idiota de Bieber me daba cuenta cada día como es el.
¿De verdad que tuve las fuerzas de fijarme en él? ¿Cómo era posible? Muchas chicas mueren por salir con él, no solo por ser el más popular y guapo de toda la escuela. Pero hay algo más en el que me atrae. Algo como si él hubiera nacido para mí y yo para él. Ja… que estúpido pensamiento. Que ridículo imaginar que nacimos para estar juntos. El destino solo me ha demostrado que somos como agua y aceite, ni siquiera como amigos podemos estar.
Llegue a mi parque favorito. Me encanta porque vengo aquí desde niña con mis padres, aun recuerdo que tenía cinco años y me deslizaba por la res baladilla, o a veces saltaba en el columpio. Reí para mis adentros. Los arboles, los pájaros cantando, los niños jugando, el aire que acariciaba mi cara me sentía niña otra vez. Ese aire lo sentía cerrando mis ojos dejándome llevar por la gravedad, cada vez el aire soplaba volando mis cabellos, rosando esa brisa relajadamente y ese aire puro y frio.
Me senté en el césped me acosté en el jardín que estaba ahí, tratando de olvidar todo.
En veces extraño volver a ser niña, donde el dolor solo existía en raspones en las rodillas, o en no querer prestar los juguetes. Sonreí ante ello.
Me sigue doliendo saber que entre Justin y yo, por lo más que lo intente tener una simple amistad con él, eso no se puede. ¿Por qué el es así? Creo que tenía la respuesta. Porque si fuera distinto, tendría la mejor razón para estar siguiendo enamorada de él. Pero ese dolor se comenzó a acostumbrarse. Aunque me encantaba sentir esa melancolía, no por masoquista, si no porque ese dolor era provocado por el. Por muy loca que me llamen, así lo sentía yo.
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-Narra Justin-
¿Si tú me odias ______? Me vale una ¡MIERDA! No eres mía, no soy tuyo, no siento nada. Pero que idiota fui haberte defendido del idiota de Cesar. Aun no sé cómo se me metió en la cabeza de
Poder conquistarte, intentar seducirte para que seas mi novia, ¿Cuál novia, mierda, solo una follada contigo para callarle el puto hocico a Ryan… inventar que siento algo por ti por una perra apuesta que hice con Ryan, jamás me metería con alguien como ella.
Pero no entiendo porque ese maldito impulso que me llego de repente. ¿Por qué mierda tenía que besar a Deborah? Y justo frente de ella, menos conseguiré mi apuesta. Pero… la bese solo porque vi a _____ ¿con Harry? No entiendo que sucedió conmigo en ese momento. Solo de verlos juntos me ardió la sangre.
-¿Justin? –Mierda, Just, ¿Estás bien? –Dijo Ryan mientras se acercaba a mí.
-Sí. –Mentí.
-No me mientas cabron, ¿qué pasa cuéntame men? –Mire a Ryan, pensando en si le diría la verdad o no.
-No es nada, ______ y yo peleamos nada más. –Conteste mientras agachaba la cabeza poniendo mis manos en las bolsas de mi Jean.
-Enserio, pero ¿por qué, o qué?
-No tengo idea… todo empezó cuando bese a Deborah.
-¿y ella te vio? Jodido ¿Besaste a Deborah idiota? ¡Te dije que no lo hicieras frente de ella! Menos podrás cumplir con tu apuesta.
-Ya se pero no sé que me paso, fue un impulso haber visto a ella con Harry.
-¿Celos cabron? –Ryan Rio. –
-Claro que no hijo de puta. Esa perra y yo nunca habría ni habrá nada, solo no se, el idiota de Harry no lo soporto, ya tengo días que me lo traigo, no sé qué paso.
-¿Hmm, y bueno que mas?
La seguí y peleamos diciendo nuestras verdades.
-No me digas que le hiciste llorar cabron, pues yo nada más te digo que no has cumplido con tu apuesta mi querido Justin. El tiempo pasa y cada vez me demuestras que no eres lo que todos piensan que eres. –Quizás se refiere a yo, el popular, el que consigo todo lo que quiero.
-No vayas a arruinar tu reputatión mi Just. –
-Joder claro que no. –Me fui sobando mi mentón. –Ryan tenía razón, no dejaría que una simple chica llegue y lo arruine todo.
-Así que arregla eso Justin, o de capaz perdiste la apuesta.
-¿A dónde vas? –Ryan se encogió de hombros confundido.
-Tengo unas cosas pendientes. –conteste mientras me alejaba.
-Narras tú-
Entre a ducharme un buen rato. Sabía que esa era la única manera de olvidarme de la realidad. De todo un momento. Extraño a mi papá se fue de viaje y creo que regresara en unas horas. Ya quería que regresara.
Me sentía sola, como sentía ese gran sollozo ahogado mientras me bañaba. Creo que no pasaba nada si me desahogaba un poco de las cosas.
Salí de bañarme, seque mi cuerpo, y busque en el closet la pijama que me pondría. Unos minutos mas y ya estaría obscuro el cielo. Cepille mis dientes y me puse un short cortito entallado, pero cómodo. Una blusita de tirantes pegada a mí. Me puse desodorante, un poco de colonia para oler rico por las noches. Amaba despertar con la sensación de limpia. Y lista para ir a la escuela mañana tempranísimo. Cepille mi cabello y me agregué un poco de acondicionador. Amo como huele, a frutas. Me puse cremita por todo el cuerpo lentamente, intente jugar como si me pusiera la crema corporal para seducir a un hombre mientras me miraba. Reí ante ello.
Me sentía un poco mejor, aliviada de todo… que no sería bueno recordar.
Prendí las velas rojas aromáticas y las blancas con un olor delicioso a vainilla. Genial, ahora si me sentía totalmente relajada.
Encendí mi grabadora con el volumen no tan alto. Ya me conocía, en cualquier momento comenzaría a escuchar música triste. No sé si era la única pero quizás era muy masoquista. Escuchaba música triste cuando me encontraba de muy mal estado. En vez de escuchar música, que me motivara que me tratara de hacerme sentir mejor.
Esta vez lo pensé, y puse música de piano tranquilo. Me encantaba ese tipo de música. Ahora sí, estaba en mi punto más relajada del mundo. Sin tensión, sin problemas.
Mire al techo una, y una, y otra vez… termine totalmente rendida cerrando mis ojos con esa relajación extrema quede súper dormida…
Me encontraba en la escuela y al parecer… creo que era la única en el salón, me parece que llegue mas temprano de lo normal.
Salí afuera del salón asomándome por el barandal para respirar aire fresco. El cielo aun estaba obscuro, eran las 6:40 aun no amanecía totalmente.
Mi piel se erizo al sentir aquel contacto humano en mi piel, acariciando cada parte de mi brazo estando detrás de mí. Este se me apego olfateando mi cabello, mi cuello. Me estremecí por completo. El me volteo con el quedando nuestra cara tan junta que no me permitía moverme.
-Por favor ______ perdóname… perdóname. Aquellos ojos de Justin se perforaban en los míos.
-Perdóname. –Dijo con su voz casi inaudible. –El timbre de la escuela sonaba, sonaba con fuerza. Tan fuerte que a los dos nos aturdía. Me tape los oídos con mis manos. Mierda sonaba tan fuerte… el cielo se ponía de color más negro de lo que estaba, Justin se formaba un rostro borroso. Todo se ponía borroso... no lograba ver nada. Nada… Ese sonido no dejaba de sonar…
~
Esa maldita sensación cuando tu celular te despierta de golpe. Joder soñé con ¿Justin?
Me parece que todo fue por culpa de pensar casi toda la tarde de tener la esperanza de que Justin llegara a pedirme perdón. Algo que no sucederá. Ese sueño… lo sentí tan real, sentir sus ojos tan penetrados en mí. Lo extraño maldita sea. Cuanto lo quiero y cuanto lo odio. Así que este sentimiento no es nada nuevo para mí.
Revise mi celular. El culpable de haber despertado mi “hermoso sueño”. Era un mensaje de un número desconocido:
Número Desconocido:
Hey, ________ ¿estás en tu casa?
Soy Justin.
Mierda, mierda, mil veces mierda. Era Justin, Justin Bieber. Increíblemente se dibujo una sonrisa tonta en mi rostro y se volvió a borrar al recordar lo que paso esta mañana. Coño… ¿qué diablos quería?, como se atrevió a mandarme un mensaje después de lo que paso, será ¿que en verdad le importo? y ¿cómo supo mi numero? Entonces valió la pena que despertara mi sueño. Era un mensaje de él, ¡de él! No le contestare el mensaje. No lo haré, por más que quisiera. Puse mi celular en mi estomago. Automáticamente volví a revisar el mensaje de Justin viendo cada letra.
El celular volvió a sonar, era otro mensaje de él.
Número Desconocido:
Nena, por favor tenemos que hablar ahora, no ignores el mensaje te lo pido.
No pude mas y decidí contestarle, no quería quedarme con la intriga de por qué su insistencia quizás querrá hablar sobre lo que paso en la mañana, no quiero hablar sobre eso me dio temor pero a la vez una sensación de que quiere que todo esté bien entre nosotros… nuestra amistad. Pero no será fácil esta vez… Suspire y comencé a escribir el mensaje.
Yo:
No... No lo sé. Mañana veremos.
Número Desconocido:
No, mañana no. ¡Ahora mismo!
Yo:
Joder… ¿Por qué tanta la insistencia de que sea ahora?
Número Desconocido:
Porque ya estoy afuera de tu balcón.