Karamatsu apenas entró al mundo del espectaculo. Con apenas unos papeles menores en una par de series no muy famosas y apariciones en la gran pantalla con personajes no muy llamativos es solo un actor mas del montón.
Su pareja, Ichimatsu, por el con...
Karamatsu acompaño al muchachito a su escuela, ignorando las miradas indiscretas que atraían.
-Dejame tu numero de teléfono. Me alegraría tener un buen contacto con mi ...eh...Todomatsu- Estaba por decir "primer fan" pero no quedaría bien. No quería que Todomatsu lo viera como a un idiota.
El menor asintió emocionado. Era la primera vez que conocía a alguien, ademas de su hermano, que podía hacerlo sentir respeto con solo mirarlo.
-¿Esta bien si te llamo?- preguntó el de azul.
-Claro que si- acepto sonriendo. Algo que no sabia Todomatsu es que a los ojos de Karamatsu aquella sonrisa, junto a la delicada forma de su figura, recordaban al mayor a un conejito.
-Bien. Te veré luego, Todomatsu. Si alguien vuelve a molestarte me avisas- lo ultimo lo dijo en voz alta. Para que quien pase a su lado lo escuche.
Ese mocoso era adorable y era su fan. Como tal debia agradecer su apoyo.
-Muchas gracias. Karamatsu-niisan - dijo a modo de broma el de cabello rosado.
-¿Entonces aceptas que sea tu Aniki? Me siento muy feliz- rio el de azul. A modo de broma de camino a la escuela le habia propuesto adoptarlo como hermano menor. El mas joven le habia sacado la lengua y pensó que su juego habia sido rechazado.
Mas ninguno noto lo que su curioso uso de palabras ocasionó, sin ir mas lejos de ejemplo tenemos la expresión de pánico de algunos de los abusadores del menor.
"¿¡TODOMATSU SE UNIÓ A LA MAFIA!?"
-Bye bye My little conton candy- dijo el mayor despeinado al adolescente.
Si tardaba un poco mas llegaria tarde a la grabación. Corrio a su auto, de color azul al igual que todo lo que le pertenecia, y piso el acelerador.
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Osomatsu se seco las lagrimas, importandole poco que sus manos estuvieran llenas de sangre, mientras veia el cuerpo de Choromatsu desplomado en el suelo.
Algunas manchas de sangre y ematomas arruinaban el hermoso rostro del de ojos verdes. Ah, su hermoso Choromatsu. Tendido frente a su escritorio en una forma tan lamentable.
¿Por que tenía que abandonarlo?
Las reglas de la mafia eran claras. Si me traicionas solo hay una solución justa. Frente a frente arreglamos nuestros problemas. La muerte, ya sea tuya o mía, es el perdón. Sin sangre no hay como aplacar al otro.
¿Pero como matarte si eres mi hermanito y mi amante? Lo eres todo para mí. Aunque yo no sea nada para ti.
-Nunca quise lastimarte Osomatsu...lo lamento- la voz debil del menor apenas llego a sus oidos.
