MARIE

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Marie, si ese es mi nombre. Tengo catorce años . Mi madre trabaja sin parar, es doctora, Psicóloga para ser exactos. Mi padre viaja sin cesar, por su trabajo dice, pero sospecho que tiene otra familia. Hace una semana salimos de vacaciones en el instituto. Siempre estoy en mi casa, no salgo.

 Desde los ocho años mi tío se abusa de mi. Dirán "Oh, pobre niña", pero la verdad me lo merezco, o eso es lo que yo pienso, el desgraciado que visita mi habitación todos los lunes y viernes se llama Henry,  la verdad es que el nombre no le queda.

No se que mas decir lo que menos quiero de ustedes es su lastima, su pena.

Odio la manzana, su sabor es asqueroso. Se preguntarán a qué viene eso, pues, cuando el desgraciado me viola, llena de manzana mi boca, para que nadie escuche mis gritos. Siempre pasa lo mismo, algunas veces  corro con la suerte de que solo me sujete la boca con sus manos solo lo hace cuando está de buen humor de lo contrario solo entra con una manzana y un cuchillo en sus manos corta dos grandes pedazos y luego los mete en mi boca.

Hoy decidí algo que cambiara mi vida, por completo.

Es Lunes, mi madre trabaja como siempre, y el maldito de mi padre está "viajando", odio tanto que me dejen sola, a mi pobre madre no la culpo de nada, ella quiere lo mejor para mi pero a veces odio que tenga tanta confianza en "él" y que sea tan estúpida para no darse cuenta de lo que me hace ya hace bastante tiempo.

 La hora se acerca, pronto serán las cinco y el malnacido de Henry vendrá. El motor de un auto ruge. La puerta se azota y se que está aquí. Estoy sentada a la orilla de la cama, una sombra se refleja en las paredes y  se que el se  esta acercando.

- Hola cariño - dice el maldito arrogante.

-¿No me saludaras?- Agrega, niego con mi cabeza y emboza una siniestra sonrisa, lo odio.

- Empieza ya - le espetó, hace dos pasos hacia a mi y trago fuerte, empuña su mano y golpea fuerte mi mejilla, esta se hincha de inmediato, ya no me duele no es la primera vez que me golpea, ya no siento nada. Da vuelta mi cuerpo de manera que mi cabeza de contra el colchón,sujeta fuerte mi cabello y su peso está encima de mi cuerpo. Baja por mi espalda y de un solo tirón rompe mi short, dejando a la vista mis muslos y bragas, el maldito asqueroso mete su cabeza entre ellos y aspira fuerte, una arcada sale desde muy adentro de mi, por lo que gano una fuerte jalada de cabello de su parte se deshace de mi remera, yo ni siquiera lloro solo me trago todo. El ruido del cierre y de la rasgadura de un envoltorio se siente en el silencio de mi habitación, se que pronto estará dentro de mi, se posiciona detrás de mí, sus dos manos se dirigen a mis pechos, los agarra tan fuerte que suelto un grito de dolor.

- Shsh... cállate pequeña zorra -dice en mi oído, con sus manos todavía apretando mis senos, entra en mi de forma salvaje, y algo se quiebra dentro. Odio tanto a los hombres, los odio. Entra y sale largando gemidos mientras yo solo permanezco allí, aguantando todo el dolor. Cuando acaba se recuesta a mi lado, respirando fuerte, me levantó dificultosamente y  me dirijo al baño que afortunadamente tengo en mi habitación. Al mirarme al espejo no puedo tragarme el nudo de mi garganta y lágrimas resbalan por mis ojos, sus manos están marcadas en mis senos, grandes chupones tengo en mi espalda, mi pómulo esta rojo e hinchado, memorizó todas las cosas que este hijo de puta me ha hecho, desde la primera vez. Joder, ocho años tenía, maldita sea, ocho, en mi cabeza resuenan mis gritos pidiendo clemencia, gritando, recuerdo cuando le conté a mamá, ella solo dijo "Deja de decir tonterías Marie, tu tío es mas bueno que el pan", como no pudo creerme solo tenía ocho.

Recojo la navaja que tengo guardada en el segundo cajón y me dirijo a la habitación, el sigue acostado con sus ojos cerrados.

- ¿Por qué? ¿Por que me haces esto? - le pregunte, el no respondió, yo seguí - Ocho años tenía, ocho años, apenas sabía lo que era dar un beso, maldito enfermo - Su cara hizo una mueca pero guardó silencio.

- Acabaste con mi vida, eres un maldito violador, golpeador, asesino - le gritó, el ni se inmuta sigue acostado, con sus ojos cerrados.

Memorizo una vez más todo lo que me hizo, y alzo mi mano con la navaja, ni se imagina lo que voy a hacer, parece tan buen hombre pero no, es un violador y yo lo odio.

- Te odio!! - grito al mismo tiempo que clavó mi navaja en su pecho, él se endereza de dolor y sangre empieza a salir.

- ¿¿¿Pero qué has hecho???!!¿¿Qué has hecho?? - espeta con mucho dolor en su mirada.

- Yo te odio, arruinaste mi vida, te quiero muerto - le digo al mismo tiempo que clavó más apuñaladas en su pecho, una y otra vez, en mi cabeza pasan todas las veces que me ha violado y todo el dolor que ha provocado en mi todos estos años. Respira pesadamente y se que esta muriendo.

- Seis años aguantando, cada Lunes, cada Viernes, tus violaciones y golpes, te odio tanto - digo a mismo tiempo que dejo dos puñaladas mas. Estoy llena de sangre, el parece un colador todo su pecho esta agujereado sus ojos están abiertos pero se que esta muerto.

Me baño, sacándome todo lo que puede haber sido de él, refriego con fuerza mis pechos y mi entrepierna. Pongo toda mi ropa en mi mochila, reviso todos los cajones y cajas de mama, encuentro mucho dinero, el suficiente para vivir hasta encontrar un trabajo, sé que va a ser difícil, pues tengo catorce. Dejo mi carta, la hice anoche, también la grabación de hoy, ella nunca me creyó, por eso deje mi grabadora en mi habitación, grabe todo desde que dijo "Hola" hasta que di mi dos últimas puñaladas. Salí de casa y pare un taxi.

- A la estación de buses - le dije.

Tengo la esperanza de que todo mejorara a partir de ahora.

EsperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora