▬ 2 Atrapado ▬

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Había dicho que no recordaba nada inusual luego del sueño aquel, sin embargo las cosas habían empeorado en su casa cuando todos los muebles se removían en las madrugadas cuando él supuestamente debería estar dormido, haciendo un sonido de arrastre de las cosas y movilización de electrodomésticos, el agua del grifo correr y cerrarse; movimientos que reconocía particularmente provenientes de la cocina, preparando cosas, aseando, a veces rompiendo platos. El miedo no lo invadía por esa clase de cosas ya que siempre las hoyó, lo que le paralizaba era despertar al otro día y encontrar todas esas cosas que supuso en la noche anterior, hechas en su cuarto, como si realmente hubiese alguien más viviendo ahí con él.

Otra cosa que sucedía era que la música ya no sonaba cuando el reloj anunciaba las tres am, aquello le alivió, aunque le perturbó de igual manera, debido a que a veces aquella tétrica cancón se escuchaba como si proviniera desde dentro de su habitación, erizando los bellos de su nuca cuando un peso adicional sabía presentarse con más recurrencia a su lado, sintiéndose más tangible el hundir de su propia colcha tras sus espaldas, respirando sobre su nuca, empeorado luego de lo ocurrido en la casa de Taehyung.

Seguía sin recordar nada de aquello, pero el miedo que le invadía cuando recordaba lo asustado que despertó empapado en sudor, al punto de levantar fiebre sin sentir como Tae y Jungkook le cuidaban, le resultó extraño, porque Jimin sabía abrir sus ojos en cuanto percibía algo adicional en sus sueños, o en su mismo entorno mientras descansaba sus ojos; era como estar dormido con los ojos abiertos, metafóricamente, o eso le comentaba burlón Kook, las veces que lo veía dormido en los pupitres de la universidad en los descansos, aparentaba estar profundamente abrazado por Morfeo, pero al menor ruido inusual o repentino se erguía como si jamás hubiese cerrados sus rasgados orbes. Siempre atento, tristemente alerta en todo momento sin un segundo real de paz.

Le dió un sorbo a su bebida, notando como el alba comenzaba a caer ensombreciendo el horizonte, sus ojos perdidos en el final de ese punto donde se tocaban el cielo y las puntas de los árboles de ese bosque que rodeaba su casa cerca de la colina, casi al pie de ésta. Jamás entendió por qué la abuelita Bom se fue a vivir en medio de la soledad de un territorio tan natural y puro, cuando ella no estaba del todo encantada con el mismo, al menos no siempre, aunque Jimin debía agradecer la paz que se prestaba en el sitio.

- Deberíamos organizar un jodido festival del miedo justo aquí - anunció Namjoon, sentado en el borde de la mesa - todo es tan.. Paranormal, muchísimo mejor que connecticut o amityville - sonrió.

- Me alegro que veas la manera de lucrar con mi sufrimiento diario, Nam, adoro tu manera de ver las cosas - sonrió sarcástico.

- Sabes que sería un gran negocio. Mucho más ahora, en pleno octubre, sería la sensación. Deberían de pagarte sólo con entrar a los campos que abarca tu jardín.

- No es mi maldito jardín, lo sabes.

- Si, pero es tan tétrico y arcano que ni siquiera el gobierno lo quiere para deforestar y construir un hotel, gasolinera o la mierda que quepa en este inmenso terreno.

- Es como tu propio bosque de Aokigahara - se unió Taehyung, regado en su asiento - No me sorprendería en absoluto que un día encuentres cadáveres suicidas cerca de tus puertas. El lugar se presta para volverte loco a cualquiera.

- Y crees que alguien querría pisar tierra maldita con rumores de volverte en tu propia contra al punto de suicidarte? - Namjoon negó, mientras que Taehyung se encogió de hombros, restándole importancia - Acéptenlo, nadie vendría, ni siquiera tu Tae, con lo raro que eres. Además está muy lejos de la ciudad, si yo no tuviese mi motocicleta no podría ir y venir tampoco.

No mires los espejos, Jimin [YoonMin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora