03º

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Jin se levantó del suelo, sus sentidos revoloteando y ensordeciéndolo, tan pronto como tomó la primera respiración su cuerpo tembló. Estaba tan asustado, que de pronto toda clase de sonido se volvió agudo y se convirtieron en eco.

Dio el primer paso, sus movimientos fueron inseguros y dudó de sus propias acciones, cada paso que daba se convertía en un sonido resonante que se perdía entre las calles oscuras de aquel lugar. El color rojo del camino de sangre fluía y cada vez era más vivo. Se preguntó qué era eso, de qué se trataba. La angustia y la incertidumbre le dejaron agotado, tanto que de pronto se encontró sudando frío.

Las suelas de sus zapatos se tapizaban de un color escarlata, mientras la casa en ruinas estaba cada vez más cerca de él. Se sintió mareado y su estómago se revolvió, su estado cohibido le desoriento y tan pronto como estuvo frente a la puerta, tomo el aliento suficiente como para poder recuperar el valor que había salido corriendo ante su cobardía.

Abrió la puerta y esta crujió. La oscuridad que envolvió el lugar se perdió cuando la luz lunar atravesó las ventanas rotas y el viento hizo que las cortinas rasgadas se movieran de forma misteriosa y temerosa. Pasó saliva y se adentró a la casa, de pronto, cuando su cuerpo invadió el lugar por completo, la puerta se cerró fuertemente, haciéndolo sobresaltar. Apretó sus puños y su mandíbula y se aseguró de pensar en que eso no estaba sucediendo.

Sus poros se abrieron y su piel se erizó, estaba seguro de que esto era sólo una alucinación más de las tantas que había tenido desde hace ya tiempo. Mantuvo firme la idea de que el temor era sólo superficial y que su mente estaba haciéndole una mala jugada. Tan pronto como observó a sus espaldas, la sangre desapareció. El suelo estaba lleno de tierra y agrietado, al igual que las paredes, que amenazaban con derrumbarse con sólo un respiro.

La adrenalina le envolvió por completo, pero el mal presentimiento que sintió se introdujo firmemente en su cuerpo, dejándole en claro que era mejor retirarse del lugar y dejar que su curiosidad perdiera esta vez, pero como era de esperarse y por más estúpida que fuese la decisión, Jin prefirió jugar con el miedo y tentar a su propia suerte.

Gran error.

Caminó hacia la única habitación que estaba abierta, mientras que la sangre desaparecía en cada paso que daba, era como si el camino se desvaneciera y nada fuese existente. Temió que esto fuese más lejos de lo que él mismo podía explicar, estaba tan asustado, que de pronto la incredulidad de lo que sus propios ojos veían le descolocó.

Mantuvo su corazón bombeando hasta volverse una vibración y cuando se adentró a la habitación, su sangre se heló. El contorno de alguien dándole la espalda contrastó en la forma en que la luz iluminaba el cuerpo. Sus sentidos viajaron de forma fugaz, pero pasó tan rápido que su equilibrio jugó en contra.

¿Por qué tardaste tanto?— Su voz salió ronca y Jin se estremeció.

No entendió y su mente consternada ni siquiera fue capaz de racionalizar. 

Un mal presentimiento se apoderó de su cuerpo y sus pasos retrocedieron cuando la persona que le daba la espalda se volteó lentamente. Estuvo a punto de correr, completamente decidido a huir, pero cuando la cabellera azulada se iluminó ante la luz de la luna y los profundos ojos rojos de aquel chico brillaron ante la oscuridad de aquella casa en ruinas, se sintió atrapado, completamente atraído a algo desconocido. Había una sensación excitante de peligro que se mezcló con a adrenalina y le estimuló. 

Partió de la idea de todos sus sueños, de la forma en que había sentido tan real su presencia en los últimos días y entendió que quizá no estaba tan descolocado mentalmente como había supuesto.

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