Como todo

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Una mañana fría y húmeda Nia volvía a casa después de una larga jornada en el hotel donde trabaja hace 3 años para ser exactos, cada vez le agradaba menos el tener que trabajar ahí pero ganaba bien y además tenía buenos amigos y aveces muy buenas propinas.

Vivía en el apartamento de tres habitaciones con Amanda y Sofía, no estaba mal, no se pagaba mucho alquiler y la zona no era tan mala, estamos relativamente cerca del centro y de muchas tiendas de interés, cuando llegue a New York hace ya casi 5 años con dos enormes maletas y unos pocos dólares en el bolsillo, estas dos mujeres que conocí por casualidad en el metro cuando un cretino me quizo asaltar, fueron mi salvación, me ayudaron y desde entonces no nos hemos separado.

-Hola, hay alguien en casa?- escucho ruidos raros, son las 7 am a esta hora las dos deberían estar listas para salir corriendo al trabajo, no hay señales ni de Amanda, ni de Sofía, lo único que logró escuchar son gemidos, en serio? Me pregunto, si mente no me está jugando una broma, camino en dirección de donde provienen y ahí en pleno pasillo, está mi amiga Sofía con un tipo en medio de sus piernas, ella completamente desnuda y el vestido con un perfecto traje, es tanto mi asombro que no me di cuenta que estaba conteniendo la respiración, mi amiga tiene los ojos en blanco y la cabeza echada hacia atrás, el tipo la ve directamente a la cara y yo no puedo pronunciar palabra, es que es muy caliente, nunca por mi cabeza pasó ver a mi amiga así, tengo que salir de aquí, en mi nerviosismo, al querer irme sin que se dieran cuenta de mi presencia tropiezo con una de las mesas auxiliares tirando todo lo qué hay encima- Mierda.

  -Oh, Dios mío!- dice mi amiga empujando a su acompañante, toma su bata que estaba en suelo- Nia, lo siento, que pena !

   -No te preocupes, lamento interrumpir!- hago una mueca y cierro los ojos intentando borrar de mi cabeza la imagen tan erotica que acabo de presenciar. - Quería irme sin que se dieran cuenta estaba aquí, para que.. ya sabes..

- Para que se corriera!- quién demonios era este, para que se metiera en esta conversación, mi mirada me delató y mi amiga sabiendo que yo era de mecha muy corta le hizo una seña a su acompañante para que mejor no hablara.

- Si, para que terminaran!- el sonrío, era realmente guapo, atractivo y con un aire de superioridad que lo hacía verse muy sexy, como le hizo Sofía para conseguirse un hombre así en solo dos días que no nos habíamos  visto, yo solo me di media vuelta a mi habitación, estaba enojada, sentía mucho calor y estaba húmeda, dios santo, necesitaba sexo.

-Lo siento- gritó Sofía cuando ya estaba entrando a mi habitación.

- La próxima deja la señal- esto ya había pasado en otras ocasiones solo que casi siempre era Amanda la involucrada y yo o Sofía éramos las que nos encontrábamos con estas escenas en medio del apartamento, así que decidimos que deberíamos alertarnos, era tan fácil como poner un letrero de peligro en la puerta de entrada.

Oía susurros y pequeñas risas aún después de mi baño de 30 minutos, no lo creía, salí de mi habitación con la mano tapando mis ojos, no me fuera a encontrar con otra escena porno.

-Ya no seas pesada, ya entendí, no volverá a pasar!- dijo Sofía queriendo sonar arrepentida, pero claro que no lo estaba, quien lo estaría, con ese pedazo de hombre que tenía a lado.

-Lo siento, tenía que hacerlo!- solté una carcajada, su hombrecito nos estudiaba a las dos con rareza.- Hola, soy Nia.- le tiendo mi mano y el tiende la suya.

-Hola, soy Alonso! Mucho gusto! Siento lo de hace un rato!-yo sonrío.

- No creo! Ya terminaron? - lanzo una sonrisa maliciosa dejando entrever el doble sentido en mi pregunta .

-Ya! - dice Sofía suspirando, sin darse cuenta, el suelta una carcajada y le da un beso en la mejilla, le dice que se tiene que ir y que la llamara más tarde. Se despide de el en la puerta, como si fuera el príncipe azul.

-Ahora si, cuéntamelo todo? De donde lo sacaste? Es muy sexy!- la atiborró de preguntas, mientras como mi cereal, hay que aprovechar para saber el chisme antes de que el cansancio me venza.

-Yo estaba buscando un taxi y el pasó en su auto y me salpicó de un charco en el suelo. Me enoje mucho, le dije hasta de lo que se iba a morir, me dijo que el pagaría la tintorería, que le diera mi número, yo pensé que claro solo lo había dicho por salir del paso, total le di mi número y al día siguiente me llamó y me dijo que donde me podía ver para arreglar lo de la tintorería de mi ropa... y lo demás es historia!

- No lo creo! Y ahora?

-No se! Voy a ver a donde me lleva todo esto, por lo pronto dijo que tiene un bar y que me invita a mi a mis amigas esta noche a divertirnos, que todo va por cuenta de la casa! -lo dice dando pequeños brincos por toda la estancia.

- Dile que no conoce a Amanda lo puede dejar en la quiebra!

  -Tienes razón no le digamos a Amanda que es gratis- reímos con fuerzas- Oye lo siento, de verdad, que vergüenza!

-Jaja no te preocupes a todas nos puede pasar, aunque yo por eso no traigo chicos aquí!- me da una mirada de esas condescendientes que suelen lanzarme ella y Amanda, que por qué no tengo el suficiente sexo, que por qué no salgo lo suficiente, que por qué no me arriesgo a nada, que solo trabajo y que me divierto muy poco, bahh, panplinas, solo no me gusta andar ahí de chico en chico, aunque no me molestaría tener unos cuantos chicos como en de mi amiga, con esa idea en la cabeza, baja las persianas de mi habitación sumiéndome en la oscuridad, entro en mi confortable cama y cierro mis ojitos para descansar después de tres días de intenso trabajo, quede con Sofía que me despertarían a eso de las 8, para prepararnos para una noche de fiesta, con su nuevo y guapo novio.

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