Capítulo 2

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Layla:

Me negué a admitir las palabras pronunciadas por mi Alter Ego, pues el miedo de ser una criatura perversa me nubló los pensamientos por completo. ‹‹No puede ser posible›› me repetía una y otra vez ‹‹Si fueras un vampiro, no te hubiesen llevado al cielo a entrenar››, ‹‹Todo esto se trata de un error››. Insistí cuantas veces fueron necesarias para convencerme y neutralizarme, pues en aquellos momentos no era oportuno perder la cordura.

Mi alter ego me miró con aflicción, sin embargo no interrumpió mi auto-reflexión. Permaneció callada, hasta que vio el momento oportuno para ofrecerme su delicada mano y llevarme hasta un pequeño velero que no había divisado antes. El velero se alzaba majestuosamente sobre la oscuridad de la nada, en armonía con mi alter ego quién se erguía en la cubierta.

— ¿Qué esperas?—Preguntó con voz risueña mientras se acercaba al timón derecho— Ven, necesito tu ayuda para navegar—Dijo señalando el timón izquierdo—.

— ¿A dónde vamos?—Cuestioné a medida que me acercaba al timón—.

—Ya te lo dije. Nuestro destino es in articulo mortis.

—Pero no sé cómo manejar un velero—Lamenté mientras acariciaba la fina madera del timón—.

—Solo haz o que yo te diga—Garantizó mi alter ego— Por ahora lo que tienes que hacer, es soplar.

— ¿Soplar?—Pregunté sorprendida. Mi Alter ego asintió con la cabeza y yo puse los labios en forma de O y soplé con desaliento — ¿Así?

—No, no...—Rechazó mi alter ego de manera contundente— Tienes que soplar con fuerza, o sino nunca lograremos avanzar.

—De acuerdo—Accedí, así que puse mis labios en forma de O y volví a soplar, solo que esta vez, lo hice como si fuese mi última voluntad antes de morir—.

Mi alter ego vitoreó y tomó el timón con fuerza, a la vez que el velero era empujado por una fuerza fulminante.

La nada comenzó a tintarse de violeta oscuro, al mismo tiempo que mi alter ego me daba las indicaciones correspondientes para dirigirnos al dichoso Eclīpsis in articulo mortis. El viento disminuyó y mi alter ego señaló en dirección oeste, dónde un escenario comenzaba a tomar forma.

—Este es el Eclipsim número 4—Dijo dando una breve introducción—Este Eclipsim es parecido al anterior, a diferencia de que nosotras somos las vencedoras.

Ante nosotras, se hallaba la vista eclipsiastica del Eclipsim, en donde una figura femenina alzaba orgullosamente su espada al cielo, proclamando al sol y a la luna su victoria. Miré detenidamente a la Layla que tenía en frente. Éramos idénticas, a diferencia de que ella lucía el cabello corto.

Al igual que en el primer Eclipsim el cielo oscureció por completo, a excepción de la silueta misteriosa causante del homicidio del vencedor. La figura se acercó a la campeona y clavó en su pecho una filosa aguja, acompañada de una estremecedora carcajada. Solté el timón y froté mis brazos en busca del calor que mi cuerpo había perdido de repente.

Mi alter ego continuó hablando, asimismo me enseñó numerosos Eclipsim parecidos al primero y al cuarto. Solo algunos detalles cambiaban, como lo eran nuestros estilos de cabello, forma de hablar y edad. Luego de observar repetidamente los escenarios en los que Haru y yo nos asesinábamos mutuamente, comencé a cuestionarme si todo esto valía la pena, y si lo valía, ¿qué sentido tenía? Mi alter ego pareció darse cuenta de ello, y giró el timón en dirección contraria.

— ¿Este círculo vicioso no tiene fin?—Pregunté agobiada de observar aquellas escalofriantes escenas— ¿No hay una manera en que este sufrimiento acabe?—Protesté, al ver que no podía soportar ver como moría en manos de Haru—.

Amanecer Incandescente ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora