El reloj de la mesilla marcaba la seis de la madrugada, estaba demasiado nerviosa, no sabía cómo actuar delante de Niall cuando viniese a buscarme y lo peor de todo es que me sentía como autentica tonta por preocuparme más por un simple beso, que por la situación tan extraña en la que me encontraba. ¡No había podido dormir ni media hora!
El tiempo pasaba, minuto tras minuto y el sueño seguía sin acudir, era demasiado frustrante. Las ocho de la mañana, el tiempo pasaba extremadamente rápido para mi gusto. Decidí levantarme, lo peor que podía hacer ahora era dormirme.
Me veía horrible, aunque con ese uniforme rosa pálido nadie podía estar decente, si a eso le sumabas mis ojeras hacia la combinación perfecta para parecer una autentica loca. Genial, esos son los pensamientos que necesito.
Intenté arreglarme un poco, para mi sorpresa había algunas cosas en el baño de mi habitación. No había maquillaje, pero si un brillo de labios sabor a fresa, un cepillo de pelo, otro de dientes y su respectiva pasta. Cogí el brillo y me pregunté qué pensaría Niall si me lo ponía, ya que estaba un poco fuera de lugar en aquel sitio. Cuando estaba a punto de ponerme a arreglar mi cama llamaron a la puerta. Mi corazón palpitó más fuerte de pronto, ¿Tan rápido había llegado Niall?
La puerta se abrió dejando ver a Louis, vaya ni siquiera recordaba que él iba a venir…
—Buenos días, ¿Qué tal estás?—
—Bien— me encogí de hombros. Louis me sonrió y se fijó en mi más detenidamente.
—Vaya, estás muy guapa— se señaló la zona de los labios— con el brillo, digo— sonrió de nuevo.
—Gracias, la verdad es que no he podido dormir mucho hoy, así lo he contrarrestado con eso— sonreí vergonzosamente.
—Pues estas muy bien—me miró a los ojos y me sentí ligeramente incomoda— te he traído el desayuno especial— levantó una bolsa de plástico en la que ni siquiera me había fijado y caminó hasta dejarla sobre la mesa del cuarto.
Cogimos la mesa y la pusimos en paralelo con la cama ya que solo había una silla, la mesa era la típica mesa de hospital que se podía correr porque llevaba ruedas y que solo tenía soporte por un lado, para que el paciente pudiese comer recostado en la cama.
—Siéntate en la silla— me dijo Louis, ya que esa era la opción más cómoda.
—No, encima de que has traído el desayuno vip— rio ante mi comentario— no, en serio siéntate tú— le dije.
—Esta es una discusión muy tonta, de verdad— se dirigió hacia la silla y la levantó para no hacer ruido arrastrándola por el suelo, la puso enfrente de la mesa y dio un pequeño golpe en ella, indicándome que me sentara— siéntate— dijo finalmente.
Camine hacia él y me senté en la silla.
—Gracias—dije.
—No hay de que— respondió muy contento sentándose en la cama— comamos— juntó sus manos en una pequeña palmada.
Sacamos todo lo que había traído, eran cosas que me encantaban y no solo pasteles y cosas dulces, sino también cosas saladas. Lo que me llamaba la atención de esto era que había traído atún. Me encantaba el atún, ¿Cómo podía saberlo Louis?
—¿Cómo has sabido que me gusta desayunar atún?—
—Bueno, salimos juntos durante bastantes años y… en realidad esa es una característica de ti que me encanta, es muy… bueno, adorable— Louis sonrió nervioso.
Esta declaración hizo plantearme algunas cosas, ¿Y si Louis tenía razón y Niall era un loco? Porque si no era así, entonces ¿Cómo podía saber Louis algo tan personal como eso? Yo no iba por ahí contándole a cualquiera que a veces me gustaba desayunar atún, es más, solo mis amigos y mi familia lo sabían, porque la demás gente iba a saberlo. No, no, no y no. Niall tiene razón, mi corazón palpito con fuerza y como magia una voz sonó en mi cabeza “Tiene razón, o… ¿Quieres tú que la tenga?”
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Paranoia [Editando]
RomanceCuando tu vida es normal eres feliz, con tus amigos, familiares, una exitosa carrera… todo es genial, Pero cuando una noche te lo arrebata todo un simple mensaje de ordenador que ni siquiera aceptaste queriendo ¿Qué harías? El doctor Tomlinson dice...