cereal » Dan Howell.

2.

Como todos los jueves, Dan se encontraba haciendo el turno de noche en la tienda. Durante toda la semana no había parado de pensar en la chica de la semana pasada. No había aparecido durante toda la semana y Dan poco a poco perdía la esperanza de verla otra vez. 

De una estantería, cogió una bolsa de Doritos picantes y volvió a su cajero, poniéndose cómodo en el asiento antes de iniciar un capítulo de una serie que le habían recomendado, llamada Stranger Things. Se había echo muy popular y todo Twitter hablaba de ella, así que, tendría que darle una oportunidad. 

Cuando estaba acabando, la puerta se abrió y miró a la persona que había entrado. No pudo evitar sonrojarse al ver que era la chica de la otra vez. Llevaba un vestido de flores corto con medias de color negro y unas Doctor Martens de color negro. Ella desabrochó su abrigo al sentir el calor de la tienda y le dedicó una pequeña sonrisa a Dan.

Poco después, Dan la había perdido de vista y curioso, se preguntaba que compraría hoy. Dan tiró la bolsa de Doritos ya vacía a la basura y volvió a mirar a su teléfono, viendo que al capítulo le quedaban menos de cinco minutos. 

Una vez que este acabó, twitteó lo mucho que le había gustado, consiguiendo varios retweets y respuestas por parte de algunas personas que lo seguían, entre ellos PJ, uno de sus mejores amigos, que ahora estaba enganchado a la serie. 

Bloqueó su teléfono después de responderle a PJ y se levantó de su asiento. Iba en busca de ella. Dan se sintió un acosador en aquellos momentos pero todas aquellas historias que nunca creyó sobre el amor a primera vista, poco a poco se iban haciendo realidad. Recordaba haberse reído de aquellas historias cuando era pequeño y las chicas de su escuela de primaria hablaban sobre príncipes y otras cosas que a él claramente no le interesaban.

Había recorrido todos los pasillos, exceptuando al pasillo de cereales y galletas, así que, con cuidado, se asomó y allí estaba ella de nuevo, de puntillas, mordiendo su labio e intentando coger la caja de All Bran.

Dan la miró, durante lo que parecían minutos hasta que alcanzó la caja y no pudo evitar pensar, una vez más, en lo preciosa que se veía aquella noche.