No mires los espejos, Jimin [YoonMin]

▬ 4 Preocupado ▬

Han pasado ochenta y cuatro años...

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Aquella escena fue terriblemente desgarradora para Jimin, porque él no distinguía del todo rostros, pero las voces sabía quedarse gravadas en el subconsciente incluso pasado el tiempo, incluso si sólo escuchó a esa persona esa única vez. Y aunque no recordaba la sonrisa burlona de Sandara o la amabilidad excesiva de Minji, él todavía sentía su pecho cálido cuando la voz suave y melodiosa de la pelirroja le arrullaba de más niño tratando de aplacar las peleas de Bom y su hermana mayor.

Así como recuerda a la perfección los malos chistes acompañados de una risilla tímida de Dara, cuando su novia cortaba sus chistes con comentarios mordaces que la ubicaban de inmediato, o la golpeaba por decir palabrotas en frente de Jimin que sólo observaba y sonreía a lo que las noonas hacían.

Las quiso tanto de pequeño, y ahora sólo guardaba un sentimiento amargo que le recordaba por qué pedía que no vinieran a verlo...

Siempre hacían llorar a Bom, queriéndola convencer de que no lo quería.

- ¿Qué esperas conseguir de todo esto? - musitó con los ojos cansados de tanto llorar

- ...

- Por favor, deten esta cosa. No sé lo que pretendes, pero yo no quiero ver el vaso como tu lo ves, medio vacío. Siempre, desde niño he tenido que verlo de esa manera.

- Cuando no esperas algo, es más difícil que te hagan daño - se acercó para acariciar sus naranjas cabellos, pero Jimin se apartó - Pero tu no buscas que no te hieran... Jamás fue tu prioridad salva guardarte del mundo.

- Sólo quería ser apreciado y querido, necesitado, extrañado y sentirme amado por alguien. Quitar aquella mueca de asco o desagrado del rostro de las personas que me observaban - miró sus manos.

Estaba sentado de espaldas a una pared prácticamente invisible, mirando sus manos sin apartar sus ojos de ellas por un largo rato; aquella visión, el "recuerdo" como lo llamó Yoongi, fue una bofetada para el moreno que no entendió cómo pudo olvidar aquello, cuando las veces que tía Dara y Minji le hicieron visitas, siempre fueron buenas y cariñosas con él.

Más aun así nunca dejaron de mirar a Bom con desapruebo, y eso no le gustaba, no le gustaba porque sabía de alguna intuitiva manera que él tenía que ver en ese enojo irracional que Dara le dedicaba a Bom..

Quizás por eso las olvidó, porque siempre las quiso cuando estaban todas sonrientes con él, pero cuando él las encontraba hablando por lo bajo en la cocina, en otra habitación, en la planta baja o como en aquella ocasión, en el cuarto de Bom, aquellas decían a la castaña lo errada que estaba con todo esto, que pusiera un freno ahora que podía, y él no entendía por qué.

Pero luego Park Bom se llegaba a él ofreciendo unas disculpas que él siempre aceptó, llenando sus regordetas mejillas de besos y cariños, endulzando sus oídos con palabras de un amor futuro que le haría tan feliz como siempre se lo mereció.