Paranoia [Editando]

Capítulo 1: ¿Quieres desintoxicarte?

—¡Cállate! eso es imposible— Claudia le grito a Miguel, quien llevaba diciendo lo mismo los últimos cinco minutos.

—Está en un rascacielos— Miguel  seguía con su idea.

—Haber lee otra vez la pista _____. — esta vez Magui fue quien habló.

Gire la carta procurando que la  respuesta no quedase a la vista para mis amigos.

—Su fe en la calidad le hizo volar— repetí  por enésima vez en la noche.

Nos habíamos reunido por el cumpleaños de Miguel, de regalo le habíamos comprado un juego que nos llamo la atención por su temática, El juego tenia cincuenta muertes macabras o estúpidas  y con una pista que  te daban en la parte delantera, a base de hacer preguntas al jugador que sabia la respuesta, tenias que adivinar que había sucedido.

Estaba siendo muy divertido, pero ya eran las dos de la madrugada y tenía que irme, mis padres eran unos aguafiestas y yo no podía hacer nada al respecto. Claudia, Magui y Miguel seguían gritándose los unos a los otros.

—Chicos tengo que irme, va, adivinadlo de una maldita vez— les metí prisa.

—Puf a la mierda, yo me rindo— Claudia despatarro en la silla.

—Yo también— Magui la apoyó.

—Muy bien,  entonces yo también— concluyo Miguel.

—El hombre, si estaba en un rascacielos…—

—Lo sabia—Miguel se levanto pegando un golpe en la mesa.

—Que te jodan—Claudia solo le enseño el dedo corazón mientras miraba hacia otro lado.

—Bueno da igual, leed vosotros la respuesta yo me voy ya—

—¿Seguro que tienes que irte ya?— Miguel me miro apenado.

—Si…— le dije yo.

—Bueno pues empalma como huelga, hoy no era lo de 1D Day ¿o algo así?—

—Si—

—Pues ya sabes lo que hacer—

—¿Voy a haber a los chicos hasta las 8 de la mañana? ni de coña—

—¿Pero no te gustaban?— preguntó Claudia.

—Pero no tanto. Quizá le eche un vistazo, pero no más de veinte minutos, además mañana tengo que ir a la universidad—

—En serio ¿Cómo te controlan tus padres a estas alturas de la vida?—

—Ya ves— me limité a decir.

Me despedí de ellos, mi casa no quedaba lejos de la de Miguel y menos mal porque hacia un frio con el que se podrían congelar las fuentes. Un escalofrió me recorrió la espalda y me sentí extraña, decidí no darle importancia. Cuando caminaba sola a altas horas de la madrugada flipaba demasiado.

Llegue rápido a casa, mi padre aun estaba viendo la televisión. Salude con un simple “Hola” y me fui a mi habitación, encendí mi portátil, todavía no tenia sueño e iba a echarle un vistazo a eso del 1D Day  a ver si era gracioso, y ya de paso practicaba el inglés. Si definitivamente eso no le vendría mal a una estudiante de filología inglesa.

No es que One Direction fuese mi grupo favorito, de hecho mis amigos se reían de que me gustase, recuerdo que cuando Miguel se entero me había preguntado si creía que tenia dieciséis años, como respuesta le había enseñado mi, muy bien cuidado, dedo corazón.

Llevaba ya viendo media hora a los chicos hacer tonterías, y era divertido, entonces mi padre se asomo por la puerta.

—Me voy a la cama, no tardes en echarte a dormir, mañana tienes universidad—