" En la vida todos tenemos un secreto inconfesable, un arrepentimos irremediable, un sueño inalcanzable y un amor inolvidable."
A.A.Remington House bullía de actividad. Ese día, la honorable Antonia Crane sería una vez más la reina, aunque esta vez de su propio baile.
La joven una y otra vez se asomaba al recibidor para espiar a los sirvientes que se dirigían de un lado a otro con arreglos florales, mantelería, cubiertos y un cuanto hay de utensilios de primerísima calidad para el gran evento. Por su parte, la señora Bounty, el ama de llaves, vigilaba de cerca las actividades en cocina verificando que los menús
aprobados previamente por Lady Claire y Lady Vida, estuvieran a punto.Cansada de estar encerrada en su habitación sin hacer nada, la bella joven se dirigió hasta la biblioteca para buscar algo en qué entretenerse, ya que su abuela y Lady Edith, recién llegadas desde Escocia para apañarla, disfrutaban del desayuno en esus respectivas habitaciones.
Dos dias ya han pasado desde la nocturna incursión de Saatfield a su recámara. Desde esa noche, nada había sabido del muy granuja. " Ojalá y esta noche por fin te saques la careta, querido Thorne." - dijo sonriendo para si.
Mientras acomodaba sus ígneos bucles en un moño sencillo y desenfadado, el tenue perfume a violetas característico de su tia, Lady Edith, le hizo volverse en el asiento de su toilette. La dama mayor era realmente bella. Aún a sus cincuenta años y con ese sencillo vestido de seda gris apostaba que varios galanes se atrevían a mirarla con descaro. Su tío Lewis debió amarla con locura.
- ¿ En que piensas querida mía?- le interrogó con dulzura Lady Edith.
Tonya, sabedora que su tia era una experta conocedora de la naturaleza humana, optó por decir la verdad en vez de irse en evasivas.
- En que a partir de hoy mi vida se precipita hacia lo desconocido.- dijo en un suspiro, pues no se atrevía a confesar, ni aun a su discreta tia que ya conocía la identidad del nuevo duque.
- Dulzura, si te refieres a Saatfield es de todos conocidos que es un granuja, pero también sé de primera mano que un calavera reformado, es mejor marido que un hombre apegado al celibato.- la sorpresa reflejada en el rostro de su sobrina, causó gracia a la religiosa, quien añadió:- Tú tío fue un hombre bastante alegre y pródigo en afectos. Pero el día en que nuestros miradas se cruzaron, nunca más hubo otra para él.
La joven sonrió ante la confesión de Lady Edith, más aún quedadba la duda ¿ cómo supo lo de Saatfield? Y sin necesidad de preguntar, la dama dio la respuesta:
- Con respecto al vizconde, supe de su nuevo título ni bien tú llegaste a Londres. El me escribió que tenía un tema importante que tratar conmigo respecto de una donación que su remolía quería realizar. Nos juntamos hace dos semanas en Inverness y me contó. Ese joven realmente te ama querida mía. Otro hombre en su situación impone su presencia y hace uso de sus atribuciones, y sin ningún tipo de consideración te arrastra al altar.
El tono reflexivo utilizado por Lady Edith, propició que Antonia evaluará todo lo vivido con su vizconde y lejos de condenar el "engaño", no hizo más que aumentar considerablemente su admiración por él.
- Saatfield realizó toda esta pantomima a fin que le conocieras y él pudiera ser de tu agrado antes de dar el sí. El ha visto en las hermanas de sus amigos y, es feo que lo mencione pero necesario para ilustrarte, en todas las damas mal casadas lo peor judicial que es un matrimonio sin una gota de afecto.
- ¡ Bellaco!.- Tonya profirió ese insulto con toda la ternura y amor que su corazón guardaba hacia el vizconde.- Hace dos dias le di la oportunidad de confesarse, ¡¡ y no lo hizo!! De esta noche no se escapa "Lord Remington Saatfield".
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Votos Apasionados® #2 Serie Magníficos COMPLETA
Historical FictionLA PIADOSA Antonia Crane lo tiene todo para ser feliz: es bella, rica y por si fuera poco su destino está debida y seguramente trazado: cuando cumpla los dieciocho años luego de ser presentada en sociedad, se convertirá en la flamante condesa de Ra...