Éxtasis.

Capítulo 4.

Suspiró pasando las manos sobre su rostro, todavía sentado en el borde la cama con evidente cansancio como para no querer levantarse e ir a la cocina por un vaso de agua como su cuerpo se lo pedía, miró hacia atrás como su pareja todavía dormía envuelto en las sábanas que se encargaban de ocultar su desnudez, pareciendo como si pudiese dormir por unas cuantas horas más a pesar de que el reloj ya marcaban la una de la tarde pero él no se creía capaz de poderlo hacer si su cuerpo se encontraba tan deshidratado, teniendo un dolor de cabeza y pesadez total de su cuerpo por la noche anterior haber bebido tanto además de las drogas consumidas en la fiesta y dentro de su mismo apartamento, incluso estaba hambriento pero todavía no lograba levantarse de la cama para poder acabar con su sed, hambre y tal vez su dolor de cabeza, ni siquiera podía recordar si quedaba alguna pastilla para terminar con ese dolor.

Algo molesto se levantó de la cama y salió de la habitación para dirigirse a la cocina, lo primero que hizo ahí fue beber dos vasos de agua y lo hubiese bebido más agua de no ser por aquella sensación de que si bebé más terminaría vomitando. Luego de dejar el vaso en el fregadero se acercó a la puerta del refrigerador, la abrió inclinándose un poco para ver dentro de ésta, encontrándose con la noticia que estaba casi vacía y nada de lo que tenía ahí podía ser comido sin preparar, volvió a cerrar la puerta para regresó hacia la habitación, no estaba de ánimos para preparar algo y lo mejor sería dormir para ver si luego de eso podía recuperar fuerzas y prestarle atención a los reclamos que de seguro le haría su estómago por no haber ingerido nada de comida en más quince horas desde la noche anterior en la que pidieron comida a domicilio junto a su novio antes de salir hacia la fiesta causante su cansancio y dolor de cabeza en ese día.

Al entrar en la habitación sonrió porque esa era una buena imagen de ver a su parecer, en donde su novio estaba con los cabellos revueltos sentado en la cama como intentando orientarse y al mismo tiempo forzándose a mantener los ojos abiertos, se podría decir que él amaba ver despertar a su pareja, se acercó sin hacer mucho ruido ya que imaginaba que el chico en la cama también debería tener un dolor de cabeza igual al suyo.

—Buenas tardes —saludó, inclinándose un poco y dejó un casto beso sobre los labios de su novio, luego se recostó a su lado.

—Min Ho... —fue un susurro a base de queja lo que recibió, con las palabras siendo arrastradas, aunque el rostro del chico tuviese una pequeña sonrisa.

—Pensé que dormirías más —se abrazó a su cintura, cerrando sus ojos porque él se encontraba demasiado tentado a caer en los brazos de Morfeo.

—Tengo sed —un mohín en sus labios que se encargó de convertir a Min Ho en su esclavo, porque se levantó de la cama para ir por agua para su novio, en ésta ocasión decidió llevar una jarra llena de agua hacia la habitación.

Al entrar una vez más en la habitación notó a su novio colocándose la ropa interior con demasiada lentitud para parecer que de verdad había querido despertar, dejó la jarra con agua y el vaso que llevaba sobre la mesita de noche, se sentó en el borde de la cama frente a su novio y lo atrajo hacia así abrazándose a su cintura con las intenciones de volver a dormir, escuchando la suave risa de su pareja como si el sueño hubiese abandonado su cuerpo en ese momento porque sus brazos se dirigieron al cuello de Min Ho, dejando cortos besos sobre los labios de éste.

—Taemin —dijo al ver a su novio alejarse hacia la jarra de agua y servirse un poco de ésta.

El chico sonrió dejando salir un sonido de satisfacción, se acercó a su novio y regresaron a la posición de antes en donde Min Ho se abrazaba a su cintura y él pasaba los brazos detrás de su cuello, riendo cuando Min Ho se acostó en la cama y lo atrajo sobre él, había despertado de muy buen humor a pesar de que cabeza le dolía un poco por haber bebido tanto la noche anterior, aunque no llegaron a la inconsciencia porque podían recordar el momento que dejaron la fiesta, cuando el taxi que tomaron al apartamento fue tan inoportuno a sus planes de tener sexo en un lugar público, seguros de que nadie los vería ya que era demasiado tarde como para que haya personas transitando esas calles.