" Todo amor genuino es compasión, y todo amor que no sea compasión es egoísmo."
Arthur SchopenhauerIona, Escocia octubre de 1815
La rutina en el convento alegraba los días de Tonya. Sobretodo, los ratos de esparcimiento en los cuales sostenía largas conversaciones con su tía Edith. Desde su llegada a la lejana isla se sentía útil y querida, sentimiento que llenaba su corazón y que se empeñaba en corresponder.
Esa tarde bajaría al pueblo a recoger los víveres junto a la hermana Fiona, quien ya había tomado los votos como novicia y se prestaba más que solicita a auxiliarle en todo lo que ella precisara. También provenía de una familia aristocrática, pero desde pequeña recibió el llamado del Señor y costó mucho para que su familia aceptara la vocación de su hija menor, quien consiguió doblarles la mano y convencerles que estar en la Abadía era el destino que Dios había anunciado y trazado para ella.
Tonya admiraba la convicción plena que la hermana Fiona tenía en entregar su vida al servicio de Dios. Sonrío con amargura.Le recordaba a ella hace un par de meses atrás, cuando desolada por los acontecimientos que trágicamente le arrebataron a su cariñosa madre y el haber tomado conocimiento que su virtual prometido amaba a otra le hicieron considerar seriamente en consagrarse a la Iglesia. Si tan sólo no hubiera tenido la brillante idea de ceder a la curiosidad y experimentar la demostración más mínima de atracción entre hombre y mujer, tal vez sus convicciones no hubieran dado paso a la confusión.
- Señorita Antonia,la abadesa necesita su presencia en su despacho- dijo la hermana Maud, sacando de sus pensamientos a Tonya.
- Gracias hermana.- y limpiando sus manos cubiertas de tierra, se dirigió hasta el despacho de su tia.
Lady Edith, seguía siendo hermosa pese al paso de los años. Alguna vez ella y su hermana Anabel fueron las más deseadas de las Lowlands, realizando sendos matrimonios con hombres tan ricos como Creso. En su caso, el gran amor que una vez vivieron su esposo Lord Liam McLeod y ella no pudo verse perpetuado con la extensa descendencia que soñaron. Un accidente de navegación en las cercanías de Loch Ness la dejaba viuda y embarazada de pocos meses. La presión porque el bebé que llevaba en su seno fuera varón fue tal, que al cabo de un par de semanas, abortó, dejando sin heredero al condado de Mull. Triste por la pérdida del amor de su vida y del fruto de ese intenso sentimiento, la joven viuda decidió retirarse del mundo terrenal, ingresando como novicia al Convento de las Devotas de Santa Agnes de Iona, lugar del que de vez en cuando escapaba para asistir a la celebración del cumpleaños de su adorada ahijada, Antonia, sobrina de su difunto amor.
Una vez tuvo a su sobrina frente a ella, le saludó con sincera efusividad.
- ¡Antonia querida! Tu presencia ilumina mis tardes.- exclamó con gran afecto la abadesa.
La interpelada devolvió el sincero e incondicional cariño de tía con un apretado abrazo.
- Igualmente tia Didi.- dijo la joven de ojos azules y límpidos.- Aún así, es demasiado temprano para nuestras reuniones habituales.
- En efecto, Tonya. He enviado a por ti a estas horas porque ha llegado correspondencia desde Londres.
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Votos Apasionados® #2 Serie Magníficos COMPLETA
Historical FictionLA PIADOSA Antonia Crane lo tiene todo para ser feliz: es bella, rica y por si fuera poco su destino está debida y seguramente trazado: cuando cumpla los dieciocho años luego de ser presentada en sociedad, se convertirá en la flamante condesa de Ra...