Capítulo 1

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Haiaiel:

—Persuadir a Terra y Aqua no va a ser una tarea fácil—Advirtió Feng con seriedad—Así que te daré la información suficiente para que logres convencerlos de traerlos al puente.

Feng comenzó a mover su cuerpo de manera delicada, extendió sus brazos hacia el cielo infinito que cubría el palacio, y este se tornó oscuro. A continuación, el cielo oscuro se colmó de cálidos luceros que se reflejaban en los sabios ojos de Feng.

—Te voy a mostrar el verdadero origen del Eclipsim—Anunció Feng agitando su mano en dirección al cielo nocturno—Para lograr captar la atención de Aqua y Terra, tendrás que mostrarles esto.

Feng se acercó a mí, y con sus dos manos tomó mi cara, invitándome a perderme en sus infinitos ojos.

—Cierra los ojos—Ordenó con voz cálida—.

Cerré mis ojos, tal como ella lo había ordenado. De pronto, la oscuridad infinita comenzó a tomar la forma de tres grandes reyes, y una acogedora voz invadió mi mente.

"Hace mucho, mucho tiempo el mundo estaba dividido en tres reinos: Zupay, Kauil y Cinteol. Los tres reinos estaban distribuidos de acuerdo al tipo de ser fantástico que habitaban en sus dominios. Zupay era el reino donde habitaban las criaturas de la oscuridad: Vampiros, sombras, súcubos, licántropos, hidras, ogros y demás criaturas malignas; este reino era gobernado por el rey Wolfgang, un rey estricto, hábil, persuasivo e increíblemente atractivo. Kauil era el reino habitado por las seres celestiales: Ángeles, pegasos, valquirias y demás deidades; este reino era gobernado por la reina Lillard, una reina amable, cuidadosa y serena. El último reino, Cinteol, lo habitaban seres dedicados a la naturaleza, allí se encontraban los humanos, ninfas, hadas y dríadas; este era gobernado por el rey Amaru, un rey amable, humilde y entregado a su gente.

En el pasado, cuando los reyes eran simplemente príncipes, solían ser muy amigos, ya que compartían gran cantidad de tiempo. Los antiguos reyes estaban de acuerdo con que sus hijos convivieran de tal modo, pues su amistad aseguraba la paz de los tres reinos que llevaba más de una década. Sin embargo, entre los príncipes surgió algo más que la amistad, pues el joven príncipe Amaru se sintió atraído por la princesa Lillard, no obstante, esta se había enamorado perdidamente del príncipe Wolfgang, quien no correspondía su amor. Aun así, los príncipes crecieron hasta convertirse en reyes, olvidando todo tipo de atracción que alguna vez habían sentido; pues una antigua ley prohibía la relación de sangre real de los tres reinos.

Un día, el rey Wolfgang en busca de poder se encontró con una fuerza misteriosa que se hallaba bajo la superficie. Al despertarla, cometió un gran error, pues se trataba de una diosa maligna que había amenazado tiempo atrás con destruir a los demás dioses. Los dioses se enojaron con los tres reyes, pues sus antepasados les habían jurado mantener a la maligna diosa bajo tierra. Así que los dioses preocupados por el despertar de la diosa maligna, comenzaron a destruir los tres reinos, con el fin de destruir completamente a la diosa perversa. El rey Amaru y la reina Lillard acudieron al rey Wolfgang, con furia y rencor, pues gracias a él, sus reinos estaban pagando las consecuencias de su error. El rey Wolfgang se disculpó con ellos, pues no conocía los efectos del desertar de aquella diosa. Arrepentido, el rey Wolfgang les pidió su perdón y su ayuda para calmar la furia de los dioses. El rey Amaru y la reina Lillard accedieron, pues no soportaban ver sufrir a su reino.

Juntos, encaminaron hacia el altar de los dioses y se ofrecieron como sacrificio para calmar la catástrofe que golpeaba a sus reinos. No obstante, los dioses se abstuvieron de aceptar el sacrificio, pues eso no acababa con la diosa malévola. Así que los dioses propusieron una nueva oferta, en la que la catástrofe sobre sus pueblos acababa, de igual manera que la diosa maligna: Los tres reyes debían enfrentarse entre ellos, con el fin de que solo uno de ellos quedara vivo, y así ser llamado el campeón de los dioses. El campeón debía beber la sangre de los vencidos, y para así obtener las habilidades de los tres reinos, además de un inconmensurable poder; con el cual debía a la diosa maléfica. El reino del campeón, por ende era salvado de la catástrofe, y los otros dos reinos serían consumidos por el cataclismo.

Amanecer Incandescente ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora