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12°

Paso saliva inmediatamente cuando sus pasos amenazantes se dirigen hacia mí con tanta determinación que comienzo a temblar. No es sólo hecho, de que su penetrante mirada se vuelve fulminante ante esas pupilas rojo sangre lo que me hace elevar la guardia, sino también, la forma en la que me contengo para no parecer intimidado a pesar de que por dentro me estoy cagando de miedo.

— De haber deseado enfrentar a Gi Dong ya lo habría hecho hace mucho tiempo— El olor de su aliento valiente que resopla e impacta contra mi rostro me eriza la piel. De pronto está tan cerca que compartimos el mismo respirar— Los mortales no presentan una amenaza ante mí. No me intimidan en lo absoluto y bastaría con quebrarle el cuello a ese bastardo con sólo dos de mis dedos y acabaría con él como lo hice con su padre— Media sonrisa hace de su rostro un retrato siniestro, de esos que te arrebatan el aliento— ¿No crees que de haber querido asesinarlo ya lo habría hecho?

Pero no es la forma cruel y sin compasión con la que suele hablar sobre la muerte lo que me deja consternado, es más allá de lo que puedo comprender y es que la burla detrás de su mirada, es como un abismo que incendia todo dentro de mí, justo en la boca del estómago puedo sentir como todo se me revuelve.

Soy un caos.

— Sí él intenta capturarte y tú eres tan poderoso como dicer ser. ¿Por qué huyes? ¿Por qué te escondes y me arrastras a ti de este modo?

Parece que he dado en el blanco, como si mis palabras le dolieran, sus líneas arbitrarias y su alto potencial por mantener la compostura se desvanece como el fuego ante una gran tormenta. Me deja estupefacto y la incredulidad asciende un nivel más, me siento malditamente tentado a encontrar respuestas a esas preguntas que me obligué a guardar.

— Todas las personas tenemos debilidades, Kim SeokJin— Veo la forma en la que sus pupilar rojas comienzan a ser sustituidas por ese color café oscuro, tan oscuro como todos sus secretos y aunque su mirara no deja de intimidarme, puedo estar seguro de que es un poco más cálido— Y lo creas o no, yo también tengo una— Hace una pausa y cuando me observa mientras dice lo anterior, siento como si todo hiciese énfasis sobre mí— Pero no soy la clase de hombre que deja al descubierto cuales son mis puntos débiles, es por eso que los mantengo sujetos a mí para que nadie pueda manipularlos en mi contra. Es una estrategia de supervivencia.

Incluso cuando llegué a pensar que dentro de toda esa masa corporal y todo aquello que lo conformaba sólo existía brutalidad y sedentarismo, incluyendo también un animal o quizá una criatura vil y cruel, me encontré con algo que se encontraba más allá de lo superficial que se mostraba ante mis ojos. Un ser inteligente que manejaba sus instintos con un poco más de razón de la que esperaba y no era sólo eso, realmente era alguien que aceptaba incluso que había un modo de vencerlo, pero que aprendió a manipular las cosas de modo que nadie pudiese descubrir qué era a lo que le temía.

— Déjame libre, por favor.

No puedo dejar de pensar en que todo parecía ser una carga más, incluso cuando de cierto modo me sentía liberado pro descubrir tan sólo un poco de todo lo que me encendían, no podía simplemente asegurar que podía, después de esto, con la carga de la responsabilidad y el temor por perder la vida.
Es más de lo que puedo manipular, es más de lo que mi cuerpo puede soportar.