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- No sé qué esperabas conseguir con esto, pero te felicito, no sé donde diablos estoy...

- ¿Cómo que no? Claro que lo sabes, es solo que te haces el tonto - alegó el castaño a su lado, acuclillado para mirarle de frente.

- No, no es así, no sé. Por favor, dime donde estoy - le miró triste, abrazándose así mismo porque la luz que bañaba su cuerpo, cada vez se aminoraba un poco más, permitiendo que las sobras le rodearan - ¿Cómo llegamos aquí?

- Porque quieres saber de ti, y a la vez te temes, imbécil. Por eso la oscuridad se va acercando más - confesó tranquilo, rayando la delgada línea que permitía un trozo de luz, entre jimin y ese manto negro.

- ¿Y qué sucederá cuando me alcance? - le cuestionó asustado.

- No estoy seguro, pero sincerándome contigo, también estoy preocupado por ello. Deberías tener más fuerza de voluntad - le recriminó, mirándole con reproche - ¿Qué te sucedio?

- ¿Qué te sucede a ti? No entiendo gran parte de nada que tenga que ver contigo, y estoy comenzando a pensar seriamente en que eres un invento de mi imaginación, señor Min Yoongi.

Aquello enojó al castaño, que le miró decidido antes de dar un paso en la oscuridad que poco a poco trataba de cubrir a Jimin, asustándolo porque aunque sea un amigo imaginario bastante sarcástico, malhumorado, pesimista y extraño, seguía siendo compañía en medio de todo ese mar tumultuoso de sombras, y él odiaba estar solo.

- Por favor, no te vallas - le tomó de la mano, consiguiendo retener al pálido antes de ser tragado por completo, agrandando el círculo que le protegía de ser devorado también - No te vallas.

- ¿Por qué te tardas tanto en entender? Sólo... sólo tienes que dejarme entrar - le pidió con su voz apagada, sin mirarle todavía - Te fuiste mucho tiempo y te esperé, te esperé y traté de que me encontrarás en tantas ocasiones ¿Por qué no intentas, al menos, aceptar que sí existí en tu vida?

- Porque... P-porque - la voz de Jimin flaqueó, no sabía qué responder, no estaba seguro y sus ojos lo delataban. Por ello el castaño quiso soltarse, pero Park reforzó el agarre- Está bien, tengo miedo - soltó apresurado - T-temo, temo que seas real, que yo pueda verte y que sí exites. Entonces, cuando yo diga que sí puede ser que tengas alguna conexión conmigo ¿Qué sucederá? ¿Me consagraré un loco por verte? ¿Por escucharte? ¿Por considerarte real? ¿Porque soy el único que puede verte? Si no es a eso a lo que llaman producto de tu imaginación... ¿Entonces a qué?

- No es tu culpa que no todo el mundo pueda verme - consoló, acariciando la melena pelinaranja con cariño - Es la mía, por ser tan apartado de todos, queriendo vivir eternamente dentro de ese pedazo de cristal. Siempre tuve problemas para relacionarme con el resto cuando estaba vivo, incluso con mi familia; me encerré por temor a que me hicieran daño, y cuando... Cuando me di cuenta de la clase de fenómeno que era, del rechazo inminente de mis seres queridos, del daño que le estaba causando a mis padres y a mi hermana - sus puños se apretaron con ira, volviendo a mutar el color chocolate de sus rasgados ojos - No lo soporté, fui cobarde y escapé de la manera más sencilla, de la única forma que yo concebí apropiada para un engendro pervertido como yo. No es tu culpa que no sea visible, pero si es tu culpa encontrarme cuando yo deseaba estar solo.

- Perdón - murmuró el moreno, sintiendo sus ojos aguarse - Siento que te estoy haciendo daño, y me siento terrible por ser tan hijo de perra contigo, a pesar de afirmar que no te conozco, me duele verte deprimido por mi culpa. Lo siento en serio.

- ¿Vez? - le acarició el rostro, sonriendo tenue - Así te conocí y te quise, Jimin, siendo un niño adorable y tonto, pero cariñoso y comprensivo conmigo, aunque yo fui un fantasma horrible contigo.

No mires los espejos, Jimin [YoonMin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora