Narra Carlos
Estaréis pensando en cómo me tomé que Dani y Clau tuvieran un hijo y le pusieran mi nombre, pues que sepáis que en el fondo, fue lo más bonito que alguien había podido hacerme en la vida, quizás, por ahora...
Digamos que, cuando me avisaron de que ya había nacido otro "sobri" más, no lo pensé dos veces y decidí coger a Jenny y plantarme con ella a conocer mi nuevo tocayo. Creo que, hasta ahora, ese había sido uno de los días más felices de mi vida.
Carlitos, allí encogido entre los brazos de su papi y, tan indefenso, me sacaba la vena de papi que nunca nadie me había sacado, excepto K... (Bueno, K a su manera y Carlos de otra) Le agarré la manilla que estaba por fuera de aquella manta de hospital y, enseguida sin dudar, me agarró el dedo no con mucha fuerza, mientras echaba el suspiro más grande y adorable que había escuchado en años.
-Cógele. -Me decía Dani, mientras me lo posaba entre los brazos.
-No sé si será buena idea.... Soy muy patoso y lo sabes... -Dije con miedo.
-No seas tonto... Toma...
Y Dani, me había dejado entre los brazos la cosa más mona del universo en aquellos minutos. Sí, puedo decir tranquilamente que se me caía la baba.
-Hola, tocayo... No sé que te habrá contado papi de mí, pero que sepas que aún estando loco, te voy a querer más que a ninguno que está en esta sala.
-Oye, ¿y a mí, qué? -Me reprochaba Jenny.
-A ti, te sigo queriendo mucho más. -Le besé la frente. -Que tú eres mi niña.
Entre risas pasamos un buen rato, pero creo que, el momento en el que el enano abrió los ojos y me miró con una sonrisa, fue lo mejor de los pocos minutos que me había llevado caerle bien, aunque no fuera mucho de niños en toda mi vida.
-Anda, Carlos, parece que le has caído bien al peque, jaja. Aunque no me extraña con la pinta de payaso que tienes. -Exclamaba Clau, mientras reía.
-Al menos yo tengo cara de payaso, porque Dani.... Jajaja.
-¡Yo tengo mejor cara que tú y lo sabes! -Exclamaba loco perdido.
-Era broma, tonto. Toma Jenny, creo que te toca a ti cogerle en brazos. -Decía mientras se lo dejaba.
-Madre mía, pero que monada... Se parece bastante a Dani, pero conserva rasguitos de Clau en su cara.
-Que bah, es una copia exacta de Dani, que de mi no ha sacado nada, la verdad.
-Ya verás con el tiempo... -Sonreí.
-Seguro que con el tiempo, se vuelve Carlos Marco, en vez de Carlos Fernández, jaja. -Bromeaba Dani.
-Mejor que sea como yo en comportamiento, que como tú. Que yo me río de la vida y tú le cantas, jaja.
-No sé que tiene eso de malo. -Alzó las manos en señal de disculpa.
Narra Jenny
Mientras ellos estaban discutiendo, no paraba de mirar al enano y sus ojos grandes y brillantes, sabía que en una semana más o menos podría distinguir mejor las sombras y, que sus ojos, cambiarían de color para tener otros distintos. Había algo en él que me gustaba mucho, y era la forma en la que miraba su entorno e intentaba buscar cosas mirando extrañado, como si en realidad conociera de antes aquel hospital de paredes blancas; también como me sonreía, sin ni siquiera tener una imagen nítida de mí, como intentaba agarrar la mano con firmeza sin que esta, se le escapara de su agarre. Sin duda, con sólo poco tiempo de vida, se podía decir que, era un bebé muy inteligente.
-¿Qué tal van yendo las cosas por tu nuevo mundo? -Le decía con una sonrisa, a lo que él me devolvía en otra. -Parece que bien, ¿no? Y me alegro mucho de que eso siga siendo así.
Pasé unos minutos admirando su carilla, tan adorable con el rostro de angelito heredado por su padre, hasta que se cayó rendido y volvió a quedarse dormido encogido en la manta de nuevo y con uno de sus dedos metidos en el interior de su boca. Como no, para no molestar sus sueño ni interrumpírselos, se lo llevé a Clau, que lo esperaba impaciente con una sonrisa.
Puedo decir, que en ese instante entendí lo que mi Carlos había dicho, en ese instante, me declaré enamorada del pequeño.
Narra Clau
Todavía me costaba creer que el bebé que Jenny acababa de posar en mis brazos, era mío, y que su padre era Daniel Fernández Delgado, pero supongo que por veces uno debe volver a la realidad y aceptarla aunque parezca sacado de un misterioso cuento, historia o novela del cual no existe un capítulo adecuado para ella todavía, ¿o quizás si? La cosa era que me parecía una realidad ideal con la que hubiera soñado años atrás, igual que cada chica con la que compartía esta "familia". Supongo que era hora de coger y cambiar el rumbo de las velas y, disfrutar de mi vida de otra forma que me iba a gustar. Se me había abierto la puerta más grande de todas y, de la que, según personas como Noe, aseguraban la felicidad.
Miré al pequeño, todo destapado y agarrado a la manta, moreno como si hubiese salido de un solarium, o quizás hubiese vuelto durante dos días de playa intensos. Aquella mirada que tenía, era sin duda la mirada de un angelillo, pequeñito, indefenso, tranquilo y adorable. No sé cómo, miré a Dani, que observaba a Carlitos embelesado, después de la marcha de Carlos y Jenny y, me fijé en que, aquella mirada que tenía posada en Carlitos ahora, ya la había podido ver antes... Con Sheila... La niña, que murió por leucemia, aquella niña, que desde la primera vez, había conseguido robarle el corazón tan adorable que él sólo poseía. Sonreí y es que, sonreí, porque lo tenía todo, todo lo que alguien como yo, podía haber deseado toda su vida.
Narra Dani
Después de la marcha de Jenny y Carlos, me quedé mirando al enano por un momento. Estaba en aquel momento de hipnotización tremenda, en encandilamiento, en otros términos, se me caían las babas por verle.
En toda mi vida había conocido niños pequeñitos: mi "sobrino", Biel (el hijo de Tony), Blas y Alexia... Pero no en todas me había sentido tan emocionado. Por fin, podía compartir mis pequeños momentos, con alguien que sabía que no me fallaría como hijo, por fin podía tener un confidente más para contarle mis hazañas de vida y sonreír a lo máximo, por fin tenía alguien al que, junto con Clau, poder cantarle hasta que se quedase plácidamente dormido. Ahora sentía, como hace años se había sentido Blas, al ver a Blasi y Alexia.
-¿En qué piensas, cariño? -Me quitaba de los pensamientos Clau.
-En nada, cosas mías, la verdad. Me encanta que ya esté aquí... -Dije sonriendo.
-A mi también, la verdad. Otra molestia menos aquí dentro, jaja. -Bromeaba.
-Más adorable... Mirale que dormidito, si duerme asi los primeros meses, será todo pan comido.
-Ojalá, pero sabemos que nos va a dar mucha caña.
Sonreí, sería mucha coincidencia que, Carlitos se portara tan bien tanto tiempo, pero me daba igual si en lo que en verdad quería es que fuera un tiarrón sano y que diese mucha guerra cuando fuera mayor.
Volví a acariciar su carita y, en ese momento, me acordé de Sheila, aquella niña pequeñita que me había robado el corazón y la cual, su muerte me había dejado un vacío pequeñito, pero a la vez tan grande que había tiempo que nadie había conseguido llenar... Ese vacío, de repente, estaba siendo llenado por mi propio hijo y, no había experimentado mejor sensación en mi vida que esa. Otra vez, terminé sonriendo más de lo que pensaba, al mismo tiempo que un par de lágrimas cobardes, regaban mis mejillas para desembocar en el cuello y terminar en la manta de Carlitos. Era la sensación que había estado esperando con los brazos abiertos.
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Las Sorpresas de La Vida (Auryn-Blas) 2ª Temporada
FanficSi la primera te ha enamorado, esta segunda parte te hará volver a enamorarte. Los personajes de la primera, vuelven con más carga emocional que la segunda. No te quedes ahí parado y, déjate sorprender y, envolverte con la magia. Una boda, dos bauti...